Palomina dejó un papelito a Cacheo que andaba ofreciendo las conferencias en las logias que hemos referidos llevó una caja de fósforos y una botella con agua bendita para rociar las cruces que era costumbre de su abuela para la semana de los finados. Pero no pudo llegar porque se detuvo mirando a unos individuos que jugando dados terminaron de riñas porque uno se había comido los dados suyos. Palomina se sentó en la piedra más grande del camino y pernotó en ella como si hubiese estado en un lujoso sillón del mejor de los restaurantes de lujos de la costa puertoplateña. Los veía que entraban y sacaban cosas de los bolsillos que según sus caprichos eran semillas de cajuil. Por ese palo pasó la tarde y con la sombra de la noche se marchó. Estaba soñolienta alguna cosa que no supo qué, se posesionó en su corazón. Imaginó una energía sin anatomía, ingrávida, se sacudió la cabeza porque entendió que iba hacia las líneas de los disparates, de toda manera el peso encima suyo continuaba, fue cuando uno de los jugadores de dados, se tragó las piezas de huesos, al escuchar el gemido casi aúllo felino que había dado como represalia para estabilizar las emociones y así soportar la carga de la energía sin anatomía. Palomina llegó a jimiquear, sollozaba en las piedras contemplaba las cruces, pero era lunes, estaba en los brazos de una cruz ajena, pisó muy fuerte en un sepulcro y le pareció que algunas cosas se movían debajo y el escalofrío llegó con el deseo de orinar y lo hizo sobre unas matas de dieguito, flores muy pequeñas de la familia de la verdolaga. Volvió y jimiqueó encima de un pedazo de madera que se humedecía por la benevolencia de las lágrimas que calidas caían en el suelo provocando resucitación de rosas y lirios calas rojos y mamey encima del viejo sepulcro donde suponía que era donde yacía su madre Freslinda.
Palomina, se había levantado de su cama el día 11 de septiembre y perdió el rumbo llegó al cementerio donde estaba su querida difunta madre sepulta. Cacheo que andaba en sus conferencias regresó el día 16, y advirtiendo la falta de energía de su mujer inició un nuevo capítulo para darle fin a su novena novela.
Hizo unas cuantas estrofas, en versos libres, sobre la vida del bufón de la fiestas el día del matrimonio de las sobrinas Anginia y Piñalda, escribió dos espinelas a pies forzados de la vida del compadre de Fresa la madre de Palomina, aquel que aseguró ver a Cacheo y a ella llevando sendos niños recién nacidos, en sus brazos, en la costa amarilla de Barahona en Villa Paraíso.
--Yo los vi en los brazos acomodados y gemelos eran—había dicho el pescador de esperabel. ¡Y como mentira era! Lo empleó como pie forzado. Continuó escribiendo prefería comentar la vida de los pérfidos esposos de sus sobrinas, Méntor y Falsilio, se salía del riel de la concentración por la ausencia de Palomina. Unos minutos después cuando casi oscurecía, sintió el perfume de gardenias y rosas de corolas mustias, entrando por los ventanales, luego las manos de Paloma caían en sus hombros como si fuera el avecilla de plumaje inmáculo llegaba cargada de ramilletes con hojas de sabanas y aroma de montañas. La vio con ternura y fingió no echar de menos su ausencia, mas, ese olor a cuerpo desnudo sensible y limpio y casto y noble y erótico lo sacudió como a un lienzo de papel de estraza, fragante aun pueril. La excitación se convirtió en un icono sagrado y subió al altar de flores carnales de sensuales corolas.
Guardó las flores, guardó las ramas, y guardo el secreto como su madre llegó al escritorio de ébano verde, y comenzó a contar a su amado Cacheo, concluyendo que había sufrido mucho en el camino hacia el cementerio , dijo que lloró como nunca y que con sus lágrimas germinaban de la tierras matitas de juncos rosados. Le contó lo del jugador que se comió los dados. Notó el enojo como la excitación de Cacheo en las cejas y en los pómulos tainos y caribes pasó las manos entre la nuca rozándoles los labios semi abiertos, y entonces ella recibió las energías del banquito de madera y las de la peña de los enamorados en los chacos de los anones.
