jueves, 24 de septiembre de 2009

Vuelos de Garzas. novela de Victor Arias.

TITULO:

Vuelos De Garzas

Autor:


Prof. Víctor Arias

Diciembre 7- 2007

Ediciones Bajabonico


Composición Diagramación

CONSTANTINO Cruz Arias

Impresión:

Bajabonico de las gráficas










Arbologia De

Martina Polanco Clase


· Hija de doña Ana Joaquina Marcelina Clase Y de Don Delfín Polanco.
· Hermana de Ursula, de Juan, de Lorenzo, de Rafael
· Sobrina de Teresa y de Andrés
· Esposa de don Eulalio Santos García
· Cuñada de Tomás y Manuela Santos.
· Madre de Cirilo, Emilio, Demetrio, Paula, Ana, Severina, Adelia, Ramona.
· Sobrinos, hijos de Ursula, Patria, Ramón, Carmen, Colasa, Nereyda
· Hijos de Cirilo Pedro, Sergio, Henry, Ivan, Jhoel, Félix, Rosa y Gabino
· Sobrinos, hijos de Patria: Eulalia, Ediburga, Asela, Gaspar, y Rafael y Prásedez
· Suegros, Marcelino Santos, y Eulalia García
· Otros Sobrinos, hijos de Rafael, Bautista, Rafaelito, y Majere.














Especial Agradecimiento


Al

Doctor Prásedez Polanco
Presidente del Consejo de Cosalup


A la
Licenciada Fermina García Trejo
Directora del Consejo de Cosalup

Las flores de una sonrisa infantil, quizá sea mejor ofrenda que podríamos ofrecer a esta pareja iluminada por la farola del bien social, como agradecimiento por su sacrificio y don de abnegación… Felicidades en la construcción del vergel social que han soñados.
Atentamente: Bajabonico de las Garzas.




















AGRADECIMIENTOS


A los hijos de Bellacolonia, a los altos de los Antolino, a los de los Altos de Rinconitania, a los de Villa Bartolina y al Paseo de los ahijados de Martinitania: “Nóbel de la Maternidad”
A los de vuelos de Felixitania y de Bonilandia o Bonilliburgo, a los de Silveritanios de los Altos de los Morones en los aleros del fiel y leal Bajabonico… A los nietos de Gelo y Catrina; a los de Florita y Comadrita, loas y honras para todas las Comadronas de los pueblos humildes del universo especial para las caribeñas y las de Kenia y sus contornos Mandingas… Agradecimientos para los niños nacidos al amparo de esas manos bendecidas por el gran Sol de su Universo.
Deseo expresar fervientemente mis gracias a todas aquellas personas que me han entregado platillos de estímulos y mis hermanos y sobrinos, primos y otros parientes que aunque fuera un sacapuntas pusieron en mis manos para que Vuelos de Garzas sea una realidad. Como lo fue Los hijos del Carpintero, publicado y otros como La Ventana de los lagartos, Una Noria en el camino, y Entre las vísceras de un Acordeón.
En Altamira:
Al prof. Antonio García, trabajador social ex diputado en el período 1978 -- 1982. Para Lucilo Veras Maritza Ureña, para Carlos Cabrera y Lourdes, Vanesa… Júnior y Elsa… para las hijas de Leandro, mis dos nietecitas.
Al prof. Vidal Adriano Reyes, pensionado de Educación
En Santiago:
A mi sobrino Lic. Juan Roberto Arias Mercedes. A Humberto Morrobel, José Enrique García, a Melba Pérez.
A mi tía Majere y a sus hijas Hilda y Minerva.
En Jicomé, Esperanza:
A mis tíos Regino, Bernardo, Humberto, José María Torres, a los primos Lilo, Neftalí, Miguel, Nélsida Antonia… entre otros Silo, Papo y los hijos de Leo.

En Puerto Plata:
A mis compañeros de lucha democrática, sin descanso y si remordimiento.

En Bajabonico:
Al Ingeniero Milvio Simón Morales, A Blas Ulloa, a Nicolás Henríquez, a Osiris Guzmán, a Margarita Disla, a Teodoro Ferreira, a Fermín Díaz, y a Cristina Clase a Modesto y a Zunilda.
En el entorno filial a los sobrinos Celeste y Edgard, Arístides, Cucho, y Chicha, Joselo, Orlando Rocío y Kelvin a los sobrinos y sobrinas nietas… Loren, Skarlie para mis nietos Osnar, Joan y Elvira. Para mis hermanos Roberto y Rosa y Teresa.
No te arrodilles ante el poder lucha al lado de la verdad y la razón. No te dejes enyugar, busca las claras nubes en los horizontes. Las masas pueden ser ordeñadas, pero nunca podrán manear las alas de las ideas; tampoco podrán extraer los espermas para embarazar la Patria de gemelos o trillizos que puedan romper los candados de la opresión del Capitalismo.
En Amina Esperanza:
A mis tíos Julio Medina y Libertad Ortega, a los primos Luís, Magdalena, Elena Willians, Víctor, Iris y Miledys.
En Santo Domingo: todos mis Alumnos de la Victoria, de la “Hacienda Estrella” de Guanuma, de los Castillo, los de “La Luisa” Blanca, Luisa Prieta, a los de Proyecto Haras, a los de la “Virgen”. A José Inés Espinal, y a Mercedes, a Paola y a sus otros hijos. Saludo afectuoso para Andrés Fortunato Victoriá para mi hermana Lourdes y Bolívar y para los Sobrino Angge y José Francisco… para Gurys Gloria para mis hijos Kleber, Iván Patrovich, Pavel, Leandro, Willy y Sifredo de apodo pinocho y a sus respectivas esposas y a sus hijos correspondientes. En York: a mis tías Braulia, Cecilia, Buenaventura, a las primas Alejandra, Grecia, Adalgiza, a Dalila, y a los buenos amigos Bernardino Cabito García, a Optaciano Silverio y a Ismael Cruz Bonilla.
En España:
A mi hijo Kleber Wladimir Arias Peña.
En La Vega:
A Luis Ernesto Mejía a José Ovalle y a Margarita Almánzar.














