Capitulo 16- ****
En la tarde después de hacer siesta, continué conversando con María Esmeralda, de los oficiales de la cruzada del amor, que asesinaban a mansalva, como si quitaran el pabilo a una lámpara de petróleo o de aceite de gas, a opositores y de los secuestros como fue el caso de Virgilio Gómez Suardí, de apodo, Billo, al ingreso al barrio inesperadamente, fue a dormir a casa de los suyos, fue secuestrado y hasta el presidente Balaguer negó que estuviera preso en una cárcel del palacio de la policía. Fue el quien descubre a la madre desde el fondo, de las mazmorras de esa honorable institución, a Homero Hernández lo ametrallan en plena accionar de las gentes entre nueve y cuarenta y cinco y las diez y quince de la mañana del 22 de septiembre del 1971, desde el interior de vehículos de la policía nacional
Marcos levantó ambas orejas formando un arco de complacencia. Yo que estaba conociendo a Esmeralda lo escuchaba levantó la cabeza y con el lenguaje enérgico, pero suave dijo- era una pantomima donde los actores contradecían lo que lo que ensayaban en los gestos y las señas. Personeros inorgánicos fueron puestos antes el espejo del crimen roto y empañado viéndose luego en multiplicidad con deformaciones que lo mismo dueños filtran una fea batalla por no aceptar. María Esmeralda estaba satisfecha con las informaciones recibidas en su mente juveniles estaba la consciencia de la tiranía después de la muerte del tirano esa continuaba viva en la mente de los cuarteles, y de las cárceles del territorio nacional. ¡Esa era la cuestión! en mi casa en la José Soriano al regreso encontré a Luis Alcántara, apodado Fito, con Agustín Herrera y su hermano Teyo, y con José Herrera, y con Daniel Moreno dándole las notas de condolencias a Elvira, por la muerte del pequeño Iván Patrovich. Ella se sintió halagada con la presencia de persona de alta estima. No era por los mellizos era por lo significativo en término épico y social. Era la aristocracia de la sociedad victoriana era la ortodoxia de la imagen ancestral del árbol genealógico de los fundadores del Cantón de Tosa y de Yuca. Cuando Fito y los demás que nos acompañaban, se marchaba llegaba el coronel de Villa Francisca, como se conocía a mi tío José Agustín Torres, hermano de mi madre, con el la señora Antonia y sus hijos. Delante de los presente dije la bendición Tío, y como no teníamos prejuicio respondió de inmediato… ¡dios te bendiga! La familia es la madre de la sociedad. El oficial compartió con los vecinos y amigos que nos visitaban, cuando entró inesperada la tarde antes de marcharse le presenté al señor Pacheco jefe de la cocina de la prisión. Tío conocía a Hugo de la Rosa y a la abuela, doña Linda de la Rosa. Marcos y Esmeralda estaban a su izquierda y a la derecha estaba Antonia su señora a quien abraza de medio lado, y pone un beso en la frente. Elvira me trajo a Kleber y se quedó con Iván. Tía Braulia llegaba desde la residencia de la señora Gladis Sugilio, Ofelia y Demetrio estaban en el casino Los Tanos, estaban con Filgia Amparo, bailaban los merengues que de la vellonera dejaba escuchar, de don Johnny Ventura y de Cuco Valoy.
Fui al estante donde guardaba aquellas obras que fueron mis compañeras en los primeros meses de mi llagada a Altamira y saque con cuidado la Ilíada y El Paraíso perdido y se lo entregué a los primos Leo y Antonio. Tenga doña Elvira- dijo mi tío- ese es mi teléfono puede llamarme a la hora que sea, en caso que mi sobrino tenga problemas con las autoridades, usted conoce el vuelo de su marido y como ellos no tienen alas la del desean cortar. No lo alcanzan, por eso le tiran porque no le soportan. Antes de irse Marcos y Ofelia, Esmeralda Demetrio, Pacheco y Cenín, hablaban del secuestro del agregado aéreo de los estados Unidos en el país, Teniente Coronel Donald Joseph Crowley. Estaban bajo la sombra del almendro al lado de la casa que daba al patio de una casa de una mujer pariente de la señora del sargento Monsanto. Y de José Regino, el papá de Nilo y esposo de Eleodora… señor pacheco, gentil anciano mío, yo le diré que toda reacción obedece a una acción previa, nuestro propósito de estar donde mi primo Arias ha sido el pretexto, la realidad es de verles a ambos, y aquí estamos juntos. Para extender agradecimiento de parte de comité central del partido, a favor de uno y de otro por la participación que han tenido en los sucesos del canje… usted sabe de que me refiero. Nosotros, murmuró Pacheco, mirando al suelo y haciendo canales entre la grama con un palillo de guayabo, con los ojos cansados… sólo fuimos una noria en ese camino llamado prisión. La comida ya Cenín le dijo, era porquería lo que servíamos. No, no, no decía dando a entender que estuvieron contra su voluntad. Lo conocí en la escuela Argentina en el quehacer de la guerra. Pude comprobar su grandeza espiritual, conocí su envoltura humana, yo lo conocí dijo Cenín nueva vez, siendo mi padre policía cuando lo detuvieron durante las movilizaciones del 1963, cuando fusilaron en el limón y en la Manacla a los seguidores de Aurelio Tavares Justo. Al quedarme en compañía de mis dos hijos y de mi mujer recordé a Kleber Soriano y a la Ventana de los Lagartos, sonreí y esa fue produciendo un largo camino de tristeza, en la línea de mi recuerdo estaban las filas de camas con los ganchos para pone los mosquiteros. Otilio conversaba con el profesor Contreras, y las lágrimas bañaron su amor propio, no pude aclarar las imágenes, fue ahí cuando vi a George Ulerio sentado en la cama retrotraje las escenas, cuando tuvimos contradicciones e intolerancias y nos peleamos. La llegada de Pedro Núñez, enturbió mis recuerdos. En el árbol de las lavanderas, Humberto tocaba el clarinete, y Kleber Soriano y Griselda de las manos contemplaban la belleza de la rosa de Perú. Recuerde que estoy recordando escenas de la Ventana de los Lagarto, buscaba el rostro de Margarita Almánzar y quien me llegaba era el precioso de Melba Pérez, con el de Irma y el de Nilda, de María Dionisia. Papi, papi expresó el pequeño Kleber Wladimir, me arrojó de golpe a la José Soriano, súbeme y con la manitas señalaba la finca de caballos de la Solana. Era costumbre ir con él a hombros todas las tardes a ver los animales en el cortijo al noroeste de la casa donde vivíamos. De repente me di cuenta que había vuelto a la realidad a un paso de Elvira con cuerpo físico y sentimiento al alcance del deseo sin salir a la calle. Llegué a la puerta de la solana, llevando el niño en el cuello, como en silleta de una bicicleta.
