lunes, 12 de octubre de 2009

frag de la Ventana de los Lagartos, de Victor Arias

novela de 478 paginas.

Capitulo 28
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Cuando Otilio despertó eran las 4 de la madrugada, estuvo en los sanitarios y la letrina, cosas de sonámbulo, y luego permaneció algún rato en el taller. Se podría decir que era un hombre desesperado, pero el no lo aceptaba, pero en cuestiones manuales se sentía con bastante confianza. Al encender la sierra eléctrica pensó que despertaría al internado y hasta al seminario y volvió y sin mucho razonamiento se acostó de nuevo el silencio era sepulcral ni los avechuchos se escuchaban, algunos cantos de gallos anunciaban la llegada del alba.
Abrazó con la mirada los objetos del taller sintió la presencia creciendo entre los espacios de la persianas y la puerta donde habia estado. Sufrió ansiedad de regurgitar, estaba en el ataud, en un ataud de papel de estraza… se durmió abrazando el cuerpo de su madre doña Pancha, las costillas bailaban al compás de un frío intentó llamar a Arias y a Soriano, pero no lo hizo. Despertó a las ocho. Lo dejaron dormir.
Ulerio fue el primero en despertar, pensó en la pequeña rubiana, la de los ojos verdes estuvo en los aleros del taller, en una funda amarilla halló un cocuyo de extravagante tamaño lo guardó en una botella para mostrarlo en las noches negras. Cristito que era dueño de amplia fe, dijo que algo muy grande ocurriría. Ulerio desplazó las teñidas imágenes del coleóptero por las voluptuosas de Clavely, hizo pantallas en el foco de su corazón con intenciones románticas por los juramentos que habia hecho a favor del amor perenne por Yokasta, mientras existiera sol en el cosmo. En el dormitorio el olor moribundo de rosas y de claveles impregnaba los vestidos y las cosas de los estudiantes. El olor a candelabros y a cirios encendidos y apagados, fue que despertó a Otilio, se levantó con una toalla roja en la cabeza. Se lavó la cara, tomo café, se integró como uno de los mosqueteros, a Kleber y a Arias en los trabajos de limpieza, formando el trío. Ciro los veía desde el dormitorio del aljibe llamó a Demester y se los mostró haciendo faenas que a ningunos de los tres les correspondía. En verdad señaló Demester, no tienen hiel para el trabajo.
En hora de la clase de lengua española Cristino tuvo su mejor dia de su vida cósmica, estando en el pizarrón separó en sílabas las palabras nosotros, vosotros, arzobispo, inhibido, inherentes y cinco más de la misma familia. Públicamente no habia saboreado el primer triunfo que lo llevó a creerse campeón. Desde ahí visitaba la cancha como actor como el primer beso, como la primera caricia, como el primer sueño hecho realidad. El profesor Candelier y la profesora Collado lo habían programado así buscaban manera para fortalecer la voluntad, reforzaba el carácter de Cristino, con una buena actitud positiva por sobre los demás compañeros a los fines de abrir la ventana del triunfo en los venideros días. Los mas creyentes, en el dormitorio de los lagartos, pensaron que el habia violado la voluntad de la señorita collado con regalos de flores y halagos y elogios que tal vez ella habia deseado en los dias de su primera juventud, cuando fuera estudiante en el colegio San José en la novia del Atlántico. Los incrédulos señalaban que era un cariño socrático empleado por la maestra mejorando el comportamiento del alumno y en él en lo particular. Encarnación comentaba la actitud de aparente cuadrangular, dado por Cristino, es un tipo multifacético cepilla bien los zapatos y los colmillos, pero es tramposo. Peina hasta los bigotes y se sabe rasurar pero escucha detrás de las puertas ajenas, se limpia bien los oídos y las uñas como el que más. Este es un individuo que no conoce ni el Enriquillo de Galván. En mas de una oportunidad, hizo fraude, y ni de esa manera pasó las matemáticas, es burlón irónico y sádico. Contradice la balanza de sus dientes perlinos. José Cristino, dijo Pedro, que no era costumbre opinar, para calificar a nadie, es un individuo afortunado. Hace cosas tan alejadas de lo moralmente normal, todo el mundo se lo aplaude. Pedro refutó Ulerio, póngame un objeto más real, más concreto, más racional que emocional. De esa manera podría convencerme. Eso será muy bien, dijo, Núñez afectuosamente se introdujo las manos a las faldiqueras le especificaré pero cuando a usted le coge hay que cambiarle las primeras letras al Padre nuestro.