INTRODUCCION



La observación no es un camino infalible, pero por ese se puede llegar a la cumbre o al precipicio.
Se puede alcanzar millones de respuestas a millones de preguntas, podemos tener la correa de la verdad sin salirse de las vías del Bien, conduciendo los pasos sobre las sintetización consciente y transparente. En la búsqueda de recursos, en la mañana cuando el escenario de la calle está en acción; observará la respuesta de algunas de tus preguntas.
Un albañil recibe de mano de un ayudante un block de cemento, lo coloca según su plan, donde lo necesita. El que pela plátano en una esquina y lo echa al freidor, tiene vasijas para la lidia, si no se caería en el precipicio que hablábamos al inicio El plan de un profesor al nivel que sea, el del cirujano, como el del carnicero, que corta carne al muslo, así mismo el agricultor que siembra maíz o cualquier otro rublo de la agenda alimentaria, lo va calculando al ritmo del observador, de un analista y de un comprobador. Bajabonico es el nombre, que para muchos significa baja bonito, del río de los municipios Imbert, Altamira, Luperon y de “La Isabela.” ¿Cuántos kilómetros de largo tendrá? ¿Será importante saberlo? Tal vez sea lo de menos como también es de poca importancia
Para mucho saber que fue el primer río del nuevo mundo que sirvió para que los conquistadores, del siglo de las asquerosidades, lavaran sus manos sucias de sangre de los nativos en los mismos primeros 17 días de haber bebido de su fría y muy pura corriente. Este agente fluvial rompe en dos el valle que historiadores y geógrafos han llamado valle angosto del Bahabonico
Esta larga franja verde de tierra muy buena en su mayoría, hace crecer enormes riquezas como por ejemplos las del central Amistad, en los Llanos de Pérez, las de los BROS, la de la familia Díaz… pero ningunas como la del señor Henríquez Silverio. Higinio es el nombre para esta narración, del señor Félix Henríquez Silverio, hijo de Felicitas Silverio y de Pedro Henríquez, (apodado Pedrito Mechora) individuo de dimensión física y psíquica como todos los mortales; hasta bebe y come, posee sentimientos, y padece sensaciones, de calor y de frío, de y hambre. Es casado con la señora Feliciana, nombre para este trabajo… de la señora Higinia Bonilla Sandoval. Se prestaron el nombre en término recíproco. Conocen los conflictos del ambiente social, económico, político y psicológico e histórico. Estas narraciones abrazan algunas telarañas del final del siglo en que naciera don Félix H. Silverio. Y la señora Higinia B. Sandoval no se profundiza demasiado porque la intención es superficial… por temor a tener que Senescales Gustavo, Julito y Ciro. Y como José Barbú y Aquino y Campeón según los observadores estos fortalecían las relaciones entre las dos familias. Una llenas de riqueza y otra cargada de limitaciones. La primera abrazada de los manjares que da las relaciones con san Ambrosiano. Y la… que ofrecen los abrazos de santo Tomasito. Higinio casado con una mujer inteligente, de grado refinado amante a las lecturas escogidas fiel a la música de su san Antonio. Doña Martina esposa de un individuo dueño de grandes energías espirituales; individuo caritativo, aunque pedigüeño, mistificador devoto y protegido de Santo Tomás.







CAPITULO (NO UNO)






Don Higinio habia invitado a Eulalio y a Martina a un almuerzo a la mansión donde comen y conversan de la construcción de un hospital para realizar los partos en camas y condiciones más higiénicas y más humanas. Martina, aconsejada por su marido, se opone por entender que una comadrona no podía vender sus servicios.
Alrededor de los ahijados de doña Martina estaban los empleados de don Higinio como de Doña Feliciana que conoce los enredos de su marido con Filomena, la amante suya, hija de Pancha—Vieja—partera de Guanábano y de Aromania, por uno de ellos. Higinio convoca a una reunión con todas las comadronas con la intención de sacar de la vía de observación que realizaba su mujer. Pone a un lado los amores con Filomena y se retira.
Invita cada protagonista… entre los que están los señores aireando los perímetros que separan a don Higinio de doña Martina y viceversa… por un lado José Medina, de apodo, Chepe, y Jerónimo Bonilla, apodado Chombo, por el otro lado los compadres, las comadres y los ahijados, el río, el señor Pío Santos, don Lalo Santos, los hijos suyos, los cementerios, los corrales, los guerrilleros barbudos, los soldados de la tiranía, las velaciones de San Antonio y Santo Tomás. Una gran cantidad los abrir las compuertas de las prohibiciones y de las locuras de la tiranía por temor a remover las ramas de las lejanas matas del pasado, muchos pichonzuelos caerían en la boca abierta del galgo… que en el tronco esperaba que cayeran. Aunque el feudalismo es una cosa del pasado dentro de los humores de don Higinio dormían algunas características de ese poder consumista avasallante, en el no existía la abusiva intención esclavista. En las primeras jornadas de su vida Higinio lleva a sus acciones, el dolor de la convulsión que humedece los linderos de una adolescencia tranquila: como jugador, bailador, tabernero, fiestero, y tamborero. Luego de una borrachera vislumbra que planificando se asciende a las montañas o a donde coloca las metas. Que puede cruzar las cañadas y los océanos como cortar las ataduras de los prejuicios raciales y étnicos. Se da cuenta que los cambios son buenos, sanos y nobles Vuelos de Garza encierra varios momentos los del jugador, tabernero, mujeriego, vicioso… y las virtuosidad de doña Feliciana que don Higinio asimila… mas poco a poco se va complicando con la presencia inmaculada de la señora Martina Clase, la que se alza como ave guerrera en el arte de partera desarrollando una obra majestuosa de manifiesto humanístico en los entornos y contornos del municipio.