La casa de la calle José Soriano era del señor González, lo había dicho en página anterior, opté por mudarme a la de la calle Duarte cercana a la escuela Padre García, propiedad del señor Cándido Herrera, apodado Cando, había sido alguna vez colmado, esta era de madera y zinc , pero mas grande que la anterior. Ya Iván tenía tres años. El 28 de diciembre del 1975 nació Irwing Pavel a quien Cenín dio como apodo Viví, 9 meses después de la muerte de Orlando Martínez. Yo continuaba impartiendo clase, en el colegio de comercio de Arturo Lantigua, comenzaba a la 5, 15 hasta la 6, 45. Pasado meridiano los sábados y los domingos compartía con mis hijos y mi esposa jugaba partida de ajedrez con Emiliano Pérez, con Johnny Calzado, con Saturnino Osaría y Earns Antenor exiliado haitiano, también me visitaba con esos y otros fines el profesor Rafael Mateo Escalante, esposo de Cecilia Paredes maestra de la escuela Rancho Arriba, y alumna nuestra en el tercer y cuarto teórico. Con el nacimiento de Viví compré una nevera y un televisor de 12 pulgadas, Elvira era católica, pero no militante, mantenía su fe, me llamó y me dijo:- vamos a llevar a los niños a conocer a los abuelos, le pregunté cuándo piensas partir, me gustaría a final de mes, dijo ella, en caso de que no hayan obstáculos. ¿Por qué no nos vamos todos? Por que hoy ya no es como ayer. Esperemos que sea la cartera la que señale el camino. Hay que seguir al compás de su comportamiento. Tres años viviendo en La Victoria, y no habíamos asistido a la primera fiesta social, ni a la primera graduación juntos, tampoco a alguna celebración de cumpleaños, ni en casa de amigos cumpliendo con la política de buen vecino. El domingo anterior estuvimos en la inauguración del Gabi Bar, de Aquiles Figueroa, fuimos blanco de todas las miradas. Elvira llevaba los cabellos sueltos estaba feliz, alumnas ayudaban con los niños cuando fuimos a bailar a veces Kleber e Iván corrían en la pista de baile, pero se detenía para vernos bailar. Casi a media noche llegaba Giovanni para ir con ella a la casa a llevar los niños a dormir, prefirió no volver ellos. Los encaminé hasta la José Soriano yendo por la Marcos Evangelista Adón, era corta respondiendo los saludos pero era amable con el que se decidía serlo. Con delicadeza y simpatía. Al regreso al bar Gabino, buscó la compañía de Mario, David, de Calzado y de Del Orbe… compadres que ya tenía, estuve jovial saludando alumnos y tomando tragos y conversando, de temas variados. Me detuve con Crucito Arias, oriundo de Baní residente en la calle mutualismo desde los primeros días de la muerte del Generalísimo. A la derecha de la mesa donde pernotaba estaba reservada para la familia de Aquiles, a la izquierda la de don Dimas Moreno, le acompañaban Shirin Moreno y Agustín Herrera, era una gran mesa le acompañaba Víctor Doñé, y Víctor Silva.
A la mesa nuestra llegaron doña Juana y doña Gladys el salón terminó de llenarse, a la mesa llegó don Pedro Arceno Regalado, pariente de Félix Jerónimo Escaño, caído en las guerrillas del Limón también el señor Cruz y Cruz. El olor a cigarrillo y a alcohol tenia con deseo de vomitar a una joven que hablaba con el doctor Calvo Román desde antes de doña Elvira irse con los niños, estaba embarazada, le agradaba beber tragos y bailar, pero no soportaba el perfume del tabaco, mucho menos el humo, cuando empezó la orquesta, la pista se llenó, la joven que conversaba con el doctor, movía los dedos de las manos en la mesa, el doctor Mario consultó con el doctor David, le dijo tómese ese traguito si se puede haga dos, deseará bailar, fumar y hasta beber, ella aceptó y en cinco minutos estaba, fumando y bailando, se había curado. ¿Qué tendría? ¿Sería simulación? ¿Sería cierto? Lo del embarazo era simulación o presunción. Mariana Belén bailaba y lo hacía bien, los ojos de las mesas vecinas así lo comprobaban, yo y el doctor David hablábamos de la muerte de salvador Allende. Frank de la Cruz hablaba de Caamaño, los concurrentes respiraban regocijo y alegría. Yo explicaba que había más cuñadas y cuñados que novias o novios, esposas o esposos que comadres y compadres que ahijados y ahijadas, y que más huellas que caminos. Que había más muertos que esbirros… algo extraño al tema primario. David me remenió la espalda con la fuerza de un huracán, mientras Crucito Arias alegaba que había más de todo que algunas cosas. ¿Qué le ocurre compadre? le pregunté al doctor López Ortega, entonces el me dijo ¡mire para la puerta de entrada, hay un hombre alto y delgado! ¡Si lo estoy viendo, se peina el bigote!
-- Efectivamente ya veo que, es usted un sabueso buceador, ese individuo que ahora se peina las pestañas, es Luis Hermógenes López Acosta, el asesino de Amín Abel Hasbún. Habíamos que el difunto Amín era hijo de Mahoma Abel y de Emiliana Hasbún, tenía dos niños con su esposa Mirna Santos. Oiga compadre por qué está en lugares público, debería estar preso. David tenía una naturaleza liviana, y actuaba con la franqueza de un ser sin mácula. Me cuesta mucho compadre Víctor, aceptar verlo. Este pueblo quizá sea la galería, donde se guardan los delincuentes. Algunos cumplen condenas y por la seguridad de la población se quedan y hasta escogen pareja es su noria en su camino… se da usted cuenta de que le estoy hablando. Yo moví la cabeza no podía articular palabras, era deshonroso opinar siquiera. Porque quizá terminaría diciendo disparate y expresiones mediocres muy interesadas. Son turistas del mundo. ¿Y los otros dos quienes son compadres? Son policías, el más oscuro es el tal azuano, cuentan que protagoniza las principales películas de terror que durante los doce años colorados se han filmado en el corral de penitencias. Es el principal del largo metraje del Pollo al Carbón, exhibido, en los pasillos de la muerte. El otro es Benito Pérez, llamado en los cuarteles, Tipo Tanque- cuentan que es por el tamaño, o porque aplasta lo que pisa. Pero compadre, quién es ese que saludó a Luis Hermógnes… ¡Compadre! dijo David, casi inaudible y rozándole los oídos para evitar ser escuchado, ese es nada más y dada menos que el teniente Luis, es el custodio que los presos, más desprecian. Sepa usted que le corta las muñecas con las esposas que les pone. No los empujas, tampoco emplea palabras negativas en su contra…es vergonzoso ser amigo de gentes como esas.