Las manos acariciaron la espalda se movían haciendo un túnel por debajo de la camisa, sin saltos ni desvíos buscando el placer que llegó, motivando el engarce de un divino y dulce beso. Cacheo escribió en las líneas de sus labios las últimas oraciones de letras en cálices, en líneas y azules palabras en las anchas páginas carnosas de sus labios ya de mujer parturienta. Llenando párrafo por párrafo el dorso de su cuerpo en supino circunvalando las piernas y recovecos anatómicos cayendo las puntuaciones y significados en unas trenzas hedonísticas madre o causa de consuelo como charcos de placeres saciando la sed de amarse en sosiego sin correas de caprichos ni carteras de prejuicios, hasta el enlace que provoca cansancio y sueño.
Luego de un descanso, recordó Cacheo, las palabras del trampa Plumón, cuando recolectando firma lo visitó en hora del almuerzo, --“son para el partido de los excluidos” recordó no le mereció confianza, lo creí un timador un embustero. Tránsfuga Arcoíris plumón, ¡Caramba! Pero, ¡por qué será que casi siempre me doy cuenta de que las cosas no son como son cuando otras, otros ya lo saben! ¡ “Hay cosas que parecen ser y no son y hay que son y no parecen ser” ese es un dicho muy viejo, sólo sirve para abochornarme.—¡No muchacho, no! No piense de esa manera, no se aleje usted tanto del camino, que el es uno aunque tenga apariencia de lobo es oveja, La huellas están en las narices, ¡“Arcoíris”! multicolores… falta de uniformidad, Trampa como apodo lo significa todo… lo creí un baboso pero para sus fines, no lo era, estuve dormido, si muchacho, estuve dormido, hasta ahora es lo que le digo que me doy cuenta de la realidad cuando otros las han regurgitado.
En verdad Cacheo estuvo agotado en las reflexiones y de repente se durmió, quedando atrapado en los dedos de la tarde calurosa, que lo apretaba y no se pudo dar cuenta cuando llegaron de la iglesia Palomina y Fresa, después despertó diciendo –es cierto para los objetivos de Arcoíris Plumón era su realidad. Los míos y los suyos no andan por las mismas vías. Los caminos suyos no son los míos. Lo que es dulce para Trampa es amargo o insípido para los de mi escuela.
Aunque distantes por el asunto, no comprendí la ida de Freslinda donde el cura aquella tarde de calor, no comprendí de que debía ella arrepentirse. Se creyó culpable, había pecado, al no poder decirle a su hija quien era su padre.
--¡Pero hija de mis entrañas no recuerdo algo, de esa tarde negra, de vientos, truenos y relámpagos tan rojizo como las heridas que llegan a mi mente en los cuerpos mojados que sin convocar los veos bañarse en las aceras de las anchas calles. A veces me llegan reflectores vagos de unas manos fuertes que quitan de mis piernas las medias que llevaba. Todo se vuelve hilachones como telarañas donde veo mis sienes prisioneras y de esas veo volar mariposas entre pajas y desperdicios de virutas en un viejo taller de ebanistería. Salen y se quedan junto a unos pies de barros en portales cerrados marcados con cruces hechas con la sangre de los cuerpos que se bañaban en las aceras de las anchas calles. Pienso que era domingo o quizá sábado por el canto del número de lotería hecho con
Apuro por los pregoneros. El hecho es, Paloma mía, que meses después dentro de mi, como en una huerta crecía la vida, me duele mucho no poder darte, lo que como criatura debí tenerte: a tu padre, regalo tal vez del cielo… porque a pesar de eso, el desconocido, lo que me dio fue la vida… ¡la vida tuya! No tuve como tú, hermanos, tampoco padre conocí, es una cadena que debemos romper. Luego supe que murió en territorio ajeno persiguiendo a un delincuente de la tiranía. Debemos serruchar y cortar con la fuerza de la fraternidad y del amor, haremos lo nuestro en la nueva sociedad recompuesta, reconquistada. ¡La sociedad de nuestros padres aborígenes!
--Si recordar es eso… eso fue lo que mi madre llena de dolor me contó.