--­PROLOGO--
Bajabonico Arriba (1906—1977) correa floral en el valle del santuario del descubrimiento de América, en 1492, territorio de Maguá. Es bueno señalar que hay tres Bajabonico, en la parte urbana se une con otros territorios camino hacia Maimón con La “Aguaíta”, Las Avispas, el Puerto. Los trillos de -os Yagueros-, buscadores de yaguas, y los jornaleros, de los cultivadores de rublos agrícolas interactúan con los miembros de la multiplicidad de comarcas. Maimón es una Bahía de agua fresca, muy salada de arena limpia, muy brillosa, carente de fangosidad de juncales y muy propicia para la entrada de pequeñas embarcaciones, pertenece a la costa atlántica del municipio de San Felipe, provincia Novia del Atlántico.
La autopista después del 1976 cruza sobre la rodilla del cuerpo geográfico que comunica el centro urbanístico de la capital de provincia, con el municipio de Navarrete de Santiago de los Caballeros. La cintura de verde arboleda se levanta ufana, esbelta y sensual protegida de enormes rocas plomizas, luminosas de contexturas recias y marmóreas como las potentes portonzas de un prehistórico pueblo abandonado. En este pueblo en apariencia crece una exuberante y tupida vegetación capaz de envolver al guerrillero que había llegado el 20 de junio en la madrugada, del en 1959. Don Higinio se alejó de los vicios vulgares y recibía visitas aristocráticas que lo distinguía pero no pretendió calar porque era un noble humilde, rechazaba la avaricia, la gula y la codicia entendía que de esa manera se alejaba del influjo de la maledicencia y lo acercaba al mundo de la espiritualidad y de la bondad. Construyó una iglesia creando una afección como promesa al patrón de los beatos, de los divorciados de los solteros y de las solteras. Para el 1955 cuando el dictador aumenta los tributos para pagos de cédula y otros documentos y menesteres de antojos trujillistas construía la carretera Llanos de Pérez a la “Mansión,” y la de Ingenio Amistad a la carnicería y el play, por un costo incalculable de esa manera facilitaba la llegada la entrada de desarrollo y de progreso a Bajabonico, enviaba lo que le convenía enviar y entraba lo que le convenía que entrara así era fuente de progreso en su territorio real del que fue jefe a carta cabal obteniendo una gran sensación de poder y de seguridad. Vivió convencido del rol que le tocó desarrollar en lo social, en lo histórico como en lo político abrazando de cabo a rabo sin obstáculo y con entusiasmo, ayudando a procesar proyectos que en nada les beneficiaban Comando sus estancias y sus haciendas con criterios de gestor académico, obteniendo el respeto de la población. y de los que les visitaban como eran los casos del Doctor Hart y de los señores Carlos Sosa y Marín Dorrejo y de su compadre Don Manuel BROS. Nunca habló de lo que no conocía y lo hizo con cuidado y muchas prudencias si lo hacia. Aunque no fue Bolo ni Coludo trataba con afectos a los Jimenecistas y a los Ariasistas ya que Quintín su cuñado y su mujer eran adeptos.
Martina se enteró que el ejército tenía su base operacional en los almacenes del Sr. Higinio pero no de que Alicinio Peña oriundo de Altamira rondaba los aleros de las residencias de los vecinos que permitían aglomeramiento de personas por el liderazgo y en la casa suya. El Hijo de Optacilio Peña y de Negra Quico conocía que ella era una líder de la comunidad de Bellaco y de sus contornos sintiéndose muy bien al contemplar a su hijo Demetrio llevara la ermita una funda de velas y velones que cuando venía del central Montellano les traía a su padre. --Los soldados estaban en el cementerio de los Bonilla—dijo el hijo saliendo del templo, y se dirigió a la cocina a saludar a sus hermanos y a su madre. En la tarde de ese mismo día, 6 P-51 sobre volaban los montes cercanos a las viviendas y de colmado de don Gabino Silverio y sus enramadas. También la casa del señor José Niño Sención y la el delator que vivía en los Mieses.
Higinio H Silverio, esposo de Feliciana Bonilla después del censo del 1945 del 6 y 9 de agosto comprobó que tenía cultivo de la tierra, de los animales, de los recursos humanos. Pudo tener una vivienda de múltiples plantas y prefirió una modesta de dos con sus anexos, para oficinas y tiendas.
En tiempo de la primera invasión contra Trujillo, ya don Higinio era poseedor de la mas grande planta eléctrica del municipio y de la más tierra que el ingenio Amistad, aprovechamos la oportunidad para recordar que ese censo coincidió con la tragedia más devastadora del universo, el 6 la ciudad de Hiroshima, y la de Nagashaki el 9 recibieron las descargas mortíferas más grandes de todos los tiempos muriendo por segundos mas millones de seres humanos que en todas la tierra y las epidemias y plagas de la antigüedad.
Don Higinio si hubiese querido habría sido dueño de una flota de vehículo de motor y de un gran helicóptero para moverse, en lo propio y en lo familiar. Prefirió ser propietario de recuas de mulas y de caballos para trasladar los bienes a los secaderos y a los almacenes, desde los diferentes lugares de las plantaciones, a los bateyes de acopio. Desarrolló su inteligencia en la región por esa razón se hizo dueño de las primeras despulpadoras y trilladoras. Los aviones los dirigía el general Pedro Rafael Rodríguez Echavarría dijeron los lenguas suaves quien dos años después dio un golpe de Estado para la salida de los parientes y surrapas trujillistas, haciendo vuelos rasantes sobre la ciudad capital.
Don Eulalio había oído hablar de la real fuerza aérea inglesa y sintió horror y mucho miedo cuando escuchó los P-51—Son los aviones del Cefa—dijo en voz baja de San Isidro. En centro de enseñanza de la fuerza aérea,
Los compadres y las comadres de doña Martina no salieron de la casa y los ahijados ni a las tiendas, no mandaron los niños a las escuelas por que estaban cerradas hasta septiembre, por orden superior el miedo alimentaba la población en todos los momento estaba harta, dormía saturada de terror soñaba con espantos y despertaba con lágrimas en los ojos pero la comadronas hacían las visitas a las parturientas Achicó la ida a la iglesia, y como todas las otras mujeres lavaba en su casa cuando algún valiente iba al río y le llevaba el agua… Pasaron los días y los paisanos civiles era arriado cono bueyes, haciendo carnada de fusilería fue por esa arbitrariedad que un guerrillero de un tiro que no se supo de donde salió, voló el brazo derecho al señor Santo Mieses pariente del delator que provocó las incursiones de de los P-51 en la comunidad.
Eran las cuatro de la tarde de fin de año habían finalizado las patronales de las Mercedes, experimentó la más grande de las tristezas que humano alguna vez…llegaba el 20 de diciembre, con la rumba de Santo Tomás llevo encerrado en mi recogimiento, no me dejo ver en los caminos… he olvidado la cara de mis clientes, sin poder dejar la cueva —murmuró don Eulalio en voz alta.
Los azotes de Johmny Abbes y de Alicinio Peña, no dejaban de chequear a los lugareños que entraban y salían de la mansión de la pulpería de don Gabinito y las enramadas de don José Niño Sención y la de la señora Martina Clase.—Es verdad—la hice y la tengo- hablaba solo como si tuviera ante un juez de la tiranía, para realizar mis ejercicios espirituales y para la adoración, aquí escucho las quejas de mis silencios hijos de la largas tiranía vivida por papá Marcelino Santos y por mamá Eusebia García, y por los padres suyos y de sus abuelos…Escucho además los latidos del corazón de Etnia y los clanes de mi pueblo.
No salía de la cueva donde oblacionaba a Santo Tomás, guía espiritual de su familia, no necesitaba esconderse estaba peor que el guerrillero al denominado “El tuerto” que para sobrevivir brincaba de rama en rama como gato cazando lagartos. Eulalio no conciliaba el sueño pensando en lo que sería de él en caso de no hacer la fiesta de santo Tomás.
Don Higinio tenía la fuerza de un toro, los bríos de la segunda juventud… rió como reía un massokú, estaban ahí reía… como un viejo Massokú de sólo 73 añitos.