Yo, que maestro, de sus hijos soy, le digo a usted, que por eso andan juntos. Son lechuzas que ponen en el mismo nido, duermen es el mismo palmar y son hojas el mismo paquete. Giovanni llegó a la mesa y me dijo que Elvira se quedó con los niños que en apariencia tenían miedo, está bien le dije llévale frituras de la señora del sargento Monsanto al lado del Bar el Polvazo, frente del colmado Kelly de don Shirin Moreno. Los diez centavos son tuyos. Mire compadre mire, Hilda mira como baila, mira para este lado. No, no, no ese no, el compadre se cree que es un tiguere joven, dijo doña Hilda haciendo un barrido horizontal con la cabeza. Los hombres casados bailando de esa manera son malos ejemplos para sus hijos y por ende para los fines éticos de la sociedad. ¿De qué forma Hilda, de qué forma? Así como lo hace el compadre Mario. ¡Je, je, je… ay coño! Esta mujer si es peligrosa. Es un fresco, Ju, Ju, Ju, David se reía de burla queriendo enfriar la situación calentada por él minutos antes. Doña Hilda conoció que eran cuña y astilla del mismo palo y dos bueyes del mismo yugo en la misma carreta. Sabía ella que para ninguno hubo ventanas altas, ni río fuera de centro. Lo conocía más que sus madres.
La gente que estaba muy alegre en el pasarato, demostraba cierto disgusto, con la corporación de electricidad, en media hora habían interrumpido el servicio eléctrico 14 veces, dejando el salón como la consciencia de un prestamista y la del fondo monetario internacional. En las calles y en las casas encendían velas y veloncillos, aquí en la inauguración había una planta de emergencia. Los tóxicos ayudaban a morir a los niños desnutridos y a los envejecientes. También el cielo estaba apagado, los truenos recordaron a los que tenían sobre los 45 años cuando en la penitenciaría usaron la ametralladora 30, y el pueblo creyó que eran truenos, pero no, era cazando a un grupo de presos políticos, que para todo el mundo era falso, las autoridades dijeron que se habían fugado. Pero la lluvia sería buena para la agricultura y la salud pública. ¿Qué tipo de salud? ¡ Salud política, emocional, económica, mental, o espiritual? Cuando llegaban los truenos franqueados por relámpagos coincidieron con la planta de emergencia.
Vivir en la Victoria era hermoso, los ciudadanos bailaban, bebían tragos, no peleaban, no se conocían las riñas ni por celos, ni por negocios, era hermoso vivir en la Victoria. Por eso se quedaban los forasteros, ex presidiarios cumplidores de oscuras sentencias entre Tosa y Guanuma, entre Yuca y Tiro al Blanco, sierra Prieta y la Bomba, y hasta en la Luisa, la Estrella Vieja y la Hacienda. Pero ahí estaban los jardines del Santuario y el cortijo la Solana. Quedarse en estos predios después de haber pagado a la sociedad, una condena justa, o por haberle pagado un favor al jefe civil y al policial. Era hermoso y se agradecía. Al lado izquierdo de la mesa donde me encontraba junto con el señor Cruz y Cruz, hablando con Crucito Arias, llegaba un señor de rara contextura, de movimientos especiales, le llamaban Tizón, Asalon, mozo al servicio… le buscó una silla. Tizón era de mediana edad, tenía vicio de ponerse el índice derecho en la boca como si pidiera silencio, a veces lo colocaba en la frente y movía el cuello con gestos plumíferos, levantaba los hombros cada minuto aunque no estuviera conversando como cuando decimos ¡Qué importa! Tenía un tic nervioso, saludo a sus amigos, y a parientes, llegó a la silla de tipo Tanque. ¿Quién es ese policía pregunté. Es el popular Tizón me dijo Calzado. Sus anécdotas están a la luz solar. Mario continuaba bailando con María Belén. Danilo Moreno, hijo de Shirin, jovial, rico en energías positivas, saludó a los profesores, y a las amistades que acompañaban a su padre. Doña Juana Frías, la esposa de del Orbe y doña Gladys la esposa de Calzado fueron a comprar fritura, y volvieron cargadas de comida para recueros. Todos comieron menos yo y Mario que seguía bailando, era costumbre mía no comer cuando bebía tragos, tampoco después. Lo hacía antes.