--Oye vida mía, lo que supe. Supe que eres hija de un diplomático gringo, eso nunca me había atrevido a contarte por temor a romper tu tranquilidad porque me parece que nada de esas cosas son positivas tratarlas, si no es para terminar con esas. Otra mentira que dicen es que eres hija de Arcoíris Plumón el hermano Transfuguero, pero todo eso es cuento… porque de eso estamos sobranceros, entonces escribió en las hojas donde había dibujado los labios húmedos de Palomina, estamos cerca de la mentira y tan lejos de Dios, tan lejos del cielo y tan cerca del infierno, eran frases que mi padre Yuca decía. Escribió e hizo saber que no sabía quien era el autor porque su padre nunca lo dijo, “los Mexicanos tan cerca de los Yanquis y tan lejos de Dios”
Mientras Palomina hacia algo para cenar él leía a Marcel Proust autor de la novela “Por el camino de Swann” en la página 122.
Pensaba en su difunta esposa y llegó por sexagésima vez que era una mujer de condiciones en término reales superior al promedio normal del entorno y de los contornos poseía dones de humildad que sólo en las razas primitivas, eran halladas. Guardó el Camino de Swann, lo puso en el escritorio y se dispuso a preparar los seminarios que estudiantes del T V centro de Los Llanos de Pérez les habían solicitado, sin embargo no tenía ni lapiceros ni papel, todo lo había agotado, tampoco le quedaba dinero para comprar ni un lápiz de carbón. La pobreza es una barranca que impide el avance de las piernas honradas, y las suyas eran de esas, a él le sobraban recursos intelectuales suficientes para poner el panel siempre a su favor, y vivir en cualquier sociedad con respeto y con dignidad.
Los odontólogos, los médicos, por poner las manos encima del área que habían visualizado, cobran y los pacientes pagan las consultas, en esta sociedad de consumo, mientras que en esta misma, los maestros de piernas y juicios como la conciencia de Cacheo, el hambre podría estrangularlos, porque si no lo muerde con los caninos e incisos de una realidad capitalista, para los enamorados del saber humanístico: su realidad. La alternativa de Cacheo, luego de unas horas de haber descansado reflexionaba sobre las palabras del Tránsfuga Arcoíris Plumón el día de la recolección de firmas para el partido de los excluidos. Nunca le mereció confianza, lo creyó un timador, embustero, tránsfuga. ¡Caramba! Pero por qué será que lo repito llegó a preguntarse y comprendió que no era malo si se sabía repetir.
La cocina de Palomina no tenía nariz era insípida la longaniza suya era como el agua, hasta incolora, los arenques también, hasta esa prima noche que llevó la pulsera que había sido de su abuela, porque Cacheo se salio de la camisa de fuerza de su estropeo y dejó el sueño en la cama tendido como un pendejo y fue a la búsqueda de un aguacate que tenía madurando en una caja. El olor era azucarado y mantecoso, la boca de los vecinos se les hizo agua. Hasta el gas de la estufa, reverberaba y merengueaba para cocer mejor el manjar de aquella noche de apertura como la bautizaría en la mesa en algunas horas Cacheo.
Pensaba en la confección de los seminarios de la independencia nacional, y del perfil del Francisco del Rosario Sánchez, padre de la patria burguesa y capitalista o como le llamaba Cacheo seudo democrática. Lo vi. Sonreír a los estudiantes al requerirle alguna ayuda con temas con dificultad para localización pero de suma importancia para la formación integral del estudiante de secundaria. Cuando el tema no le parecía de utilidad formativo decía — ¡cuántos elementalismos! Casi no se le escuchaban las palabras. ¡Todo eso es basura! Los maestros—pensaba Cacheo-- no explican, sólo mandan a buscar sin saber para donde, lo envían a las batallas sin armamentos sin plan y sin entrenamientos como malos comandantes. Actúan lejos de lo que es la vieja, la actual y didáctica del futuro. Muchos enganchados a ser maestro… copian simplemente copian las cosas malas del que fue su mal entrenador y como cadena se creen súper, se creen gigantes, porque desde su enanismo se erigen con zancos de maderas carcomidas y al chocar con las olas del mar de la realidad cotidiana o mejor la de fin de año escolar caen destruidos y para colmo que algunos ni se dan cuenta que han caído. No se dan cuenta que cuando los vellos del antebrazo del alumno huele a llama y humo el suyo hiede a zumo y a humareda. ¡Je, je a las batallas sin armaraje, sin avitualla ni logística sin planificación son sacados del escenario docente para enviarlo a la muerte. Hablo de los que desconocen que antes de toda investigación hay que seguir un proceso, un camino bien limpio, conocido para evitar los escollos y no caer en los recodos y recovecos que los envía al precipicio. Estudiantes con poca instrucción y formación cósmica, es como el soldado que va a las batallas con poca instrucción y orientación militar.