El señor Henríquez amó a los suyos y en lo personal más que en lo familiar rechazaba la adulación le huía lo convertía en un vil y ruin tirano. Se apartaba de los que querían que volara supo que los pies debían estar sobre el polvo de la tierra, aunque para el desarrollo de la voluntad, y del carácter había desenvuelto sus intimas facultades y trataba de ser dueño de la grandeza de la levitación. Sentía ese poder que sólo las almas grandiosas y nobles en término morales poseían a base de mucha meditación, trabajo y espiritualidad. Sus sueños como eran de cristal cuando despertaba no escuchó caer pedazos de vidrio en los mosaicos de su realidad.
Los vuelos de garzas en los aromales, en las proximidades de la mansión encima de los lomos y ancas de los ganados los llenaban de aroma y de lozanía abrazaba esa actividad vespertina como una aventura de su pasatiempo temporal. Sentía bello placer viendo pastar el ganado cuando las blancas garzas escarbaban o cabalgando en el anca del toro y de la becerra. – Lo hago –dijo un día porque despierta mi curiosidad y afirma mis instintos despierta mi imaginación y calma algunos dolores físicos de mis temores espirituales que viajan paralelos a los que son mis dolores…--aclaró.
Eulalio permaneció encerrado en la ermita por el aspecto comprometedor que tenía en la apariencia física recogió su barba con esa, reflejaba un acento de sacraticidad, que si los guardias que iban a la casa pidiendo un sorbo de café lo hubiesen visto de improviso podrían morir de susto. Seguía fiel a su promesa sabía que podía ser delatado, pero no le temía tanto porque creía en la fidelidad del pueblo para con su esposa Martina. En mayor estaba dentro de su misma familia que quizá por equivocación y excesiva protección lo podrían entregar sin proponérselo. Lo que sentía era un temor natural aunque infundado porque sus hijos cuñadas nueros y nueras lo respetaban y lo querían –Comprendo—dijo Lalo a su hijo Demetrio y a su hermana que junto a la madre les pedían que pusiera a un lado los compromisos. Cualquier desesperado—lleno de ilusión por el ofrecimiento de la tiranía, es capaz de vender por 30 mil pesos, hasta la madre del demonio por denunciar el paradero de un Barbudo. No creo que quisieran venderme, los comprendo… A mi no me da miedo eso—dijo Adelia, tampoco yo aclaró Martina—no tengo miedo, no tengo ningún temor por ese lado, pienso que en ese sentido estamos protegido. Si un desesperado como dices tú, lo hiciere no sería de aquí… y correría dobles consecuencias muy riesgosas –La tiranía cuando está herida es peor que cuando el río abandona su cauce que desconoce a todo el vivo.
Antonio, Juan Santo hizo a san Francisco—haré a santo Tomás segurísimo que lo haré murmuraba cuando escuchó la voz de Adelia que decía:-- papá, papá abra la puerta que le tengo buenas noticias. El señor Santos Abrió con el cuidado que dan los años--¿Qué ocurre hija? Preguntó con calma y autoridad paternal.--¡Salga de ahí y venga, venga cantando que deseo abrazarle… que la persecución a los guerrilleros ha terminado no es que me alegre, pero al tuerto… al último de los barbudos. Los soldados vienen desgranando las ametralladoras su alegría es infinita el miedo que tuvieron ha muerto con el tiro de gracias que le dieron a las esperanzas de que este buen pueblo fuera libre de los camaleones y tránsfugas… ¡verdad papá! Descomponen el miedo tumbando los frutos de los pobres agrícolas que amantan las naranjas y las jaguas y cocos para comprar en el fin de año la vestimenta a la esposa e hijos y un pantalón para ellos… como la ubre del viejo anhelo de ser felices. Ahora matan el temor pero han matado además de la perspectiva de libertad… también a Fale Vásquez.
Para el 1959 Higinio tenía 65 años con todo el vigor de la juventud de su raza negra mandingas poseedor de una excelente salud mental y formidable espiritualidad facilitó a oficiales del ejército recursos y logísticas para la ejecución de las tácticas y por ende las estrategias inmediatas recibieron de su haber desde un mulo aparejado hasta un plato de mondongo y con guineos así mismo una mazorca de maíz. Sus empresas no sufrieron con las huestes militares…
-con la mano izquierda la oreja derecha de su amado Eulalio, sintio pena cuando vio en agonía un pollito japonés que uno de los hijos de Chilo golpeó con la pelota que jugaba. El ego produjo muestras compensatorias, vio que el pequeño daba muestras de culpabilidad entonces, se tranquilizó. El 7 de enero ella cosía las cortinas y manteles que sus nietos habían rotos durante la permanencia en el cortijo en los corotos de los padres de Martina. Eran pichones que picoteaban las cosechas, y en los corrales y despensas o en las pocilgas.
Feliciana estaba adaptada con la presencia de los militares… la satisfacción sufrida fue grande cuando vio el último desalojar las oficinas que tenían como cuartel general. Utilizó los días que pisoteaban los intrusos la dignidad familiar, en la lectura de Martín Fierro y de Doña Bárbara… le dolió profundamente cuando un sargento le preguntó--¿Qué lee usted señora? Doña Feliciana ruborizaba, respondió de esta manera—Lea usted Sargento. El militar no pudo a pesar que los guardias del jefe sabían leer al revés – Es muy buena esa novela-- comentó al tiempo que le entregaba el libro a la señora de Henríquez, sin atreverse a mirarle a los ojos…Ella se rió al darse cuenta que no sabía leer ni papas--¡qué animal! Eran los salmos de David… ¡que animal!-- dijo – y sonrió con mayor empeño no sabe leer ni al revés.
La tranquilidad había retornado a los aromales y a los juncales de la vecindad de Guanabanía, a los predios de Bellacolitania y a los contornos de los dominios de los …su compañera, una gran torta de maíz que su Martina le preparaba, que se comía en la sombra del primer árbol que en su paso hallara, después de las 2 p.m. Martina reía menos de su marido pero este 20 de diciembre rió como la biznieta de don Delfino Massokú Polanco satisfecha con las energías de Lalo, y su empresa mística. Esa mañana de 24 de nochebuena la casa de Martina estaba repleta de sus nietos y de las madres y padres de estos. Así como de sus ahijados… los que se quedaron hasta el año nuevo, no faltaba el llanto infantil de muchos años, no faltaban las roturas de cocoroteras, y de trastos de alcayatas y de alacenas, y de pisadas en los pequeños jardines de dieguitos y de rosas blancas y rojas, adornadores de los cestos, ventanas y aleros de la vivienda. Por la perdida de los llantenes, los romeros y artemisales, hierba buena y mostazas, se enojó bastante, pero la casa se nutría de energía juvenil como pago recompensa. Con la muerte de su sobrina Patria en el 1958, y en el 59 el señor Fale Vásquez en la casa… la risa se cotizaba como una prenda muy cara y preciada en el pasado. Sin embargo la algazara después de ese 20 de diciembre el humo y el sazón de la cocina viajaban en paralelo con los olores de las pullas que sostenían los tres cerdos que hubo que asar de esa forma tener suficiente comida para los visitantes en las vacaciones de pascuas. ¡--Caramba, caramba! Me da mucho gusto ver a todos en el patio donde nacieron sus padres, en silencio comentó la matrona. Acariciando mientras tanto
en los montes y montañas de la región así era la tiranía perjudicaba más que lo que favorecía. La inteligencia del Estado penetró hasta en los sanitarios de las viviendas de los dos Bajabonicos.
Víctor Alicinio Peña hijo de Octacilio Peña jefe del SIM, en el norte de la república llegó el 29 de junio, a la confluencia del río Obispo en la cercanía de las Damajhaguas donde un guerrillero Barbudo ultimó a varios militares en los que había un oficial de alto rango, que por orden superior el ejército ocultó y después efectivos dieron muerte a el expedicionario antitrujillista un ex del ejército de apodo Pichardo descuartizó con la bayoneta que le había quitado a uno de los polainados. Eulalio recibió la noticia con ciertas penas por la forma que la soldadesca ultrajó el cadáver del Tuerto…ya habiendo muerto… lo mataron 30 veces más, echaron los intestinos en cerones de guano luego lo depositaron en la caja abdominal para confundir a las agencias de prensa que desconociera lo ocurrido. Una periodista que lo vio, Victoria Mackinsley comprobó y calló.
Don Eulalio buscó a Martina para que lo peinara y le diera de comer más tarde surcaba los caminos de los municipios Imbert, Luperon y Altamira de donde retornó a los quince días fue la mas largas de todas las tanda ausente de su familia. Hizo la fiesta de Santo Tomás con pompas y mucho de todo y de todos. La salida a este personaje, lo envolvía en un enorme manto de sosiego y de tranquilidad, una botella de café negro y amargo era