-Eso que dice, me gusta, Pedro. Desde ahora estaré pendiente de todas sus opiniones, sin embargo parecería que le gustaría cambiar de temas. Pedro continuó con el juicio de Cristino Matos. Pues sí, ese es un peligroso y buen especín. Tengo en creer que lo cuida y lo protegen. Dígame qué es ahí lo, en esa construcción. Bueno Jorge, lo ahí, es un complemento directo. Lo escuché decir, “en una funda tengo un cocuyo que ilumina y cuida mis pasos” lo dijo en los dias que llegamos al colegio, anoche no pude dormir por los aletazos de sago daba el coleóptero entre su cama y la nuestra, ahora, qué dice usted a eso. Hay que considerarlo como un afortunado, es fantasioso no para educar es cierto Pedro dijo Ulerio, usted posee toda las razones. José Enrique uno de los estudiantes en la aplicación de métodos más fáciles, en el desarrollo de las facultades individuales asegurando que era una mínima porción del poder de fantasía de Matos. Le contaré lo que me contó un dia. Era martes 26 de enero, dia del padre de la patria, no llegó a tiempo a la escuela, para decir el juramento de los Trinitarios, corra que en el saloncito le esperan, huyó como un hurón mirando para la retaguardia, después flotaba, lo empujaban sostenidos por el cuello de la camisa. Hizo del padre de la patria. Lo realizó con éxito, de vuelta al hogar, encima de borriquito celebrando su gran triunfo recibía coronas, trofeos, joyas se las entregaban muchachas desnudas, el burro se espantó con el vuelo de una gallareta que desde la Maguana Oviedito habia salido, cayó entre espinas y hojas mojadas con orinas de reses permaneció casi media hora inconsciente, recogía los pedazos de un sueño pueril. El saleo estornudaba cinco veces por segundo, el veía rotas las canastas de su imaginación se levantó del suelo sacudiéndose el polvo quijoterino como una caricatura encinta pariendo en camas dolorosas y tiernas travesuras. Puso jáquima y barbiquejos al salir caminó por trillos en las cañadas de aquellos cañaverales, rumbo Al Peñón del sur de Barahona. Lo llevaba de mano, el no cabía en el aparejo iba en medio de un pan grande, era un emparedado gigante, y era Cristino, la salchicha luego su respiración se confundía con la de Sánchez, y de Mella. No comprendo, dijo Ulerio, confundido quizá, si es una metáfora carece de belleza, y si otra cosa fuera… la imagen es cadavérica. Pero Jorge- dijo Pedro, Matos hace creer que es Duarte, cuando controla el animal, no habia ningún problema. Luego de haber llegado en el lomo del patojo los espíritu, y de Mella, tuvo que caminar a pié y ceder el puesto al padre de la patria. Jorge movió la cabeza de izquierda a derecha, dibujó la cruz de la redención donde crucificar a Matos y Matos. Otro dia me dijo haber tenido contacto con el espíritu de Damián Smith dijo que ha tenido enormes temores, le ocurrió algo parecido a los patricios, y las basuras para el trofeos, en el burro. Dijo que saliendo de Paraíso para el colegio, me dirigía en un carro Agustín, el chofer se detuvo, para recoger, a una mujer que iría para Santo Domingo se quedó en Barahona, éramos 4 pasajeros, al pasar por el cuartel de policía, sólo bajamos Eladio nombre del chofer, y yo,. Dónde estan los otros dos pasajeros. Preguntó más de una vez sin recibir respuestas, al seguir la travesía, halló dos pesos en los asientos del automóvil, se lo entregó al conductor que lo miraba por el retrovisor. No se dieron cuenta cuando la pasajera se desmontó. Bueno amigo, habia dicho Cristino, un poco más tarde volvimos a detenernos para recoger nuevos pasajeros, en los que se hallaba la señora la que de inmediato refirió que se le habían quedado los dos pesos, en los asientos traseros. Quién los tiene. Miré la cara de Darío, el chofer, quien me guiñó un ojo. El hecho es que me trajeron hasta la puerta del colegio sin pagar un centavo en lo que puse los bultos en la grama ya el Austin se habia esfumado. -eso no tiene nada de extraordinario, nada es relevante, en la mente de ningún gaznápiro sucede todos los días dijo José Enrique García. Finalmente dijo Cristino, “esa mujer era un zombi blanco” los que estábamos allí nos reímos luego nos fuimos a los nuestros.