Cacheo tenía hambre Palomita freía berenjena que rellenaba con virutas de lechugas y palmito con el ajo y la pimienta era insoportable el olor y la boca se le hacía agua como los perros de Ivan Patrovich Pavlov. Las buenas intenciones se convirtieron en realidad había comida en los platos y la mesa del novelista que según los del entorno no prendía vuelo. Había oído en boca de Caobo Calvo “el mal comido no piensa…” Porque el maestro no cobra consultas como el barbero y el odontólogo, como el manicura y como el sacerdote, que por limpiar una uña el primero y bautizar o por celebración obtiene dividendo el segundo; sólo el maestro pasa hambre cuando el Estado no le protege. Todo lo otro es monte y culebra. Pero aunque no sepamos quién alguien nos escogió la profesión. Pero el estaba listo y confesado.-- obligarnos ¡no!
Había dicho.
Quizá ¡si! Por una fuerza inverosímil con misiles de cabeza inteligente ¿Inteligente?
¿Cuáles son las raíces de la libertad, no, no… de la lealtad y del adulterio? Estará cerca de la mesa del comedor? Pienso que muy cerca y del pupitre escolar. Esta cerquita…
--¿Sabía tu Cacheo, que cuando hay un mal gobierno las matas de frutas paren más que las otras. Que abundan las avispas y las moscas son enormes. Que cuando se acerca una hambruna crecen las epidemias y las alimañas y los piojos? ¿Sabía que si el gobierno no cambia las hortalizas se convierten en insectos, en batracios y en reptiles ofidiosos… la miseria el hambre las enfermedades, convocan para convertirse en puntero por el territorio.
-- Pienso que esa es una atinada observación muy real-- como decía mi padre Yucano -- “la escasez de alimentos es abundancia de moscas, de lagartos, de mosquitos y de saltamontes.
--¡Eso es de ahí! Ni chinchín menos, ni chinchín más.
Palomina vio que por las mejillas de su marido desfilaban dos lágrimas como dos cadetes del parque independencia, como dos de la puerta de Conde… ¡si señor! Ella se desprendió del asiento y con la agilidad de un canino de un felino la libó sin contrapelo y las halló amargas y frías. Al conocer la situación por la que estaba pasando Cacheo, no preguntó por las dolencias, porque las creyó grandes y cuando los ríos están fuera de madre es mejor esperar que… el la miró y se entrelazaron en un equilibrado abrazo mental y moral más que orgánico. Cacheo caminaba sobre arenas calientes pero no se desbordaba luego de desprenderse estampó sobre los dos pequeños carnosos labios un suave e ingenuo beso sensual más que sexual… ¿un beso filial más que qué? Estuvo al tris de repetírselo. Y surgió una retahíla de nubes blancas… de luces tenues que fueron despejando las encrucijadas, y disiparon los entornos familiares. Eran felices y así estaba confeccionado su mundo, su realidad no había para ellos algo que mayor importancia tuviera que amarse y convocaban un escenario de jornadas de trabajos con amor compartido. La comprensión entre ambos eran amarras que empleaban como timoneles de su revolución socialista que comandaban sin enojar a nadie porque el transfuguismo en su universo no cabía. Cabía el respeto que brindaba, el que se cosecha del amor comprendido y compartido entre fidelidad sin temores ni prejuicios. Cabían las fiestas donde se sirven botellas de virtudes y solidaridad usaban la misma llave en la misma cerradura de algunas dudas que en el día ocurrieren que no sosegaren los dolores y que las luces disipasen las negruras de su pobreza.