Henríquez Bonilla, y de los Santos Clase recuas cargadas de víveres llegaban a los almacenes. Las manos laboriosas campesinas llenaban los senderos de semillas listas para embarcar Mingón y Fife también estaban listos para llevar a puerto plata manejando el camión continental y el carro negro Lincoln o el Opel Cadet.
Las aguas estaban sosegadas como los habitantes de la hacienda de la doble H y en el corte de caña del central azucarero. En los planes de Martina estaban contar a sus nietos los hechos tal como acontecieron y se refería a los del 1949 en e mes de junio los del 19, 10 años antes a los del 14 del mismo mes. No es que estuviera en disconformidad con la situación pero fue buena la operación de don Juancito Rodríguez, quien recibió ayuda de José Arévalo de la ciudad de Guatemala quien comandaba la insurrección armada los otros eran el general Miguel Angel Ramírez Alcántara Jefe de Estado Mayor de Operaciones Julio Ornes Coiscou. Doña Marta se secó la frente y espantó una mosca que residía en su frente. Impedía que pudiera razonar y analizar y recordar… el mal tiempo obligó a aterrizar en Yucatán, Méjico el avión donde iba el comandante Juancito Rodríguez, donde venía Miguel Alcántara aterrizó en Quintana Roo isla de Gozumel.
Doña Feliciana que era una férrea opositora como su hermano del gobierno contaba como doña Martina… a los nietos para que tomaran la historia como cantera de …asesinadas en las montañas en la carretera de la cordillera septentrional camino a Santiago. Los azotes de Johmny Abbes García, y de Victor Alicinio Peña Rivera, padecían del deseo de matar Habían enloquecido tenían sed y bebieron sangre de mujer. Tanto Feliciana como Martina en diferentes trincheras pero con las mismas armas ambientalizaban, aclaraban sobre los fieros acontecimientos del nueve y del cuarenta. Cuando los muchachos escucharon los hechos sobre las hermanas Mirabal, no fueron pocas las lágrimas que desembocaron en su juvenil conciencia.
La escuela los profesores explicaban los hechos del 1961 y del 1963, pero la señora Clase exponía los de las Manaclas y del Limón. Era doloroso saber—expresó Lalo, que lo fusilaron en las montañas estando vivos…
¡Martina!, lo fusilaron estando rendidos. ¡Hasta cuándo santo Tomás! Martina que no había escuchado a su marido presentando habla en asuntos de política se sorprendió, levantó pies de la mesa donde guayaba maíz, y para consolarlo le llevó un vaso de agua que traera desde el brinco, pequeño salto de agua transparente que según los senescales del siglo pasado la bebían para retirar la pereza, la abulia y el tedio.
Feliciana dice a los muchachos – la “Legión” de Caamaño estaba compuesta por mercenarios europeos aventureros con hojas y fichas delictivas – es cierto eran agentes que cobraban para matar. Déjamele llamar misioneros de la muerte. —Aclaró a los muchachos que estaban muy interesados. --… Y ¿Qué sucedió en Constanza? Don Higinio sonrió, entonces la abuela miró sobre la mesa donde pareció tener un banquito de aptitudes pedagógicas ya que entre sus nietos había niños. Ambas abuelas contaban los mismos hechos, el mismo día y a la misma hora. –Mamá—dijo Adela—¿por qué el profesor Ramito dijo que a Constanza llegó un avión en horas de la noche el 14 de junio?.--¿Cuántos venían en el aparato Mamá? ¿Por qué por qué? --¡Es verdad! Se refirió la abuela llegó en la oscuridad un avión con 56 hombres a bordo no estoy segura pero creo que el avión se llamaba “Curtís”. Cuando besaba los aires dominicanos después de aterrizar entraron en combates, escapando un pequeño grupo a la montaña.
Don Higinio dejo la casa y fue a la enramada para estar cerca cuando trajeran al semental, que habían comprado los caballos de su cuadra de montar, disfrutaba del olor a cuero cuando el hechizo en llamas quemaba la piel joven de los animales al ser estampados.
La represalia contra los políticos de la oposición a cada hora sufría baja consideraciones, el régimen no toleraba actividad en su contra el 25 de noviembre de 1960 las tres hermanas como tres crisálidas son Formación social y humanística. De la cantidad de aviones que salieron de Guatemala, a Luperón que era su destino, pequeño poblado del norte de la república Dominicana, en la provincia Puerto Plata; llegaron sólo dos. Cuando los cocuyos iluminaban las costas acuatizó el hidroplano Catalina, en la bahía de Luperón, con 16 expedicionarios, al mando de Julio Ornes Coiscou cargados de grandes pertrechos bélicos.
Martina dramatizaba los hechos explicándoles a los nietos presentes que 10 de los expedicionarios murieron frente a los soldados trujillistas --la falta de afinamientos de los instrumentos, de la banda musical, hace que la serenata de la alborada sea escuchada fuera de agrado… así la coordinación de los planes y proyectos hace fracasar o triunfar las tácticas obteniendo de las estrategias la unidad en los actos coordinados concordando con la dirección para que las acciones lleguen feliz a los corazones de los espectadores.
Con la referencia de los hechos del 59 los dominicanos y las generaciones del devenir sabrán que el señor Fausto Caamaño (padre del líder de la revolución de abril) era el jefe de la legión llamada Legión extranjera, creada con fines oscuros, pero actora en la persecución de los opositores al régimen—Manifestó a sus retoños Martina Clase. Quien le aseguró que habían dicho que uno de los fines era vigilar la frontera para evitar el contrabando y el tráfico de armas y de ideas revolucionarias contrarias al régimen trujillista.

Julio Medina, biznieto de Juanico Silverio dio la voz de alarma a los cortadores de caña…quien sin tener reloj aseguraba con su comunicación que eran las tres de la madrugada. Don Higinio comprobó que verdaderamente era la hora anunciada por su primo Julio, era real y apagó la bombilla para continuar durmiendo al lado de su esposa doña Feliciana que lo hacía en el lado sur de la alcoba. La casa era de dos niveles el dormitorio estaba encima del almacén de provisiones era de fuerte mampostería abajo estaba la tienda y la bodega. Un poco al este estaba los almacenes para compra y ventas de frutas verdes, maduras y secas y los frutos cosechados en los parajes de los municipios Bahabonico y Altamira.
El señor Higinio era hijo de doña Felicitas Silverio Medina, cofundadora del paraje en los años 1863 para la segunda república a pesar que su progenitores nacieron en La Rancha paraje del san Juan de la Maguana habían asimilado la benevolencia del paisaje. Cuando las camas eran dos, una pequeña y la otra en el aposento de ellos, bastante amplio y desahogado muy apropiado para sus gustos amoblado en un estilo clásico y ortodoxo. Dos sillas de caoba con brillos opalinos extraordinarios, dos veladores de cedro y uno de roble blanco. El sr. Higinio tenía en el entorno a su cabecera, un pequeño archivo con gavetas de aluminio con manubrios plateados algunas alcayatas para sostener las lámparas. Las habitaciones olían a rosas de Perú y a resinas mágicas algunas mustias

--No me gusta quedarme sola en la mañana—señalaba cuando entregaba un plato más de remolachas y de lechugas al servicio que era un guisado de pato bañado en vino de mango agrios…que a él le agradaba en demasía.
Higinio con las manos puestas en las masas como el que escribe a maquinillas, miraba con ternura a su esposa, extendió los brazos para servir el jugo de limón, luego higienizó sus labios y puso un palillo en la boca.
Mencia llevó el café de las cuatro de la tarde, se marchó poniéndoles la bandeja en el velador de roble blanco tenía que supervisar la limpieza de las habichuelas judías blancas, caminó luego para los tendederos y miró la sábanas blancas de la cama del patrón y la señora Bonilla.
Meses después del marcado de las palmas y otras de su especie… El señor Henríquez entregaba las listas de sus propiedades y de inmediato recomendaba que pusiera un asterisco a los nombres de la finca que tenían 500 tareas, una cruz a la de menos de 200, Doña Feliciana guardó la carpeta en la gaveta de aluminio blanco… estaba en otros asunto, además…, iba a continuar, se contuvo con la llegada de Mencia que le manifestó—¡Señora Feliciana!- en el kiosco hay media docena de mujeres que les desean ver.
--¿Quiénes son Mentita?—preguntó disgustada.
--No se de dónde vienen señora, son jinetas amarraron los caballos y están parada ante la oficina.
--Pues colócalas como si fueran flores, sírveles café y algo frío, dile a la vieja Angela que la lleve a la iglesia

