PARA Domingo García,
Para Humberto Francisco,
Para Mi distinguido ex alumno Julio Cesar Vargas
y Julio Cesar Diaz y los otros distinguidos que en los
Medios de difusión defienden el derecho a la comunicación.
A ellos entrego estos Camaleones.
Ediciones Bajabonico
Ahí van cambiando de camisa según la brisa y el relámpago y o el color de los rayos de la luna sobre la raya de una visible sonrisa marcada en un gesto, en una seña blanca, morada o colorada.
Lo he visto en esa olimpíada desde que las pieles de los hombres y las mujeres, padecieran frío y hambre. Así desde que el cuerpo surcó los montes, los caminos, los trillos y las calles. Desde que naciera la traición yo los gobernantes abrieron los brazos a los inversionistas interventores, Cambiando de Swesters y de franelas, como de chancletas los buscavidas y los proxenetas haciéndose imbéciles escondiendo los colmillos tartufianos en faldiqueras salpicadas de oropeles ensangrentados, mostrando un perfil multifacético y policromático…
Estaba encima de una roca a orilla del Bajabonico, río de corrida rápida aunque de corta extensión, y de escaso caudal, con los pies en la chorrera y luego pasar a cortarme las uñas. Como aún no era adulto, no veía las cosas de mi entorno. Ahí como la piedras como las gramas estaban quizá burlándose de los que no las
El cuartel no pudo cambiar los hábitos de truhán, de fullero, los vicios, las costumbres negativas, siguió con los vuelos de cimarrón y troglodita fanfarrón. Recordemos que no conocía las letras, pero sí los números. Firmaba para retiras su cheque con dos SS que parecían dos 55. Los compañeros de fortunios y de parranda lo bautizaron como Dobleese. Un día hacía bastante frío en una loma Jobillos en la cercanía de Villa Altagracia, al recibir los aparejos y vituallas dijo- Yo soy montadoi- Yo conozco ei secreto de la esterilla y de las jáquimas.
Muchacho,-- dijo Jacinto Puente y Puente de apodo doble P—eso no es un panó…es una frazada para el frío de la mañana cuando se acerquen las lluvias y estemos en el pico Duarte en las huellas de los Guerrilleros de Manaclas. Dobleese que era un joven alto al reconocer su error se encogió como un perezoso y cerró los ojos amarillos.
Otro día hicieron requisa porque se había perdido un juego de cubierto de plata y platino. Dobleese estaba muy – eufórico cantaba las siete leguas, canción del folclor mejicano, se creía cultivador del buen gusto… pero cuando finalizó de cantar fue llamado para ser detenido por habérsele –técnicas aritméticas ,sin embargo hizo pacto de aberración por no aprender la lectura :sumaba multiplicaba y dividía, en la mente nunca pudo sacar una pequeña cuenta en los cuadernos con lápices .
En los Juegos de Manigua armaba contiendas que siempre ganaba, por ser un individuo de grandes trucos. Conocía los parajes de los dos municipios y en cualesquiera se internaba llenaba los bolsillos de frutas a su pasos y de huevos, preciaba los de garzas creyéndolos de guinea. Censemayá le llamaba como apodo ”Arrasa con to” 12 cheles que tenía para la compra de los condimentos y sazones se los llevó en las uñas --eso fue arrasa con to --dijo, en voz alta. Apolinar Silvano Silva era su nombre entró a la fila del ejército de la tiranía dos años antes de la llegada de los guerrilleros del 14 de junio del año 1959. Desde entonces fue nombrado como Dobleese, al llegar al rango de cabo comenzaron a llamarle cabo dientes por los poderosos que los tenía levantaba hasta cientos cincuenta libras con las mandíbulas y los colmillos rompiendo el viejo record de 132 libras de arena seca diferenciaban. La gota del rocío, el grillo que como la chicharra, moría de placer. Muchos no pudimos nunca ver pero era una verdad real.
Luego pude ver que descuartizaba a una chivita de la recua de María de los Burros. Era Apolinar Silvano Silva, quien echaba en un saco las bandas de carne para ponérsela en la espalda.