*** Capitulo 17 ***
Octubre era un infante todavía, los maestros de la PADRE GARCÍA, se reunían en cualquier lugar de ese centro docente. Comentaban el comportamiento del profesor Felicito Alfa Matos y Matos, delante de todo el mundo. –era penoso recordar como los vómitos ensuciaron las zapatillas de la muchacha con que bailaba, manifestó Lolita Flores. Lo he aconsejado pero ese hombre no oye ni a sus padres, no cambiará… eso creo, además no se lleva de nadie, tanto que se lo he dicho, enmendó Patria Cuevas. Hay personas que cuando beben pierden la consciencia de hijo o de padre, y se vuelven animales. No le digo más, no señor no le vuelvo a decir, decía el profesor Quiñónez a Fela, tu sabes que me dijo que lo que él gastaba era suyo, por qué me fuñen tanto, mi dinero es como mi vida déjenme que la gaste a mi modo y ganas donde y con quién lo desee. Me dolió en lo más infinito, porque lo creí indefenso, señalaba Fela a Quiñónez, le grité así es como me paga las atenciones que he tenido contigo, pero me doy cuenta que era a burro con quien desperdicio mi tiempo. Dicen que está cancelado por la muestra de inmoralidad que escenificó en el parque donde se durmió luego de sacarse el bicho y orinar delante de inocentes alumnas de esta escuela. Habiendo hecho lo mismo en la fecha de inauguración, del Bar Gabino. Todos lo veían permaneció durmiendo hasta el medio día, en el banco que mas cerca le quedaba a la iglesia San Antonio. Estando una noche en los Tanos, al dejarlo no sabía si el norte era sur no tenía noción direccional. Lo llevé a mi casa y lo acosté con mi hijito Kleber, parece que a las tres de la mañana sintió hambre comenzó a comerse la almohada, me di cuenta de eso porque escuché ruido y al abrir lo que en principio vi fue, a un animal comiendo plumas de gallina. Parecía estar poseído por un lobo o un perro de montaña. ¡Cómo? se manifestó Manuel Prenza. ¡Así mismo papa, le dije, tenía la boca llena de pluma, cual perro gallinero, pienso que como he sufrido en carne y espíritu, los latigazos de la cancelación. Pienso que en caso como ese, el Estado, debiera encargarse… el timbre no permitió que yo terminara mis juicios enviando puntos de vistas comprometedores. Pienso que hay que evitar que estén cerca de las aulas. Estábamos en la dirección, el 7mo. Se hallaba sin maestro, los alumnos se habían alborotado el director lo calmó. En hora del receso apareció una señorita alta delgada, cabellos lacios sueltos, cintura avispal, de 24 o 25 años. Ojos de cerveza, tenía un parecido con Libertad Lamarque. De nombre Josefa Camilo Amarante, venía sustituir a Felicito Alfa Matos y matos,
El director recibía los créditos que aseguraba que era egresada de la escuela normal de Licey Al medio municipio de Santiago. Prietito portero de la escuela convidó a cada maestro a la dirección. Los último en llagar fuimos Quiñónez y nosotros, llegamos fumando y nos detuvieron en el pasillo. Vi a Josefa entre la puerta del baño de los profesores y la dirección. Reconocí la silueta suya, recordé la Ventana de los lagartos, a Melba, a Irma y a Nurys Santos. Víctor Arias, eres tú, dijo la maestra que esperara que el director la invitara a pasar. Fui hacia ella, camarada del viejo Licey al Medio, donde intercambiamos intimidades, alegría y sufrimiento. Soy yo, grité… ¿y tú, eres tú? ¿Eres la Flaca Camilo? Entramos a la dirección satisfecho de haberla encontrado, de habernos cruzado al otro lado, siéntense, siéntate, mandó el director, siéntense, y continuó es de agrado que esta escuela, reciba en este momento un producto de la calidad de la escuela donde estudió el profesor Arias y Fela y Quiñónez. Me alegra saber que ha terminado una licenciatura además. El gusto que experimenté al ser aceptada me complace y me llena de simpatía, estoy a gusto con ustedes, que ya por referencia conocía, por la consagración de cada quien, pero en lo particular déjeme sentir halagada por el recibimiento y permítanme darle un abrazo de hermano, a Víctor Arias, a quien llevo dentro como se que me lleva, nos quisimos como hermanos en el colegio, convivimos los tres años, de internado que más luz hemos recibido. Josefa después compartía con los demás, como si tuviese varios meses tratándose, era hostosiana como Yo y Quiñónez. Somos productos postrimeros a la tiranía. Nos quisimos, nos aceptábamos nos respetábamos y nos auxiliábamos continuaba hablando de nosotros. Yo hablé poco con ella en la escuela, era mía la costumbre del primer día comer poco y hablar menos, pero a mí me sobraban las razones para estar alegre, con la llegada de Josefa Camilo. Ya en la casa hablamos y comimos juntos, conoció a Elvira y a los niños, me preguntó si había visto a muchachos del colegio… nunca nos dijimos compadres pero era un ejemplo de emulación. Bota el cigarrillo para que no te ahogue cuando te entere de lo que a decirte voy. En la secretaría de educación me encontré nada menos que con Alejandro Solano. Ya conociendo mi dirección no hubo fin de semana sin que Alejandro Solano dejara de visitarme, y sólo para preguntar por su adorada y pasional, flaca Amarante,.. De toda forma le agradó saber de él no por cariño erótico pero si filial. El es oficial mayor de la secretaría de Educación. Pienso que es dirigente colorado. ¡Ay dios, que desperdicio, Carimba! Dijo ella. Después de conversar de otras nimiedades, fue a la cocina y tomó café con Elvira que terminaba de conocer. Dime del trato que te da mi camarada. Era un romántico en Santiago, escribía versos, que compartía con Luis Ernesto y José enrique García que también los eran.
-Somos una pareja, el me da lo que yo le doy, soy su mujer y su hermana. El ha sido mi hermano y mi esposo, mi camarada… y el sabe hacerlo. En muchas circunstancias también ha sido mi padre, me trata bien. Adora a sus hijos y no se duerme no se duerme sin contarle alguna historia o cantarle una canción de la que según el aprendió en el colegio. Es recio duro de carácter, pero ya le conozco. Como esposo y padre es muy respetuoso y responsable. Exigente con la higiene y el cuidado de los derechos de sus hijos, muchas veces me ha dicho:-“démosle ahora lo más que podamos” luego les exigiremos cumplimiento de sus deberes. Josefa, el es así, muchas veces lo noto alejado, hablando o escribiendo de las margaritas y de las dalias… sin caer en infidencias, me ama y lo hace apasionadamente, es un devoto enamorado de su carrera y de su familia, conocedor de su raíces.
Después de enterarse que mi primer hijo se llamaba Kleber Josefa habló de esta… tuvo un amigo llamado Kleber, creo que su mejor de sus amistades, encendió otro cigarrillo, le paso el último a Elvira, que como ella lo hacía con frecuencia, Elvira contaba que hacía, no mucho tiempo, que Kleber Soriano había ido accidentalmente a la casa, pero después de un tiempo estuvo con nosotros en una tarde entera acompañado de su familia. Cuando se vieron frente a frente parecían dos prófugos que se encuentran creyéndose muerto. Los abrazos era efusivos muy emocionados eran dos novios, dos enamorados, repetían las acciones, se levantaban. El nombre de la esposa se nos perdió pero era tan agradable como sus hijos y como él. Víctor dijo mi primera hija en caso de tenerla le llamaré Yumidla, entonces Kleber dijo:-“Mira Víctor, ella es Yumidla, y Víctor la abrazó, me pareció Josefa, que entre esas dos almas hay una corriente afines.
Josefa movió la cabeza se levantó para marcharse, no laboraba en horas de la tarde. Estábamos en la galería, de la salida de la casa, señalando las matas de cocoteros de la Solana, manifestó ¿qué te parecen, qué te recuerdan? Me recuerda las líneas de cocos de colegio. Entre las diferencias están las verjas, las de allá son de ladrillos y estas son de púas y alambre y estantería de madera. Es casi la una les quité la siesta. Debo irme. Vuelvo para continuar hablando… esta bien, nos abrazamos y deje que imágenes de las ventanas de los lagartos llegaran a los circuitos mnemotécnicos.