En el corral donde llevaban los ganados para ser marcados con la firma del dueño vio a los ordeñadores jugando cartas en la sombra de la anacahuita en el oeste de la iglesia. El señor Higinio era dueño de grandes extensiones de terreno adquirido de múltiple manera hizo saber a sus trabajadores que no podían vivir en el desorden y mando a enumerar todos los árboles que pasaban los doce pies de altura: palmas, cocos, palmas canas. – Acabamos de enumerar las 1623 matas—dijo el capataz José Medina—
--Está bien vámonos, que doña Feliciana me espera.
Los trabajadores hallaron muy fácil enumerar las cosas –es un trabajito bueno y hasta cómodo- uno de los nuevos murmuró.
--¿Por qué te marcha sin decir para donde te diriges, a caso no piensas que me preocupo por ti? ¿Qué o cuántos te cuestas?—preguntó enojada la señora.
Higinio se paseaba por la habitación sin decir nada pensaba en el valor de la hacienda. --1855 palmas vendidas a cinco pesos es una pequeña fortuna—dijo en silencio-- dejando en su rostro de negro Mandingas, la alegría, que le ofrecía el razonamiento
--Vamos a comer – dijo a su mujer- mirándola de soslayo con gestos amorosos. Estuve contando las palmas, las de cocos y las de canas, son 85, las de palmas africanas sobre pasan la mil. Voy a mandar arreglar los caminos para que puedas verlas por tu propia voluntad… pero sólo cuando lo desee y por algunas necesidades.
. Desde la galería, en la tarde, atisbaba el vuelo de las blancas garzas cuando regresaban de los postreros desde múltiples lugares, en su hamaca de Henekén, dejaba el tedio, el cansancio y la lasitud cotidiana. Doña Feliciana descansaba dormía al lado derecho de la sala y del comedor, despertó asustada pero con mucha hambre sufrió escalofrío cuando vio que la desnudez de su cuerpo era insólito e inédita. Pensaba… en busca de las razones de tal comportamiento, y no las halló miró las puertas y las ventanas y no sintió el perfume de su marido fue al escusado, después de cepillarse se bañó—dígame doña- preguntó Enemencia -¿puedo servirle el café? – ¡Sí, tráigame un poco más, que de costumbre, por favor! Pero con menos azúcar. La señora sufría de tos y de alta presión conocía que debía evitar el dulce. Mientras tanto Enemencia, buscó artemisas y orégano poleo para componerle una tisana y la entregó con sal. Mencia era una mujer de cabellos retortijados, nariz aplanadas apapujados ojos y de labios entubados en una boca erecta. Enérgica en sus cosas, carecía de hiel para el trabajo.
--¿Has visto a Higinio Mencia? Mientras secaba la boca luego de terminar de beber el te.
--¡No, no le he visto, doña, en la mañana! Exclamó apacentada. Es raro… ya que el señor, no deja su hogar sin decirlo --Es cierto… siempre se deja la primera huella. Y se y al no hallarlo retornó a la casa. Hace caminar. Doña Angela regresó de la iglesia con las jinetas de Boca de Río Grande, vinieron a entregar una limosna al patrón de las viudas y de las solteras y solteros.
La señora Feliciana revisó las carpetas de las propiedades y comenzó un viaje por el panorama de las propiedades y del paisaje: Hacienda San Antonio, los Moncitos, los Antolino, Media luna, Cercado Largo, Los Carmen, la Piña, Los Mangos, los Santana, Las Llanadas. Otras Haciendas de muchas importancias son Sombrero, Los Bonilla, Café de Cándido, pie de Higüero y Boca de Río Grande Jagua. Estas propiedades las había adquirido el señor Higinio el señor Higinio, de múltiple manera, lo habíamos referido… por esfuerzos, compras, compras de sentimientos, emociones y apuestas, dolencias y apuros, hay que reconocer la capacidad de este iletrado pensador, calculador realista y conocedor de la praxis sin poseer alguna teoría. Nació entre breña y tabucos y huronéelas bajo la sombra del guao, enredaderas y en hojarascas húmedas, y secas. Creció sabiendo que había que levantarse en los peñascos, caminó descalzo sobre el fuego, las espinas y el fuego. El frente… el horizonte, el objetivo llegó con la flor de la voluntad… trazó las metas muchas de esas estaban allá en las montañas y cruzó charcos de ríos de agua sucia y algunas tuvo que lavar, cruzó sabanas, quebraderas, sierras… durmiendo muchas veces en matorrales en cafetales, en cañaverales, encimas de frívolas sendas que en tragedias y desgracias
Días después la vista de la oficina del señor Higinio, hallaba regocijo y esparcimiento con los modernos y artísticos escritorios de caobas seculares, por la caja de caudales, y varios abanicos de techo. Los archivos de metales guardaban los oficios y memorándums de la vida de la compañía, mientras que en la caja fuerte los recibos de cada tarea de tierra adquiridas y los títulos de propiedad de la tierra de los hermanos de su madre que a partir de pago de mensura catastral no más de dos pesos por tarea que 11 años después Juan Paz de la Cruz, hijo de Gregorio Silverio pagara en efectivo, el título de la tierra de esa de Juan Paz de la Cruz está en la oficina en cuidado de los sucesores de los ascendientes de Higinia Bonilla. Los nietos de don Juan Paz de la Cruz, conocen que el solar donde Higinio y la señora Feliciana tienen la Mansión, y las distintas instalaciones excepto Villa Sixta corresponden a la herencia de los hijos de Evaristo y de doña Daniela Torres Arias.
Don Higinio era un individuo de estabilidad emocional única muy singular, dueño de ingenio y talento para despachar al por mayor y al destalle controlaba su imperio como cualquier general, nunca dejaba a la suerte lo que tenía que ver con sus intereses.
Aunque era jugador de póquer propio de aventureros tenía la fortaleza espiritual que lo colocaban al borde para entender que todo jugador entra por la puerta de perder y tiene la posibilidad de salir por la de ganar. Una condición propia de los de su clase y de su núcleo familiar -recordaba a sus hermanos Gregorio y a Juancito que cuando se embriagaban pasaban el “jumo” haciendo historietas de “La Rancha” y de los guías Políticos: Diego Guzmán y de Juan Vaquero y de la segunda república. Recorría los espacios del siglo 19, cuando su padre se estableciera en la meseta del arroyo Mamey con sus hijas Simona, Justinia, Isabel y con ella donde hizo fundo viendo casar a Simona con José de La Cruz Toribio. Los varones se quedaron en la margen del Bahabonico Ella e Isabel fundaron en la jagua. Justinia tuvo un hijo llamado Francisco apodado Chicho. Todos despertaban con el canto del barítono del alba, y de la romántica soprano gallareta.
Higinio y la señora entraron a la habitación donde cenaron permanecieron jugando cartas al tiempo que intercambiaban ideas, de las mejoras y anexos que habrían de construir en las instalaciones de los diferentes departamentos y secciones. Los carpinteros al siguiente día, remodelaba en las oficinas: una puerta para comunicarse con el comedor, una para comunicarse con la tienda, y con la bodega… otra para el acceso con el interior del la compra venta, sin salir a la calle. Y una que de facilidad de entrada y salida de las visitas. En la referida oficina con dos ventanas bien amplia colgaba una foto de doña Felicitas madre y una de su esposa. Una del presidente Cáceres del que conocían como amigo suyo. Así fue formando una galería. El señor Higinio creó un cubículo para pagar a los jornaleros y empleados que cobraban semanal terminaban. Y don Higinio salía airoso, triunfante. Era un adolescente cargado de energías heredadas de sus tíos maternos en primer término. Todas esas cargas de emociones que había dentro de su horno interior la dejaba caer cual bomba atómica en el objetivo previsto sin nunca caer en acciones aventureras que pudieran llevarles al borde de esos desordenes espirituales que don Higinio se cuidadaza hasta el paroxismo. Muchas veces esbozaba una cara radiante de risa y de alegría dejando una marca indeleble en su rostro mandinga. Cuando creció con su bigote mosca, que inauguró por primera vez cuando se interesó por una mujer. No dijo palabras descompuestas, ni permitió que la dijeran en su entorno sólo toleraba un primo suyo, de nombre Evaristo al que su mujer trataba como hijo empleaba palabras afables para todo el mundo, pero conocía distancia la realidad nunca se confundió por apariencia sabía que las partes constituían el todo. Podía enfadarse con insólitas actitudes, era mesurado y elegante. No mostraba siquiera gestos violentos, pueda que fuera un sabueso de potentes muelas y grandes colmillos, cual central azucarero convierte en vagazo aunque careciera del sudor… del dulzor azucarado de la caña. En las tertulias donde había tragos hacía alarde de conocer el refranero cervantino lo llegamos a oír en múltiples ocasiones decir-“la codicia mata el saco” “Los aventureros no siempre hallan” “vale más un toma, que tres o cinco te daré” Doña Felicitas, hija de don Juanico Silverio, y de Susana Medina…madre de Higinio, saciaba su ego escuchándole hablar como un intelectualucho ebrio --Se podía creer que era devoto de una secta ortodoxia y de algún ritual del santoral caribeño con aires Mandingas practicados en muchas de nuestras huronéelas y en las periferias de nuestras ciudades antillanas, por donde más grande es el territorio turístico. Construyó una iglesia, carreteras y una escuela, el Estado debió exonerarle de diez años y muchos meses del pago de impuestos.