Virginidad Silvano que era su padre buscó al alcalde y sometió a su hijo por haberse robado un animal que no le pertenecía fue sancionado a pagar 5.75 más el pago del valor del animal. La persona que se quejo contra la persona de Apolinar, era María de los burros, quien recibió 9 pesos con 50 centavos. Don Virginidad se avergonzaba de que dos de sus hijos fueran débiles de carácter y de personalidad. Muchas veces se le escuchó reclamar a Celso y a Dobleese alejarse de los juegos de azares y dedicarse con mayor energía a las tareas de la estancia y cortijo que habían heredado de sus abuelos, pero tanto uno como el otro no tenían oído para oír, ni vista para ver.
Dobleese seguía siendo fullero, completaba el círculo de jugador, cuatrero, proxeneta y Celestino. El juego desarrolló, su capacidad para los números, hallaron en su mochila, lista de lotería Batistiana y la caraquita venezolana. Dobleese fue a reclusorio por 12 días a pan y mantequilla.
En Bajabonico de las Garzas paraje de Imbert de los Cañafístolas, vivía Toñita la colorá, a pesar de tener piel morena, de las mejillas salían los reflejos de dos rosas rojas. La colorá era muy baja, sus cabellos eran muy cortos y los trataba con químicas animal y vegetal que llamaba lejía. Las manos eran de muñeca de plático parecían de un pianista, contaban que eran expertas en caricias capaces de enderezar las torceduras, especialmente las miradas y que de su cadera había mucho que referir. Siendo morena poseía una circunvolaturas noble contaban que amplificaba su forma para aumentar las apariencias. Era conocida además como Toñita patica de chivo por lo rápido que se desplazaba y movía sus piernas en el tablero de las emociones. Contaron que era bisnieta de Juana Trinidad la saltitopa… La coronela. Patica de chivo era amiga de Dobleese, que a los 11 años la hizo suya Luego que esta saliera de un reinado de la coronación de la virgen en la iglesia San Antonio… durante las flores de mayo …cara de fuego natural del verano. A muchos los pantalones los han abandonados pareciendo pequeños silos por los ventanales, por un remiendo mal cosido retrato de miseria y de persecución laboral imposición escolástica del imperio tiránico.
Volvía a la peña donde estuve en el río y fue cuando columbré la presencia de un hombre de baja estatura que conducía una retahíla de burras venia en la más vieja atada con una soga de cabuya. El señor llevaba en la mano derecha un garrote de naranjo que empleaba además de defensa de apoyo en los barrancos del subir y bajar de Naranjo de las Chinas donde vivía. La burra llevaba corotos y añafiles, que usaba como despensa portátil. Entre los trastos llevaba dos calabazos de boca a la medida de su puño izquierdo el derecho no cabía para sacar los azúcares, las sales y otras especias que necesitase. En un tercer calabazo pero con el orificio del tamaño de su boca tenía el agua para beber y para cocinar, sin embargo Ireno era un individuo de comportamiento raro en caso que cupiera así decir, bastante difícil lo consideraban los vecinos un pájaro de plumas zamaraguyonas, pero no se mojaba los pies cuando cruzaba …!aguas de arroyo o chorrera!
Ireno Danielo Bonilla, es un zaramagullón de arroyo -dijo Justino la “Comadre,”no se mojaba los pies en poca corriente por temor a convertirse a pez, o jaiba La camisa le pesaba mucho y en ocasiones pensó que las mangas se les convertían en alas, que batían los vientos y llegaba a lugares ni imaginados por eso ponía nudos en las puntas y la amarraba al ombligo y a las trabillas de los pantalones. Como correa empleaba un cáñamo sostenedor del Machete con la punta recortada.