José Enrique, Pedro Núñez y Jorge Ulerio celebraban el triunfo de las Aguilas Cibaeñas, en la sombras de los almácigos, era un pretexto para tratar otros asuntos. En el horizonte habia un cielo transparente cosechas de nubes níveas viajeras, almacenadotas a distancias, los correos infantiles José, siendo muy romántico, las describíamos como un coro de muchachas, en blancas embarcaciones algodoneras cansadas de cantarle al viento, es un rosario, es un tesoro espiritual visto sólo por talentos, e ingenios soñadores de estetas de glorias y de encantos. De qué hablas dijo Ulerio. Me entusiasmo al ver ese remanso y sosiego, sin intención de digerir tal honradez y tal belleza de tan expedito panorama. Respirarlo tan sólo produce un orgásmico placer tan intenso com un océano de blancas palomas y de rosas rajas donde el descanso tiene una sempiterna hamaca para adormecer a los dueños de la muerte, de la guerra. José Enrique deseaba conversar de la felicidad negada a los negros y pobres por siglos, excluidos por el clásico capital y de siempre. Pero, qué es la felicidad, para usted la felicidad José Enrique. Exclamó Ulerio. A lo que contestó, es una mercancía de lujo, negada a los pobres, muchos pierden la vida buscándola. Pienso dijo Núñez, que hay dos grados de felicidad, mi experiencia la ve como una escalera rodeada de bejucos y frondas produciendo frescura para los que sienten calor… ahí hay un grado de felicidad, el manantial que como todo lo que el satisfaga la sed en la latitud, lugar y tiempo, es ahí otra manifestación de Felicidad, aunque me complazco en enmendarme como dije al principio simplemente es o son graduaciones, ahora comprendo que es mucho mas que eso. Es un estado anímico de satisfacción. Ulerio en su pensamiento llevaba decirle a J. Enrique que se habia enamorado de la rubiana vecina del colegio y quiso decirle que en pocos segundo habia sido feliz con ella, pero que al descubrir que era la novia del hermano suyo la felicidad se habia trastocado en amargura. La felicidad es un objeto transitorio, según el análisis de Núñez, pasajero muchas veces empero he extraído que es la satisfacción de un acto vital, es un gusto, es la degustación extensa e intensa fuerte y vehemente pero prudente que en las actuaciones experimentamos del diario vivir. Nunca voy a creer, agregó Ulerio, que esta sea simplemente dicha y suerte, como algunos la han calificado. No le diré nada más de la rubiana. No, no Jorge, esa muchacha es gemela de la novia mía. Y vive en New York. Estoy enterado de que se llama Milkeya. Así es, los tres amigos se marcharon, se bañaron estuvieron en la cancha allí estaba el prof. Bruno haciendo calentamiento para bañarse. Fue interrumpido por el vehículo anunciador de la película Enrique Blanco, el guerrillero solitario. El blanco de España y la piedra pome tenía a Otilio ensimismado metido en sus obligaciones. Ordenaba las hebillas colocándolas en las bolsas correspondientes a las tonalidades en blanco y negros. Perseveranda y Griselda se reunieron con Arias y Luis Ernesto escucharon las opiniones sobre el tema folclórico. Dunia Maria y Maria Dionisia oyeron a Griselda decir en la reunión en un camerino algo oculto Dalia Margarita fue enterada de lo ocurrido aunque no del contenido de lo tratado Margarita hizo un gesto de rechazo que a Dunia le pareció intolerable marchó a su cama a leer el “Libro de la Joven” desde la cama observó a las compañeras que de soslayo veían por las hojas de aluminio de las persiana para ver cuando Constantino Victor llevara el latón de agua a la prof. Mamina, los dedos de la mano izquierda de Dalia Margarita entregaron al rostro de Arias un manojo de flujo energético acariciador. En horas de la tarde