--Doña Feliciana venga para la galería, deseo echarle un vistazos a unos asuntos los que debo aclararles. La señora acodó la silla en la verandilla del balcón y retiró una toalla que impedía la entrara la caricia de la brisa, la luna daba una sonrisa grandiosa como una hermosa circunferencia de casabe y sus rayos plateaban el rostro del señor Higinio quien fumaba un habano santiaguero. Una de las muchachas del servicio les llevó sendas tazas de chocolate, y la colocó en el velador de roble donde bebían el café cuando retornaban de algún viaje. Con los rayos de la luna don Higinio podía columbrar las sombras que producían las matas de palmas. Las manos aun juveniles del señor rozaron las de la joven que colocaba el cafetero junto a las tazas que antes había traído el cuerpo de Ada se electrizó con la energía del Patrón y esto se repitió sin que él se diera cuenta.
--Oye Ciana-- dijo Higinio, tu sabes que la opinión tuya finiquitan y ponen el sello a mis proyectos, deseo escuchar tu parecer entorno a las construcciones de la iglesia y de la escuela, como de las carreteras de aquí a los Llanos de pérez, don Higinio, manifestó cortésmente- Siéntese por favor señor Bonilla. — ¡Sírvase por favor! Entonces preguntó- ¿Quién preguntaba por mí, señor Juan Bonilla?
-- ¡A usted… lo busca Filomena Muñoz! Mírela donde se aproxima, viene gozosa porque se sonríe. El señor Juan Santo Bonilla, ordenó silla para la querida del señor Gino, como les decían los bebedores, cuando estaba en parranda.
-- Traigan un servicio de cerveza, para la señora Muñoz- para nosotros un frasco de palo viejo, 1852. Permaneció en el alero de la enramada hasta la hora de la madrugada. Era la primera vez que salía hasta esa hora.