A pesar de todo tenían haberes limpios y castos en los términos éticos y morales y sociales obtenidos con trabajo y esfuerzos de los dos. La casa estaba ahí de tres aposentos cerrados, usaban dos, uno para oficina y el otro para dormir el tercero se abría cuando un pariente o cualquiera los convertía en huésped; la habían recibido de los antepasados una sala comedor-cocina planchaduría y lavandería. Pintada de azul cielo y los aposentos de azul añilado. El techo de madera y de zinc y de cemento frío el piso color amarillo oro, los muebles tenían trescientos cincuenta años desde la adolescencia de la tatarabuela de Palomina. Al lado una nevera ejecutiva paralela a una tinaja Cúa tricentenaria querida porque mantenía el agua en eterna frescura Cacheo prefería la suya a la del refrigerador.
De la habitación donde escribía salía la energía de la permanencia en fotografías de grandes genios del hacer humano, especialmente en la literatura y el saber universal. Pero la oblaciones principales iban para Gabriela Mistral, Juana de Ibarboreaux, Alfonsina Storni, Rosa Luxemburgo, Goethe, Shakespeare, Cervantes, Gabriel García Márquez, Ernesto Guevara, EL “Che” el Doctor Fidel Castro junto a Lenín y a Marx … y más allá la de Manolo las de las heroínas de ojo de agua. En un pequeño rincón como si fuera un museo a parte, a bajo luz los perfiles, hecho en hilo de cabuya, de Máximo Gómez, de Desiderio Arias, Demetrio Rodríguez, de Cipriano Bencosme, y de Virgilio Martínez Reyna más abajo la de Caamaño Deñó, de Fernández Domínguez, la de Lora Fernández Peña Taveras. Cacheo era dueño de una colección de las fotografías de El doctor Peña Gómez, en todo lo largo desde su vida de aparecido en los patios de Mao hasta camino al sepulcro.
--¡Ven! –Dijo- Palomina vamos a cenar.
--¿Qué vamos a cenar? No respondió y con la ternura de los nueve años cuando se quedó en la tumba común en el cementerio... Lo llenó de cariño insobornable e inolvidable echó su brazo zurdo en el cuello deslizándosele, como una suave culebrita sabanera. Estando sentado y al finalizar los seminarios de orientación de la universidad O & M; entendió que debía acudir a los movimientos de su amada y entrar por el portal que ella le estaba abriendo iba a grapar los papeles y dejó caer la grapadora la suavidad de la piel de su amada le quitaba su voluntad, ella había absorbido su poder de mando como otras veces sus labios no se movían sino absorbían la pesadez del trabajo y lo liberaba de la sumernage en que estuvo las 7 horas anteriores, era un beso desnudo, de carne que empleaba las comisuras simplemente como puente para cruzar en esa manifestación de pobreza, ella lo hacía rico enviándole su alma y entraban unidos bajo el embrujo corporal más que eso eran vibraciones de un universo cargado de lirismo, surrealista sin altivez encendía el corazón orondo pasional y emotivo y musical, brotado de un jardín paradisíaco sin prejuicios, sin frustraciones sin aflicciones sin anhelos, ni sueños sin satisfacer.
--¿Qué hay de cena en la mesa?
--Ya estamos en la mesa, ese es tu manjar, no existe mejor banquete que el que se alcanza sin prejuicios ni tapujos, pero colmado de espontáneos deseos de hacer feliz a la pareja.¿ Acaso no ha visto a los lagartos cuando se aman, no los has visto tomarse sin religión? ¡El amor de los potreros el de los corrales el de los mares y de los océanos! El tuyo y el mío es el de los cielos es el muy real pero más que eso, Cacheo, es un amor honesto. La mesa soy yo soy tu mantel tu servilleta, y soy tu servicio. Dos lonjillas de cebollas revueltas en virutas de albúminas de huevos esperaron en medio de dos panes hasta que volvieron por un pellizco estomacal. -La verdad que el hambre se quita cuando el espíritu está satisfecho, cuando hacemos algunas cosas bien para todos. Mi conversación es un cruce de ideas en bejucales en alas de luciernagas en noches claras.