volvieron al mismo lugar alojándose en el mismo camerino. Otros alumnos compartían los estratégicos puestos del salón de actos. Mejía y Arias hablaban de los intríngulis y particularidades folclóricas del dominicano en todas las manifestaciones. Maria D. entendía que entre las cuatro estudiantes, existía un nejo de intereses lejos de ser simplemente escolar. Sabía que no se reunían para estudiar sino para compartir otro tipo de emociones descomunales. Una razón que le daba a entender la situación de esa manera no era otra, que no fuera que eran de diferentes grados de escolaridad. Dalia M. se encogió de hombros al saberlo. Lo había analizado por la misma vertiente. Según Dalia M. eso era fácil de saberlo. Los otros grupos formaban una medio Luna, la mayoría era del tercer año. Estudiaban los contenidos, enviados por la profesora Thelma, entregados en sobres manilas por Humberto Morrobel.
En una pequeña mesa sostenida por bloques de cemento, estaban las libretas de Perseveranda y los codos de Luis Ernesto. Arias acodado en la puerta veía desde allí a las muchachas y mujeres que iban al lavadero, columbró luego, a Melba Pérez y a Dalia M. recogiendo flores silvestres y semillas de cardo santo Este cardo tiene flores compuestas de color púrpura muy decorativas, pero las hojas y ramas espinosas le dan aspecto de mala hierba. Es una especie común en terrenos baldíos. Pertenecen dijo Melba Pérez, a la familia de las compuestas, el lanudo es una especie y otras el cardo cundidor, el cardo erizo, el mariano. La alcachofa borriquera el cardo estrellado y el más común en nuestras sabanas es el cardo santo, Cnicus benedictus. Miraba a Kleber acercándose, se iba a levantar para enterarse de lo que deseaba, pero Griselda fue hacia él y se contuvo. Josefa Camilo Amarante, se agregó al grupo y Kleber optó por quedarse. Luis Ernesto llamó a Perseveranda para pedirle la introducción de los temas ya que era la promotora y dueña. Los demás apoyaron a Mejía. es muy sencillo y trivial quizá, seria bueno comentar con ustedes dos, fue Griselda la que me lo sugirió. Buscando la opinión de consenso. El tema es la música típica como materia socioeconómica y cultural étnica me estoy refiriendo a la folclórica. Griselda habló de preparar un documento como marco de referencia y señaló que los mexicanos hacen largos metrajes con el tema de una sencilla canción. Desde el uso de las modas, gradualidad del habla regional y del modo de manifestarse en el baile y los temas de los cambios sociales de su historia. La forma de vestir los estilos, de una generación, de sus generaciones y el punto de vista político. Es lo que deberíamos hacer nosotros con nuestra finca de usos, tradiciones y culturas. México es un pueblo de múltiples arraigos con lo folclórico nacional y nativo o su étnia. Lo que dijo Encarnación lo escuché y me simpatizaba en todo. Debería iniciarse con un señor vestido de cañero pantalones fuerte azul remendados, sin poder diferencial el original un cinturón de pencas como correa, o de guano o de yagua. Chancletas en los pies de suela de gomas de camión, un cuchillo de hojas anchas y en la cabeza un sombrero de cana al estilo mambí. Cuando abramos las cortinas en carretero dice Arre picaflor. Arre colorete, arre. Detrás irían varias carretas llenas de cañas recién cortadas esas carretas entran por la puerta de la Misericordia o por la del Conde. Llego se escuchan los gallos cantando como en la madrugadas y en la aurora oiríamos ladridos de perros y relinchos y rebuznos. Como si lejos oscureciera un fondo musical con el merengue cañabrava en voces típicas, ¿comprenden? Luego para finalizar lo que parecería un acto de… los hombres bostezan y van al comedor de doña Sea, a