Este cáñamo tenía 9 nudos que lo fortalecía en el contenido anatómico y atómico. Minutos después de haberme bañado encontré a Ireno sentado en la haragana que había sido de nuestros abuelos Gregorio primero y segundo de Juan de la Paz. Bebía café de aroma embriagante y desee ser adulto para adquirir esos beneficios saborear el llamado café fuerte. Danielo era muy cariñoso con los miembros de la familia, hacía creer que era hijo del padre de mi abuelo Juan de la Paz. Por lo visto y lo oído nunca había ido a la puerta de un hospital ni para curarse las mazamorras que muchas tenía don Ireno Bonilla en los dedos del pie derecho.
Era dueño de una salud de acero poseía una larga estancia de buena salud espiritual , pero había perdido parte de los dientes ya que los usaba en la pelada de cocos. Llegó a ser campeón en pelar frutas y semillas con los colmillos La noche llegó con sus pies livianos y se quedó en los matorrales haciéndola más oscuros que otras La crecidas del príncipe fluvial llegaba a los vecinos con el hedor a
tierra mojada y a fangosidad .En los cortes de leñas, esa misma noche se guarecían de la lluvia, en los aleros de Bohíos de los obreros y tiendas de campañas de los propietarios en la mañana los muchachos recogían frutas atoradas en los troncos de la playa. Muchas veces oía las embarcaciones cuando se marchaban cardadas de azúcar, maíz y melaza desde el puerto. Los carretilleros guardaban las herramientas alejándose de la montaña de sal en grano lista para ser molida, y del atibe de maíz. Me entristecía con el sonido de la sirena del central amistad al imaginar a los obreros almorzando con guarapo de cañas y pedacitos de bombones de harina de trigo o un guayado de frambuesa y una empanadas endeble y anémica.
Ireno salía de la residencia de doña Daniela Arias, se alejaba con la cuerda que conducía sus leales asnas en la derecha el madero de limón. En la galería lo imaginé sentado en la sombra de los anones cerca de la señora Flora García, al comprobar que habría mal tiempo llegó al medio del salón rió al escuchar galimatías del juego de dado –Parada pintas, topadas, topo y topo todos. Dejó el salón cuando escuchó decir “llanimetia”, no podía comprender las galimáticas expresiones, al no mirar nubes preñadas volvió al centro de los jugadores por la fuerza del azar ocupó sillas de las alejadas saludó a Ramiro Ventura y al señor Valentín Crisóstomo. —Me va bien contestaron, me va bien! Intercambiaron roce de dedos y se separaron del salón donde los protagonistas se molestaban de los mirones. En la Damajagua, las muchachas buscaban los trajes de baño, se acercaba a todo galope un tropel de lluvia, el ingenio anunciaba las cuatro de la tarde con su sirena ronca. La fabrica de queso Geo abría las puertas a las obreras los jugadores tienen en su mente la luz de la ganancia..
En Hacienda La estrella, al norte de La penitenciaría nacional de La victoria un descendiente de Victoriana Arias, soñaba ir con su esposa de las manos hacia la ciudad urbana pero ella caminaba en la acera izquierda y el entre los zarzales rozándose con los matorrales. Los separaba una líneas de alambre de púas, inopinadamente él cae en un profundo hoyo negro. La esposa luchaba para rescatar a su marido. Como parecía imposible ---una señora de aspecto mandinga le plantea que para poder salir del profundo precipicio del marido debía comprar de los dulces de coco de los que ella –la abuela- vendía –si compra de estos dulces y comen de ellos de inmediato saldrá, del fango donde está metido. -