Papá, los que mataron a tu nieto, fueron policías, mandado por un coronel de apellido Jiménez, por que no quiso participar en la quema del cine Ketty y del bar de Juanito Collado en Bajabonico allá donde viven Braulia y Daniela tus dos hijas. Nuestro hijo no estaba listo para matar ni gallinas, mucho menos si les veía ojos de inocencia, pero lo último que al coronel Jiménez, le pareció peligroso fue cuando mataron a Mirian Pinedo. Que al Juanito embriagarse, no asistió y lo mataron. Estos momentos dijo Buenaventura, son peores que cuando te golpearon las tropas gringas para el 1916. Mataron a mi hijo porque dijo que era cierto que Virgilio Suardí de apodo Billo, estaba prisionero con nombre falso en la prisión de la policía. Aquí en el país donde nacimos, padre, se emplea el poder para ofender no para defender la dignidad de los hijos. De la sociedad más pura y más sana convirtiéndola en cloacas y alcantarillas en gusanera, nauseabunda utilizan a los policías para su bien comprometiendo la institución y así matar el futuro de la nación. Si hay instituciones limpias de los crímenes pero de esa surgen grupos buceadores, en núcleos deportivos y culturales, llevándoles las sustancias letales a la salud individual y colectiva, destruyendo la salud de la Patria.
La señora Buena Torres madre del policías asesinado, dijo—en varias ocasiones lo incitaban a ejecutar acciones, en contra de familiares, que ella y otros familiares les habían sembrado en le corazón. Mi hijo Juanito dijo la señora Torres era policía, no para ser verdugo, no, sino por tener un empleo y como era chofer entró. Así me ayudaba a ir hacia delante sin romper voluntades y honras ajenas. Cruzamos al otro lado. Lo mataron como a muchos que se opusieron, a la cacería de inocentes…
En la Esc. Padre García, hablaba con Josefa de la muerte de Juanito mi primo, y lo hacía con sumo cuidado por la presencia de cuervos colorados que en receso iban al merodeo político. Y a la práctica de confidentismo, al servicio del secretario Elías de La flor. Como no, le dieron seis balazos en la dos en la nuca y los otros en las extremidades, lo acusaron de “Buen Ladrón” vestido de agente policial. Ese día en la tarde, recibí al Prof. Negro Quiñónez quien tenía interés de conocer de la profesora Josefa. La intervención que tuve para que se efectuara el cariño amoroso entre el y Josefa, fue elemental, me parece que simplemente abrí la puerta y lo demás lo hicieron ello. Le dije todo lo que conocía de ella, y a él le pareció buena e interesante. En fin se metieron en amores y se casaron. Recuerdo que le dije sentado en la cancha grande allá en la escuela esa tarde, “es la pureza hecha falda con cabellera de mujer” noble y humilde, que puso la Teodoro Henequén en mano de la sociedad. Es disciplinada, buena estudiante. Digna de la profesión escogida, cariños. No tuvo intimidades en el colegio, las intimidades son líneas y fronteras de púas que protegen los recodos y vericuetos vedados en los caminos de arenas movedizas con altas dosis de sustancias atómicas. Me dijiste lo que debía saber, me atrae, la sentí cuando te abrazó en el pasillo. Mi corazón ritmó asustado con mayor fuerza y frecuencias. Nos despedimos. Había finalizado el receso. ¡Voy hacia la fila! Le dije, nos veremos mañana. Las 4:37 minutos.
La población de la Victoria, era superior a la de San Luis, de Guerra, y que la de Andrés Boca Chica, pero con la entrada de Josefa la jornada Pedagógica es más competitiva, aunque en término numérico se había roto el equilibrio. Somos cuatro varones y seis mujeres, para romper la bruma de la ignorancia, por el momento es mejor. Había que andar sobre los rieles del progreso para ello debíase que tener maestros y maestras de líneas claras comprometidos y comprometidas con los fines teleológicos de la nación. El director no es un pragmático marxista, es conocedor de los preceptos elementales, de los sucesos y cambios fenomenológicos que empreñan la sociedad. Es conocedor de los conceptos dialécticos, poseedor de un capital enorme, tiene conocimientos y las experiencias que nos falta a muchos. Me quedé cavilando zabullido en la laguna del pasado pedagógico de la escuela normal… qué le sucede maestro, preguntó la niña del segundo grado, del primer nivel Xiomara Castillo Mateo, me creyó perdido en el bosquejo de su razonamiento. No es nada, sólo pensaba. No me ocurre nada. ¿Por qué me lo pregunta? La niña no respondió pero se pasó la lengua por los labios para humedecerlos, sonreía afablemente y continué la clase al terminar las labores, fui donde el director que me llamaba para que le respondiera un cuestionario sobre la persona de la persona de Camilo Amarante desde cuando conoce compadre a Josefa, me di cuenta que las investigación que el director hacía no tenía carácter oficial porque me llamó compadre. La conozco desde el 24 de octubre 1966, en los tres días de convivencias en el colegio Teodoro, donde estuvimos tres años juntos sólo separados para dormir. Según mis caprichos de investigador es una mujer completa. Me reí por lo de mujer completa, talvez no era ridícula expresión pero en primera FACE me ocurrió, por qué dice usted completa. Porque me parece posee dominio del sexo creo que es de las que dejan en el ropero las condiciones femeninas y se enganchan el machete en la cintura. Carece de complejo de machos fíjese que la subrayo, me parece íntegra. Por eso ya lo admiro director, y respetarle por las condiciones propias de las que debe poseer cualquier dirigente. La observación maliciosa y prejuzgada arroja resultados mentirosos interesados falsos, casi siempre criminosos. La observación suya crítica y evaluativa fortalece el crédito y la opinión del investigador. Debo- repito- confesar su admiración hacia usted, señor maestro. No por la profundidad de sus juicios sino quiero que no sea visto como paga o compensación por lo suyos a mi favor, sino haciendo justicia poco abundante en persona de escasa espiritualidad. Son condiciones signe qua non, parecemos una rueda respectiva no lo es, los pigmeos y enanos y mediocres carecen de visión y no comprenden esa realidad, en vez de ayudar al desarrollo colocan codos que se convierten en valladares, adjunto a las sombras. ¿Qué piensa hacer mañana? Primero quiero coincidir con su parecer en las opiniones vertidas sobre el carácter de Josefa Camilo Amarante: ¡Anja, ya veo! Pues de ella diré lo mismo esa es de las que guardan las faldas y se ponen los pantalones cuando hay que tenerlos puesto, se amarra el sable en tiempo de contiendas y los libros en tiempos de paz y sosiego. Mañana voy a leer el libro Lolita de Wladimir Nabokov, primero debo terminar la Nausea de Jean Poul Sartre. ¿Qué desea decirme compadre? Me sería de agrado que viajáramos por los contornos de la escuela, para que conozca el paisaje de la Ceiba, de Primavera, de San Joaquín, y el del ocho y de Mata mamón. Conocería las floras de los ríos Cabón, de Yuca y de Tosa luego llegaríamos a Yabacao y al otro extremo a Guanuma… saldríamos de La Ceiba por el cruce de Barraco en Primavera recogeríamos mangos de los llamados de puercos que son muy dulces hablaríamos de Copérnico, de Giordano, de Marx, Federico Engel, de Montessori, de Pestalozzi de Epicuro… lo interrumpí y dije me gustaría incluir en el listado, a Giovanni Papini a Maquiavelo Einstein. Nos despedimos las horas de clase terminaron y llegamos a la casa fui con Kleber a la Solana, a mostrarles los animales. Cuando llegué a la puerta, sentí estima cuando nos acercamos al cementerio, y di un vistazo al sepulcro de mi hijito Iván lo recordé adolorido y no hallé las lágrimas sin que el pequeño que en el hombro llevaba se diera cuenta. Las lágrimas desembocaban en las desnudas rodillas. Miro el entorno del sepulcro de su hijo, entonces se detuvieron de golpe aquellas lagrimas tibias al ver a dos ancianos lagartos haciendo el amor… recordó el pley de la escuela normal, el gigante verde oscuro llamado laurel, escucho las canciones “Michel y la noche de un difícil” los serruchos la cierra de vuelta cortando los hombros a los combatientes de Nazito… y las lagrimas regresaron pero la controlo levanto al hijito que estaba sentado en la lapida de su hermano minutos después llegué a la casa por la Duarte.