Las cinco de la tarde, los obreros de la construcción de la carretera, guardaban las herramientas en el almacén eran 12 con la servidora de menesteres e intereses culinarios. Las tareas del primer dia satisfizo al señor Higinio, los carpinteros de la construcción de la escuela y de la iglesia. Higinio informó a su mujer que el solar donde Vivian era el resultado de una permuta, entre los verdaderos dueños: el matrimonio de Juan Paz Medina, sobrino de su madre, y su esposa Angelita de la Cruz.
Doña Justa y doña Felicitas hablaban con la señora Maruca y su hermana Isabel de la construcción de la iglesia y de la escuela
--Aquí tienen el café prima Fela—dijo Enemencia.
--Por favor ¡tráigale a la visita, Mancia! …chocolatería… ¡Caramba! Ciana, También los del sanitario.
--¿Por cuánto sale el camión Gino?
-- Sale por $3245 pesos dominicanos. Doña Feliciana quedó satisfecha con el diálogo sostenido…durmió hasta el otro día y no supo de la llegada de don Higinio. Cuando la señora fue a la cama el subió a la mula enrumbó hacia la bulla de San Francisco para la comunidad de Rincón. La noche estaba iluminada por los argentinos ojos de la luna. Luciano, hombre de confianza amarró el animal donde no fuera visto nadie podía creer que fuera don Higinio, la cabeza la llevaba cubierta con un sombrero de cana una correa ancha de la usada en los motores para elevar cargas. Lucía anchos pantalones caquis, comprado en Santiago en el Luvre, llevaba botas de gomas de las empleadas los ordeñadores, era un fantasma. No había llovido los caminos estaban polvorientos los bailadores en su mayoría descalzos se saciaban con Desiderio Arias estuvo en la cantina en el rodaje de os músicos fue a sentarse a la mesa que de inmediato le buscaron
--Se arregló la fiesta- dijo un desconocido- acababa de llegar don Feliciano Henríquez, el más poderoso de toda la región dueño de las aguas, de la tierra, de los arrabales de los mejores caballos, de sementales, bípedos y cuadrúpedos. Hizo una seña al dueño de la jornada musical, invitando a sentarse en las sillas que les habían traído. Cuando Juan Santo Bonilla llegó a su presencia, a Llanos de Pérez y de la compre de un camión a las distintas demarcaciones de nuestra matrícula ¿Qué te parece? Me agrada saber que tu mente cada día que transcurre se ennoblece y engrandece. Si comenzara a darte razones no terminaría por ahora Gino por tanto te diré que apruebo todos tus proyectos los que míos hago, pero debo preguntarte ¿Cuántos trabajadores necesitaríamos para todas las obras, cuál es o será el procedimiento que emplearemos, qué cantidad de dinero necesitaríamos para finiquitarlas? Don Higinio halló muy extraño que esta vez la señora no titubeara y se mantuvo precisa y concreta sin divagaciones bobas. No es su estilo agarrar los pelos prietos de las burras negras Volvió a encender un cigarro y le dijo—Fuma primero así podrás decirme si es bueno. En lo que ella saboreaba el túbano el contemplaba la luz que se movía de izquierda a derecha en la hacienda San Antonio pasando por Loma Sombrero, llegando a los Bonilla. Prendió uno para el y dijo—quédate con ese. Doña Feliciana rió levemente por se pasó la lengua por los labios y prefiriendo callar se quitó los zapatos para subir seductoramente las piernas encimas de las rodillas de su marido protector y socio.
--Sí -- dijo—rascándose una pelusa que luego afeitaría gastaremos 37, 547 pesos oro dominicanos con 35 centavos, incluidos los gastos de la fábrica de queso y de la chocolatería ¡Caramba Ciana! Lo olvidaba y los del sanitario. Por cuánto sale el camión Gino?
--Por 3,456, pesos oro. Respondió
Dijo- mamá Justa- Gabino, hijo de la señora Angélica Silverio era muy joven aún tenía talento para cortar profundamente la tierra sólo con sus brazos, un pico y una pala de bote para montar las letrinas bien profundas. Alto, delgado, piel de la noche, como su madre. El sábado que cobró en el cubículo de paredes de cristal se emborrachó de tal manera que hubo que bañarlo entre cuatro individuos. Su cuerpo estaba repleto de excreciones y vómitos pútridos. Otro tanto en cuanto a la embriaguez, le ocurrió a Laureano, alia paningo, hijo de Filomena, era recuero y cobró su jornal… se montó en su caballo y comenzaba la fiesta con el primer trago salía cantando el merengue ¡”Aguardiente Ven”! decía – “monto mi caballo le pongo la usa mi caballo sabe lo que a mi me gusta” pero Paningo era menos torpe que Gabino, se comía un pan de harina de trigo con manteca de puerco… para no caer en la inconciencia total. Volvía a tomar a beber palo viejo y la canción se escuchaba en ritmo discorde en los entornos y contornos de Bajabonico de las Garzas o de las Aromas. “aguardiente ven no sea traicionero, porque te vas y me deja rendido en el suelo” Paningo era el apodo de Laureano lo dijimos ya, entraba a la casa de sus amigos con todo y su caballo después de soportar los aguaceros de mayo o de diciembre especial los del 24 y dia de pascua. Irene era su mujer, hija de Gabinito Silverio, sobrina de Don Higinio, era su mujer y Paningo lo hacia saber… levantaba ese lienzo como un blasón para ganarse el respeto de los capataces que ya estaban enterado que los que no entraban al baile comentaban que fueron dos novillos 10 quintales de carne, 6 quintales de arroz con habichuelas blancas y era—contaban, la primera vez que en una corrida en vez de agua obsequiaban un refresco Country Club dijeron que en la bodega se vendió más de 6900, pesos en los días de festividades. En la mañana del 13 Evaristo experto guayador de hielo, vendió sólo agua fría, 5 pesos y 9.35 de guayados con jugo de frutas, leche y frambuesa.
--¿Dónde estuviste el sábado de San Francisco?—preguntó la señora.
--Dormí hasta las 7 de esa mañana, no recuerdo más, estuve en la fiesta de Juan Santo Bonilla…hasta bailé .je, je, je. Cuando llegué tu dormía placidamente y te dejé tranquila. Cambiando de tema Higinio…
--¿Pero…, cómo quedó la reunión con los trabajadores del cacao? El miraba el techo de la iglesia… entonces preguntó. ¿En cuántos años me puedes enseñar a leer y escribir?
--En 120 días, más o menos, respondió intrigada.
--Necesito que me enseñe a leer y a escribir mi nombre e interpretar los pensamientos. Mientras no lo logre no seré varón en la cama. Ese es mi propósito inmediato y estoy preparado para someterme a tan alta prueba. ¿Qué cree usted? Preguntó con la inocencia infantil que en caso como ese le acompañaba.
Pensó que el ayuno sexual en individuo mandinga era un sacrificio demasiado grande y de una voluntad de acero. Tener un motivo de nobleza.
En horas de la tarde del martes y como era 13 suspendió el trabajo de supervisión que hacía, pero el jueves con la salida del sol evaluaba los trabajos de la escuela y de la carnicería, en horas de la tarde los de la carretera y los de la iglesia. Estuvo en el comedor buscando un llavero que se le había quedado en la mesa, fue al dormitorio y descansó hasta las tres.
El lunes 12 junio en la mañana llegó el camión marca Internacional color rojo y blanco con dos cornetas laterales, uno de los chóferes de la casa se llamaba Grillo y llegó el Fife a quien se le atribuía sufrir de cólicos de montañas y en más de una oportunidad el camión, como una mula mañosa se le encabritaba en las subidas, devolviéndosele de la cima. Las fiestas de los novenarios de San Antonio eran una parada comparada solo con la presencia de un alto familiar del tirano acompañado de un gobernador de la tiranía. Misa en los días 12 y 13 comida durante las 24 horas, música en los salones del señor Benito García, a partir de las 9 pasado meridiano. Los colores de la patria embellecían el cortijo de la H y F, La alegría era superior a todas las corridas del entorno Imbertolino y Altamirano, elogios y halagos se oían de boca de borrachos. Unos que otros ¡vivas el jefe, carajo! En horas de la fiesta en los salones del señor García llegaban mujeres hasta del municipio Luperón y de Escalereta, de Altamira… los gritos, la algazara, ponían el tinte de lo voluptuoso y sensual de la presencia de una orgía blanca cargada erotismo y seducción también Paningo era hijo de Filomena Muñoz amante en aquellos días juveniles de Higinio.
--doña Higinio se reúne en la enramada de cana con los obreros de quesería y de chocolatería.
--Cuántos son-- preguntó a su mujer, y encendió un habano.
--Son 12, expuso con tono de subalternidad. La mayoría de los que laboraban en el procesamiento del cacao y los de la quesería eran jóvenes henchidos de energía entre esos estaba Evaristo, Cándido, Emilio, Pepe Flor, Guillermito (hijo de Filomena) eran solteros todavía. Los obreros conversaban de la guerra de Asia y de Europa. La brisa era negligente se agachaba y se dejaba vencer por el calor emanado de los labios del sol veraniego, que besaba la tarde. A pesar de que la camisa de don Higinio de una tela muy apropiada para la época continuaba fumando en la reunión.- Sepan señores que les estimo y les respeto… he deseado recibir lo mismo que les ofrezco a los otros, con el trabajo que cada uno de nosotros hace… debemos mejorar las condiciones de higiene de esa forma tener mejor calidad. Esa es la clave mejorar la calidad del producto. Quiero que sepan amigos míos que el hombre está por este universo para ser feliz y hacer feliz, a los demás. Si queremos que sea cierto debemos luchar para que lo bueno, bueno sea siempre. La campana para que los trabajadores fueran al comedor había doblado varias veces, don Higinio dio por terminado el conversatorio. La atención es el buen empleo de la materia principal para la elaboración de esos dos productos, que hacemos con el cariño de todos y para la satisfacción del consumidor. Debemos mejorar la condiciones de vida, de higiene y de trabajo para de esa manera tener calidad, esa es la clave mejorar la calidad del producto quiero que sepan amigos míos que el hombre vino al mundo para ser feliz y para hacer feliz a los demás, si queremos que sea cierto este postulado debemos luchar para que lo bueno sea bueno siempre. La campana para ir a comer los trabajadores doblaba, entonces don Higinio dio por terminada el conversatorio. En hora de la tarde supervisó los trabajos de la carretera, de la escuela, los de la Iglesia y de la carnicería. Llegó luego al comedor buscó un llavero que se le quedó en la mesa. Llegó al dormitorio para descansar y lo hizo hasta la 6 pasado

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