Así lo hizo, y ocurrió como había propuesto la abuela. ---desapareciendo por igual, 15 después llegaba la noticia de la muerte de Victoriana Arias, su otra abuela. Me acosté temprano quedándome dormido y las imágenes que llegaban como un frágil película, volaba sobre los cañaverales del central ozama y los bajos de Haina y de los Jobillos de Villa Altagracia. Veía cuerpos doblados en los arrozales en las piernas encima del machete, como viejos aradores cortándoles los yugos a los bueyes que hombres parecían, sembraban penas y quejas en tierra de cristal mirando las heridas en los rostros en llantos, yo volaba con las palomas y los cuervos con los petigrís y con las lechuzas, con la cigua y las cuyayas y desperté en las pencas de las palmeras cansado con las piernas y las manos arañadas escuché el canto de un gallo de otros. Volví y me quedé dormido viendo que los caballos, se convertían en camiones y en camionetas llevando racimos encima de racimos vaciándolos en los hospitales donde tractores y palas mecánicas apilaban la osamenta de Yolanda y de Tingó. De las heroínas de Ojo de Agua, empujadas por la brisa en espirales, esparciendo en polvo levantando vuelos de papilones y crisálidas blancas. Continuaba la ruta viendo cinturones sin cinturas, y ojos sin quijadas, alas voladoras, ante el imperio de lodazales salados podridos nauseabundos saliendo de los pechos de oficiales en humo de fantasía como ríos arrastrando lama y maleza, desperdicios y asquerosidades de empresas extranjeras y en mimetismo bandadas de cuervos cerraban con sus picos las factorías y a los ingenios, mientras tropeles de asnos cargados arrastraban los hierros en cópulas de becerros y jorras hembras bípedas y cuadrumanos de camastros y carreteros en carretas viejas desperté con la letanía que al revés decía don Ireno mientras tractores araban los arrozales y me tenían presto para comenzar el degustamiento de un plato de exquisitas lombrices en escabeches de bacterias inocentes. Al abrir los parpados vi que un gallito Kiquiriqui buscaba placer en los manjares de una gallinita japonesa. Era las 10 de la mañana el perfume culinario llegaba por las puertas y ventanas de los ranchos y bohíos de Bajabonico de las Garzas. Ireno dejó lo que hacía para regresar hasta la carnicería mas, ya los chicharrones que iba a comprar llegaban a la ferretería de La mella en Imbert de Los Cañafístoles, se dio cuenta que el dueño de la carnicería era el mismo que la iglesia y de la escuela . Eran suyas como los reiles las carretas y los bueyes eran del ingenio.. ¡Ah! olvidé a los obreros. Como los dueños del mar crecían con las riquezas de los medios de los pescadores. Ireno se internó en Naranjo Chino o mejor dicho en Bajabonico de los Naranjos, lugar encima de las copas del sombrero de la loma dicen que Ireno recordaba siempre las imágenes de un sueño de su adolescencia donde hacía el amor con una señora octogenaria que se mantenía con las energías de una pre- adolescente. -enramadas de los bejucales, que para el eran marquesinas de baldosas finas rodeadas de jardines de orquídeas caras como fragantes y lozanas . Luego de entregar a sus hembras buscó en las árganas los corotos para sacar la caja de los fósforos de Marca Estrella fabricados en San Felipe de Puerto Plata, rió de orgullo al recordar que Imbert de los Cañafístoles, era el rey del queso GEO, y del Azúcar más dulce y que San Felipe del Ron más suave y de los fósforos de mayor lumbre, los guardó en el soberado. Envió a su hijo Jacinto por agua y dijo a Juan el Mayor—Vete donde la prima Colasina Medina , que saque yuca en la quebradita de paso coita tres manos de rulos cuatro filos y de reculada tráigase Juan, una yaida de caña cristalina para entretenei las tripas en lo que ei supión se aproxima a la gaiganta de los platos.
Con el calor del supión, comida preparada, con arroz en poca cantidad ,víveres cortados en pequeñas lonjas, carnes cangrejos, jaiba, mariscos de cualquier agua , hojas nuevas de oréganos poleos, de yuca, de culantro, de cilantro, mostaza todo tipo de condimentación para comida amarga o salada con influjos Mandingas, llegó al compás la lluvia y a pesar del perfume de la carnicería pasaba como súcubo las moléculas de las gotas de lluvia, y saludaba a los bohíos de yagua y ramas secas .Los que fueron a llevar los Chicharrones a la ferretería de calle Mella, con el rebuzno de un asno que traía varias libras hielo, protegidas con virutas de madera aserrada. El dueño ordenó que otros burros rebuznaran mientras
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