En la tarde del día convenido, los profesores entraron por el sendero que conlleva al central Osama hasta el puente tosa. De los Santos le explico lo peligroso del río y yo le comunique que a pesar de solo tener quince días en la ciudad conocía el entorno geográfico de la parte norte, anduve junto a filjia amparo por el entorno del río y evitando que un niño se ahogara me lance a ayudarlo.
- Le ayude a salir y esa fue mi satisfacción humanitaria en la comunidad, al regreso, la puerca quiso retorcer el rabo, me encomendé a mi abuela que ha sido la linterna, mi guía en situaciones difícil nade con mucho tino y logre salir, es un río muy complicado y mucho mas cuando no se conoce el terreno, de un río sin playa.
- Esa es una enorme verdad dijo, Juan Calzado de los Santos.
Continuaron por los triíllos de los Rojas absorbiendo el aroma de los piñones, el le mostró los caminos del siete y para llegar al ocho – yo comenté los ríos de estos lugares parecen construidos con pico y pala, tienen la misma características de una regola o canales sin playa, pero con matorrales a ambos lados, posiblemente sean criaderos de alimañas mosquitos y reenes, mariposas, grillos y cucarachas.
Hablaban de Giordano Bruno y Giovanni Papini, pero observaban el vuelo de las garzas reales y el curucucu del cuervo blanco en las palmeras.
Profesor, le dije, que podrían decir las profesoras flores y Pérez sobre la vida de Rosita Luxemburgo. Piensa usted que esas maestras tendrán la menor idea de Juan Enrique Pestalozzi y de María Montessori.
- Es muy posible- respondió Juan Calzado de los Santos-que sepan… a esas les importa la cosmetología, y fíjese que la segunda es hija del Doctor Freddy Prestor Castillo, autor del libro “El Masacre se pasa a pie” ahí no se conjuga lo dicho “De tal palo, tal astilla” el director sonrío y me paso una menta para que endulzara el filtro del cigarrillo. Estos son sitios delicados para fumar cualquier chispa genera un incendio de limites incalculables.
- La pobreza y la desolación eran indicadores de ka cercanía de un batey, según nos íbamos alejando del central azucarero iba alejándose la cara de la miseria y de la pobreza.
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- ***** CAPITULO 18
- En la cercanía de La Estrella, el color de los árboles era distinto, les favorecía el verdor, los racimos más lozanos y las pulpas más jugosas y sanas. Para los batalles la pobreza eras leal y fiel compañera inseparable de los jornaleros del central Osama, las viandas: batata, yuca y yautía donde la sembraban crecía con tanto vigor que la envidia la sacaba entonces vino el mito, la leyenda servia de compañera y morían. Sin embargo La Victoria era rica en leche y pescado, al sur sureste la adquisición de alimentos en términos de fundos y predios agropecuarios eran muchos mas asequibles esa era la realidad que nadie podía obviar lo del pequeño fundo pensaban en su cocina, en los crios, para ellos no existía los bueyes ni las carretas con sus yugos ni los alcahuetes ni los balsones y mucho menos las garrochas y los bastones. Ambos veíamos con asombro como cambiaba la naturaleza al alejarnos del central azucarero, las casas en la cercanía de los rieles son inclinadas indicando que el piso es de tierra. Techo de Sin pintado de rojo, las demás son de tejas. – observe, profesor Calzado, que las niñas en su totalidad están desnudas, descalzas con el abdomen salidos y labios cortados, cuando pasamos por la Virgen y Juan Tomas, lo mismo que por primavera y los Castillos el aspecto personal es diferente y así mismo debe ser el rendimiento escolar, las niñas usan sostenes y refajos almidonados decentes, mientras que en los bateyes el abandono de la crianza es casi antihumana, no ponen cuidado al pudor infantil, a la moral hogareña, la moral privada a muerto por allí, dijo el director Calzado, eso no significa que no tengan respeto, no, simplemente han copiado de los extranjeros.
- Juan Calzado de los Santos era un enamorado de la naturaleza, observador pertinaz, desde el rompimiento de la piel de una semilla que se convierte en cotiledones, es decir en hojas hasta la mutación de cualquier reptil. Tenía un motor Kawasaki de doble mufler en el que se movía por la orilla de los bosques contemplado el andar de la naturaleza como saborear el ritmo de los gritos que según él escuchaba al emerger los brotes de los vástagos.