Durmieron y a partir de que vendiera la alhaja que tenía guardada, permanecieron comiendo de esos dineros hasta que los estudiantes universitarios y secundarios acudieron a llevar algunas cosas de comer como paga por los seminarios que Cacheo le había hecho ya que no cobraba… los recibió por entender que era una especie de cambalache entre maestro y estudiante. La despensa se había llenado con honestidad. Iluminados dejaban los paquetes fundas, encima del escritorio de ébano verde, llenos de bienes alimenticios que guardaban de buenas ganas.
En la casa de Palmaro las reuniones continuaban igual que el primer día. La muerte de Jabonildo, la de Joaquín y de Segundo, ni la prisión de Manguito y de Vergelio han hecho cambiar a la familia Ortega del Prado. El vibrar de sus emociones hacía tremolar las zapatas de los perseguidores que no eran otros que los bisnietos de Bala, y los ahijados de los cocuyos de Constanza.
El agrónomo Florencio fue cancelado y golpeado Almacildo por no aceptar burla de los caprichos de esbirros de los seguidores de los nuevos millonarios, que decían que los nombres de los hijos de Palmaro “eran nombres de burros y loros del bosques…”
--¡Pero bueno! Dijo Campeche, es que nosotros debemos felicitar a nuestro abuelo por que inició dándonos nombres con contenido social, con concepto humano de este mundo real en vivo y en blanco y a todo color no nombres extraídos de almanaques ni comprados en el extranjero sin pizcas de significado… vacío muchas veces carentes de asimilación.
Ya en la tranquilidad del hogar en el borde de la meditación recordó que entre los nombres de los seminarios que no habían retirado estaba el de un estudiante con nombres como los de su familia y dejo la cama para comprobar si era cierto lo que estaba sospechando. Efectivamente el primero de los cinco seminarios se vislumbraba el nombre de Pimientino Ortega Arias estudiante de 4to. Semestre de Pedagogía general de la Universidad Rafael Chaljub Mejía, en la provincia María Trinidad Sánchez, cuando lo vio en su planta le preguntó ¿Cómo se llama su abuelo, joven? La respuesta fue la que esperaba y para su complacencia, era bisnieto de Yucano Toribio, su padre.
--¿Por qué maestro?
-- No es por nada dañino, sino que es usted mi sobrino nieto, soy tío de su padre. Su abuelo es mi hermano.
--Artemisa freía once libras de batata para le cena, Palmaro celebraba el dia de los tubérculos y a lo que les echo manos fue a esas libras de convolvulácea, sabía -que era el alimento más completo de la huerta nacional Para los Del Prado era el día de la Batata… la comían con guandules, cocinado con coco y muchas mostazas y muchos berros y bastante cilantro, del llamado culantro. Florencio interrumpió la charla para probar el guiso que su madre le llevara para obtener su aprobación.
--¡Está bien mamá, sabe a encanto! --dijo el hijo mirándola como cuando era un púber—y continuó hablando de los hechos de Palma Sola y de los Mellizos liboristas. Del laborismo dijo—es una religión, es una creencia sureña, en algunos parajes de San Juan de la Maguana. Liborio era un anciano vicioso mujeriego, bebedor. Continuó hablando del progreso. Del físico y del moral del ético y del espiritual. No importa el avance del caballo… hay que establecer la velocidad y duración de sus emociones. También de las habilidades del montador.
--¡No eso no es verdad!—gritaba Palmaro que entraba discutiendo con un cliente suyo que alegaba asunto de historia que empuercaba la imagen histórica del país. ¿De dónde sacó esa barrabasada, quién lo diría?
--De donde no está ahí en las cañadas y en los zanjones de la historia.
--¡No Muchacho…! ¡No es verdad! Ferrand, dispuso el avance de las tropas francesas hacia el territorio nacional hasta Hincha pero fue el 6 de enero, día de los santos Reyes, pero fue en 1805… no el 9 de -diciembre del 1804, esa es la verdad,-- dijo y fue cuando acabó de entrar al salón donde aún Florencio saboreaba la batata con guandules…
--¿Qué tal hijo?
--¡Está todo en orden viejo!
--¿Pero no me va a negar que Ferrand ya en el territorio no mataba a los haitianos especialmente a los padres de los niños y jovenzuelos que apresaban para venderlos como esclavos?