desayunar, en un batey llamado, La Grúa, en Saballo en el central Amistad, en Bajabonico de los Cañafístoles. Con yuca blanca o amarilla, huevos revolteados, espaguetis con guineos o plátano, mangú de estos con trompitas de cerdo o con Yuca negra y mondongo acabadito de sacar de una paila humeante. Con picante de vinagre de naranjas comunes o de babor escuchando los merengues Compadre Pedro Juan y las muchachas de Juan Gómez. A partir de nuevas compasiones, eso pienso dijo Arias. Josefa Camilo lo consideró como un sueño. El que no sueña con semillas no cosecha, respondió L. Ernesto que pensaba en Maria D. limpió los espejuelos entonces dijo que estaba fuera de nuestro alcance económico y de los controles sociales dijo que en el aula podíamos hacer lo que las circunstancias permitan. Podemos de cada centro un escenario empleando el teatro escolar, montando obras de la cosechas nuestras con los vernáculos temas e intereses, donde participen los lugareños llevando cantos, décimas, chuines de las regiones. Bueno sería que nuestra secretaria de Estado, hiciera de este tema un asunto curricular. Así, como el deporte, tenga planes y programas y proyectos a todos los plazos. Para los superficiales, y les parezca ridiculez nuestro folclor es nuestra fuente petrolífera es nuestra olla de oro negro. Fortalecería el turismo. Después de circunloquios Arias dijo que debíamos requerir las opiniones de personas como el prof. Candelier, estoy seguro que si lo motivamos se interesa en pocas horas, tendríamos un perito con nosotros. Estuvieron afines y se marcharon. Los demás grupo hacia rato que se habían ido del salón.
Allí vienen manifestó M. Dionisia, creo que le fue bien esta vez por sus caras lo confirmaré. Dalia M. meditó largo rato, no sabia cómo tratar a la Maria D. que tenia cerca de ella. La veía diferente a la que conoció en las noches de convivencias y en los meses del primer año de internada. Ahora toma los asuntos ajenos más que los suyos. Algo se habia roto dentro de ella. Ahora tiene cosechas nuevas manifestaciones conductuales desconocidos en ella o por mí “veo que te preocupas por los asuntos de otros más que por los tuyos” eres sensibles al dolor de tus semejantes, ahora enciendes primero las lámparas del vecino… qué te ha ocurrido amiga. Por qué no me cuenta… parecía estar en un corralito no comprendía por qué la tuteaba, era la primera vez, estaba segura que no era intromisión sino solidaridad, era preocupación por los asuntos de ambas.
Estoy enamorada y no lo sabia, no veo que se me escape de mis manos, consumía esas reflexiones para sí, mientras veía, por el mosquitero para las persianas. Anjá eso es lo que piensas de mí, pensó. Según usted estoy cruzando la frontera las líneas de su vida. Su integridad personal su privacidad, eh, eh amiga. Cree que apago tu sol. Meto sombras en tu vida. No ponderaré si estoy metiendo sal en tu café y dejando de regar mis flores, pero refresco la ajena es eso lo que cree. Quería enterarte de lo que hacia Arias y las muchachas. Pienso que lo hiciste, dice Dalia M- por la presencia de Mejía. Por qué tiene que ser como dice usted.
-Ahora luce celosas y aburrida.
-No pude contenerme.
-Pues no se de que estás hablándome.
-Ponga atención y se dará cuenta. Le contaré. Lo sabe, no soy egocéntrica, ni entrometida, sino preocupada por lo bueno y por las cosas bellas. Soy una persona respetuosa, es cierto que sacrifico mis intereses por los de los demás aunque, muchos no lo agradezcan. No podia ver al lado de Mejía a Perseveranda, como una argolla me iba ahogando lo malo amiga que aún no estoy clara en la razones de mi comportamiento. Sólo tengo débiles indicadores.-

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