- Algunas veces lo acompañaba una joven de nombre Felcinia Mosqueira, como otras, Antoninia do Santos, paseando las orillas del Ozama mirando por encima del asiento del Kawasaki el vuelo de los peces voladores, don Calzado por ser pariente del triunviro Emilio de los Santos… se le conocía como un individuo de estirpe noble y de venas respetuosas a las divergencias del pensamiento político religioso, económico y filosófico. Así era el y así dirigía la escuela padre García. Los que amaban el empleo de la fuerza lo hallaban muy flojo, pero el se inclinaba al lado del respeto ajeno de esa manera cosechaba sosiego en su mayor parte. Como él no había nadie que tuviera su delgadez ligero al caminar, de zancadas largas como sus extremidades, zapatos casi siempre negros, media seis pies, cabellos antillanos, narices europeas, con ojos de paloma, cristalinos, combinados con cara seca y huesuda pero agradable, los dedos de las manos eran delgados y ligeros, diestros y hábiles para acariciar las cuerdas del Tres y las fibras rítmicas de la guitarra valenciana. Emanaban música de ventanales y de troncos y sombras, reía música de trova y de ensueños adolescentes. Continuando con los dones artísticos de don Calzado de los Santos, con su guitarra Valenciana hacía música, que le cantaba a su esposa doña Gladys, y a medio voz a sus alumnas ofrecía las curvas melódicas en vesperales y horas nocturnales. Escuche profesor Víctor por favor óigame esta canción es la que más llena de regocijo los túneles de mi existencia, muy posible más que la satisfacción que un banquero experimenta al contemplar repletas sus arcas, pero la real satisfacción ocurre cuando el ejecutante soy yo, escuche de nuevo me dijo, -“le fui a dar una serenata a mi adorada…” le canté con voz entrecortada, se detenía para reírse… nunca supo por qué se detenía, lo decía como si cantara, me porté como un verdadero tenorio, omitía Juan, se detenía de nuevo para reír luego… oiga para mi es una noria en el camino entra a mí como el aire y me regocija, me alegra y alivia mi naturaleza. Yo le escuchaba entusiasmado estaba ante un individuo desigual amador de lo bello y de lo bueno de lo verdadero. Cuando llegamos… en mi casa estaba Arceno Regalado cariñosamente el pueblo lo llamaba Pedrito, hablando con Elvira y que me sonríe al columbrarme. Buenas tardes don Pedro. Como está, espero que bien, buenas tenga usted maestro, me va de mil maravillas tengo media hora que le quito tiempo a la señora Elvira. No hombre señor, que va. Aquí como me ve profesor, para entregarle mis agrados por haber recibido a mi hijo con la energía y el raport que los maestros deben poseer. Ser maestro no es multiplicar y sumar, no es teorizar encima de la pocilga de un cerdo, ni del intestino de un enfermo, ni calcular el área o el volumen de un espacio, no es conocer las geografías los distintos aeropuerto del universo o la cantidad de minas de oro de la Falcombrí en Bonao y de Cotuí, o los ritmos de una estrofa poética y musical, eso puede hacer un carpintero, un médico o un carnicero un albañil o un relojero. El ingeniero, el policía o el alcalde del lugar. Ser maestro es sonreír al conversar, es enjugar las lágrimas del inocente que llora de penas por no saberse la tarea… es evitar que caiga en caminos equivocados. Es enderezar, es abrir el corazón envolviendo en un abrigo el dar afecto y el dar cariño. Es el motivador, y allanador de sendas para continuar con el desarrollo del ser. Al rubio como le decimos en la casa, ningún profesor lo quería por ser muy travieso, hasta nosotros lo admitimos como tal, pero su actitud ha roto esa falsa asimilación. Profesor Víctor, ha puesto en él lo que nosotros no pusimos, dice cosas de usted como si fuera de mí, lo hace con apego y con enamoramiento, estoy muy contento porque ya lee en todo lo que halla impreso, ya no se devuelve porque está motivado. Me parece que ha sido una noria mágica en la vida infantil de mi pequeño hijo, y lo reconozco como el mayor de los méritos, ha encendido el pabilo del deseo de aprender en el Conejo. Si le agrada que yo le diga Conejo.
- El director me pidió que lo llevara, a mi curso de oyente y ya vemos los resultados, lo hemos conseguidos pienso que es a él a quien hay que agradecer. Me gusta verlo saltar como a una gacela de un pabellón a otro. Me doy cuenta que en los saltos se parece al conejo. Cuando le pregunté por el nombre del su maestro me dijo que no tenía, que lo miraban con malos ojos. Cuántos hijos tienes Pedrito, me dijo que cumpliría nueve, cuando le terminé de ponerle la camisa, dijo no tengo madre, al oír que dijo eso lo abracé y le dije cámbiate y vamos para mi curso, días después ya sabía leer y escribir, lo llevé al cuarto grado porque sabía las reglas matemáticas, multiplicaba por cuatro cifras, restaba y localizaba fechas conocidas, conocía las direcciones cardinales, este, sur, oeste, el norte. Sabía seguir direcciones y mandos, el orden de las cosas, puntual, era higiénico, actuaba en algunas cosas como un adolescente. Era maduro se relacionaba con estudiante de su edad, pero con hembritas de edad superior a la suya. Pienso que era un privilegio ser maestro de Pedrito el conejo, porque además de su brillante inteligencia era dulce y educado. Los hermanos y su madrastra le ofrecieron mayor cariño cuando terminó la primaria en menos de cuatro años. El señor Pedro Arceno permaneció en la casa hasta las once de la noche. Me voy dijo- y echó un abrazo en mi hombro, salimos abrazados hasta la pequeña galería de la casa. Cuando ocurre esta visita aun éramos residentes en la casa de la calle José Soriano.
- Cuando Josefa Camilo tenía seis meses en la escuela Padre García, sus relaciones con los educando eran tan buenas como las que tenía con el profesor Quiñónez, eran solteros eran novios, todo el mundo lo sabía, parecía una partida igualitaria. Elvira y yo recibimos con beneplácito el ofrecimiento de bautizar a Iván uno de los dos gemelos que cuatro meses antes había quedado huérfano de su difunto compañero hermano mellizo. Éramos en menos de tres años compadres de cinco familias y ahora de Josefa y de Ramón Antonio Quiñónez.
El padre de Pedrito era mecánico diesel, vivía en un cortijo en primavera, era dueño de una hermosa y muy cotizada parcela, vendía leche y hortalizas cultivaba repollo, lechuga, ajíes cachuchas y cubanelas conocedor de la empresa agropecuaria y así sus hijos incluyendo al Conejo era quien araba en un multicultor.