--Claro que no te voy a negar si esa actitud enfureció a Dessalines y ordenó ocupar el territorio de la parte este por dos flanco… sin embargo se vio obligado a regresar porque el parque bélico con que contaba era insuficiente para enfrentarse con las tropas napoleónicas. Claro que lo que dice ahora, compay, es un rayo de luz. El cliente satisfecho le pagó la deuda que restaba de la caja dental que Palmaro le estaba entregando para que se la midiera.
--¡Qué bien, que bien le queda!, ahora a usted le luce decir la Historia como le cuadre…, Je, je! Ambos rieron y Palmaro fue al comedor donde la familia lo esperaba para bendecir los alimentos en el día de los tubérculos que en la familia de su esposa había sido una vieja tradición.
Ya en el servicio, en el almuerzo, Florencio le preguntó a su padre por qué no le explicó sobre las columnas de Petión y de Cristobal y los problemas ocurridos en Santiago que resistían el avance por la ciudad. Y Palmaro le dijo que a él, y era cierto que discutía hasta en el templo de Bahaullah para dejar limpio el entorno de la humana verdad, pero lo que buscaba era que el individuo, no le pidiera más rebaja… - ¡ja ,ja,ja; ja ja ja, ja¡ rieron hasta que se agotaron, a pesar que Artemia le recordaba la digestión.
Cacheo esa mañana tenía 20 pesos con 34 centavos lo había obtenido por los trabajos de teatro para promover la presentación de tres jornadas del taller literario a favor de la literatura socialista celebrados en la pérgola de su residencia, como asistieron más personas de las previstas los centavos no alcanzaron para la picadera y buena agua fresca.
En una de las mesas Caobo y los hijos de Palmaro presentes en la jornada literaria habla de la vida de los tránsfugas que les sobra de todos mientras que a ellos, les faltaba para comprar siquiera agua y no morirse de sed. --¿Cuándo se curará esta ciudad, señores?
--¿Cómo dice usted?
--Dije que… ¿cuándo se curará este país? Los pilotillos están carcomidos, la materia básica se la han llevado los comejenes para sus almacenes, corrompen con las huellas las piedras y las rocas al pasar. Queman las huertas, derrumban las zapatas de la dominicanidad. Hemos perdido el poder de engendro de hijos sanos y puros, que nos den nietos más sanos aún.
--¡Cortaron el fluido! Ha vuelto la oscuridad. Casualmente cuando los exponentes leían las conclusiones…
--Nosotros decía-- Anonaldo creemos que nuestra empresa debe ampliar sus alas ancharlas hacia otros horizontes y es por eso que consideramos que a partir del próximo año escolar las escuelas nuestras producirán los víveres que estas consumirán producirán los cuadernos y lápices que utilizarían. Los estudiantes serán actores y Protagonistas en cada acto de producción como lo son en el acto de consumo. La sala aplaudió por cinco minutos y los participantes se pararon de los asientos.
Los dineros-- continuaba Anonaldo—los obtendremos con los grupos socialistas de la vecindad regional y de las secretarías de agricultura, de industria y comercio y de Fomento industrial. La secretaría de educación de nuestra organización instalará fábricas regionales de butacas, neveras bebederos de pizarras y talleres… En el centro del territorio nacional habrá fábricas de zapatos escolares que donaremos a los niños pobres hijos de trabajadores.
Lo más interesante es que en todo el territorio nacional haremos como hacían nuestros primitivos. Haremos convites, juntas, tornapeónes, iniciaremos el primero de enero, día de año nuevo, sembraremos tres millones de matas de maíz en terreno del consejo estatal del azúcar. El día de reyes sembraremos diez millones de naranjos de las conocidas en todo el territorio nacional como babor, el día de ceniza sembraremos seiscientas mil matitas de auyama no rastrera. Los aplausos eran constantes… y se prolongaron más cuando Cacheo anunciaba que su esposa Palomina iba a ser madre de un par de gemelos o sea cuatrillizos como los racimos de los 10 millones de cepas que sembrarían en toda la propiedades de CEA. De los centrales Montellano y Amistad.
FIN
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