Luego de echar el agua bendita a nuestro hijo Iván, en la tarde, se marcharon los padrinos acompañados de Juan Calzado. Llegaron pioneros de la fe Bahais, y entre ellos estaba el profesor Danilo Rodríguez, maestro del Liceo Ramón Emilio Jiménez, dos jóvenes de 22 años, cuatro de mediana edad y un anciano de 86, llamado Vincent, oriundo de la isla Martinica. Vincent era enjuto, alto, piel morena con apariencia quijotesca con sombrero de panamá, reloj de pulsera dorada, y en el índice de la mano derecha, un anillo de la Fe Bahais. Con un letrero impreso que según el decía Alhawuaha, la persona de este anciano acopló con frecuencia suma con la persona del seño Pacheco también octogenario. Entre el profesor Rodríguez y la mía no hubo desperdicios, a pesar que él era de líneas matemáticas y nosotros de líneas humanistas filosóficas. Vincent, tenía 15 años residiendo en el país, su curva lingüística era afrancesada. Mí tiempo era innegociable, lo considero más valioso que el oro del color que éste sea o pueda ser. No estaba para recibir a toca puertas y quita tiempos… como no había oído el término Bahais, ni en sueño me interesé, y abrí no sólo las puertas de mi vivienda que era de mi familia… sino que abrí además la puerta de la cortesía y la de mi inteligencia interesada. Ofreciendo, tiempo y espacio. Era la primera vez que oía hablar del Báb, y de Bahaulláh y de otros conceptos y personajes que conocí en pocos días. Me sentí un privilegiado porque era el único, que en la Victoria, además de mi esposa y Cenin y Pacheco, por lo menos en el 1974, conocía sobre la fe Bahais, hablaba de la estrella de nueve brazos como si la hubiese conocido desde mi niñez era el símbolo de la fe por lo común los fieles usaban la estrella de nueve puntos como eso su emblema. El número 9 tiene especial significado en la revelación bahais, la palabra “baha” significa en árabe, “gloria” y en el sistema de la numerología árabe significa o corresponde al nueve. En otra reunión Vincent, fue quien dio la charla, y se refirió al Báb, conocido como el precursor, también como la puerta. Se llamaba Siyyid, Ali-Muhammad, del 20 de octubre en el año 1819, y luego muere el 9 de julio de 1850, religioso persa precursor del bautismo. Esas fueron las primeras palabras que dijo el señor Vincent, que para mí, no tenían importancia conceptual, luego agregó, el Báb era un comerciante, de Shiraz ciudad de Persia, llevaba el título de Siyyid, que significa descendiente de Muhammad, a los 24 de edad, “proclamo” ser el que se levanta, prometido de los Musulmanes, y que el abría una nueva era para la humanidad. Finalizó diciendo que deseaba que a mi familia por haber sido la puerta en la Victoria para la entrada de la fe, que supiéramos que esto ocurría en el año 1844. El Báb había hecho lo que el bautista en Cristo proclamador del gran educador espiritual, unificador de los corazones… para una nueva hermandad, a este hombre le seguían multitudes. Alfabeta y analfabetas, ricos y pobres, asimilaban la enseñanza. Esto como había que esperarlo causó en las clase dominante raquiñas y sarananas como diría un dominicano, resquemores y envidias, provocando masivas persecuciones y prisiones a los adeptos, saqueándoles las viviendas, arrasadas con odio y ganas. A muchos condenaron y mataron luego de recibir indescriptibles torturas.
Otro día, pero en Primavera en un pasadía en la casa de Pedrito… expresó Danilo Rodríguez, el Báb luchando por implantar la fe, permaneció 15 años encarcelado, torturado, lo fusilaron por un batallón de 750 fusileros, dando todos en su cuerpo, rompiendo sólo la correas donde lo tenían atado, los mismos soldados al ver los resplandores de lo ocurrido terminaron convirtiéndose en discípulos. A mi me tocó esa tarde en la casa de mi alumno el Conejo hablar de Bahaúlláh, primero mostré una foto y el pasaporte suyo, a seguida transcribí los siguientes datos sobre su biografía…
Írzá Husséin-'Alí nació el 12 de noviembre de 1817 en Teherán. Era hijo de Mirzá Buzurg-i-Núrí, un acaudalado ministro del Gobierno. El origen de sus ancestros se remontaba a una de las grandes familias del pasado imperial persa. Durante su juventud, el que más tarde sería conocido como Bahá'u'lláh disfrutó de una vida acomodada y de una educación centrada en la equitación, la esgrima, la caligrafía y la poesía clásica.
En octubre de 1835, Bahá'u'lláh contrajo matrimonio con Ásíyih Khánum, hija de otro noble de quien tuvo tres hijos: un varón, 'Abdu'l-Bahá, nacido en 1844; una hija, Bahíyyih, nacida en 1846; y otro varón, Mihdí, nacido en 1848.
Bahá'u'lláh, tras declinar la carrera ministerial que tenía ante sí, escogió consagrar todas sus fuerzas a la beneficencia, lo que ya a comienzo de la década de 1840 le valió ser conocido como "Padre de los pobres". En 1844 esta existencia privilegiada cambió repentinamente de signo: Bahá'u'lláh se había convertido en uno de los grandes defensores del movimiento babí. Se alejó por muchos tiempo de lujo y de las joyas exquisitas, por su filosofía fue prisionero por su creencia echado en un pozo ciego asqueroso, lleno de excremento en una prisión de Teherán era tan profundo, se cuenta que hubo que colocar 12 escaleras añadidas… estaba junto con criminales, encima de su propias excreciones allí no había brisa, permaneció herido tres meses, en un cepo de hierro ya cansado y enfermo por el peso de las cadenas, dicen que escuchó una voz que le manifestaba… te haremos victorioso por ti mismo y por tu pluma, muchos hombre y mujeres te ayudarán a triunfar, por ti mismo y por tu nombre en el cual Dios ha revivido por los corazones de aquellos que les han reconocido” Baháulláh de nuevo dije, miré al conejo que sonreía, vivió en Bagdad, alrededor de año y tres meses, dos en los montes de Kurdistán, buscando la purificación de su alma entonces, acontece la culminación en la montaña, irradiaba dulzura y amor y encantamiento además de sabiduría, un hermoso magnetismo. Gentes de todas las partes, iban tras sus huellas, campesinos, laicos, ancianos, sacerdotes, musulmanes, árabes, kurdos, cristianos y judíos. Lo consideraron como la entrada al paraíso su casa fue convertida en un santuario de espiritualidad, a favor de las victorias de la justicia. Pacheco me guiñó ambos ojos, sólo en me agradaba verlo, para diera fin a los contenido alegando cualquier cosa… pero hizo uso de la palabra para invitar a los visitantes para que en quince días hiciéramos otro pasa rato en su vivienda en la Duarte en La Victoria.
lunes, 16 de noviembre de 2009
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