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Prof.Bosch y el coronel Fernández Dominguez,
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Tío Regino Arias, hijo de Victoriana Arias,
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Abuelo Agusto Torres González esposo de Victoriana Arias
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Doña Victoriana Arias abuela del autor de estas paginas y hermana de Isaías Arias, personaje real de Mi Abuelo era un Cimarrón.
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Jicomé, 26 de julio 1907 nueva vez el señor Isaías Arias Hernández caía en el mundo de la depresión, de los sueños y de los desvaríos. Hoy que es día Santa Ana abuela de Jesucristo, comenzaré rezando el santo rosario… porque en vez de Santa María, y San Miguel el arcángel mejor son estos versos. Pienso que a ella le agradarán, pero se lo colocaré de acuerdo al rango que la vida le ha regalado. Así los recibirán bajo el respeto de la sombra como un juramento y reverencia a los héroes ilustres y también a los genios subterráneos: cumplirás así lo que las leyes mandan. Honra luego a tus padres y a tus parientes de sangre. Y de los demás, hazte amigo del que descuella en virtud.
Cede a las palabras gentiles y no te opongas a los actos provechosos. No guardes rencor al amigo por una falta leve.
Estas cosas hazlas en la medida de tus fuerzas,
pues lo posible se encuentra junto a lo necesario.
Compenétrate en cumplir estos preceptos, pero a tiénete a dominar ante todo las necesidades de tu estómago y de tu sueño, después los arranques de tus apetitos y de tu ira. No cometas nunca una acción vergonzosa, Ni con nadie ni a solas: Por encima todo respétate a ti mismo. Seguidamente ejércete en practicar la justicia, en palabras y en obras, Aprende a no comportarte sin razón jamás. Y sabiendo que morir es la ley fatal para todos, que las riquezas, unas veces te plazca ganarlas y otras te plazca perderlas.
No son versos míos, los he recibido del sabio Pitágoras, lo llaman versos de oro, Quizá tampoco sean suyos pero para muestra esos que he convertidos en rosarios talvez limpien los caminos que llevan agarrar el gato que se convirtió en sacerdote… o en el pordiosero que ahora se hace llamar maestro de escuela y ni partero es de becerro y de becerra. Por las depresiones me mandaron a buscar en un caballo de carrera, me dijeron que Isaías veía en el soberado y la solera de la casa, la cara del mismo pecucio cuando cerraba los ojos, llevaba 36 días con los ojos abiertos, porque tan pronto lo cerraba veía una retahíla de demonios que lo invitaban a bailar alrededor de un fuego de llama de color azul. Cuentan que todo comenzó cuando estando trabajando agricultura en lo de su papá Victoriano Felipe Arias, se le presentó esa persona con manos y cara de gato, le pasó un túbano muy oloroso para que se lo encendiera, con la encendedora que el 26 de julio se había hallado en Pontón Navarrete, el día de Santa Ana, cuando salía de la fiesta que Ruperto Socías hacia a su nombre. Cuando el señor manos y cara de gato vio el encendedor, comenzó a bostezar y a sentir sed, Isaías estaba nervioso al comprender que estaba frente a un hombre que tenía espuela en los jarretes como los gallos, y sintió grandes escalofríos que como una culebra se le introducía por las narices y los conductos anales y urinarios así mismo por las boca y los ojos. Las manos se le iban poniendo duras y muy fría en todo el cuerpo tenias ronchas rojas como las pintas que se ponen los mascarados los 27 de febrero, días de carnaval. Cuando llegué estaba normal como una persona muy normal agradable y juiciosa, daba muestra de que sabía bien lo que decía. Bebíamos café cuando sentí que estaba ocurriendo algo en el salón porque estornudó once veces, me pareció extraño, comenzó hablar de las actitudes atrevidas Antihumanas de los gobernantes. No se a qué se refería, no lo interrumpí me veía a los ojos como un perro que espera que le echen el hueso que el que como tiene en la boca, así creo que Isaías Arias Hernández me miraba. Usted ve dique un presidente atreverse a mandar a sacarle copias a la imagen de la virgen de la Altagracia, no, no, no… eso no tiene madre, no tiene nombre. Pero usted sabe doctor para qué, nada más y nada menos que para apoderarse del original y venderla, así son los jugadores. Lilis no podía estar sin dinero y sin mujeres… eso lo hizo el 26 de julio de 1898, ordenó llevar en procesión a Higuey, la imagen, como le dije, de la virgen de la Altagracia, al templo de las Mercedes. Eso sí que el pueblo de la Capital de la republica repudió esa actitud, y la calificó como odiosa y traicionera, además los más encaprichados anunciaban que Lilis comenzaba a cavar su propia fosa, y sucede doctor, que el mismo 26 de julio, a la misma hora, caía bañado en sangre allá en Moca, el año siguiente. ¡Ju.! Yo se que ese Heureaux, era primo de los abuelos suyos, pero el malo es malo, es cierto que también hacía muchas obras de caridad… cuando Isaías dijo eso de Lilis, dio un grito, un alarido que los bajantes de la casa se salieron de los clavos y crujieron las soleras y las vigas, las ventanas cayeron y una y ore puertas se movieron, con la energía demoníaca que el joven Isaías enviaba. Antes era, en estado normal, un hombre pequeño, y en ese momento Isaías, tomaba el tamaño del cuerpo del presidente de Lilis, lo creo porque su piel se ennegrecía con un extraño brillo como el que se aplicaba vaselina o gelatina. Además el brazo izquierdo encocotado.
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El hecho es que Isaías criaba gansos, patos, pavos y aves de las que están cerca de las aguas, hasta gallaretas y zamaragullones tenía, y en pocos días el patio resultaba pequeño para la cantidad de pájaros, los huevos se salían de los nidales se podía aceptar que caminaban con la noche, como lo decían los vecinos de don Isaías. Le hice algunas sugerencias que mejoraron el trato suyo con el hombre de las manos y cara de gato. Pero sin muchas consecuencias favorables. Con el paso de los meses comprendí que el problema estaba en la encendedora que se encontró al salir de la fiesta de Santa Ana en Pontón el 27 de julio en la madrugada. Me di por creerlo ya que el día que Isaías trasladaba las palomas de patas negras para donde estaban las patas rojas, el gato que llamaban Basilio, se tragó 5 palomas con todo y plumas y sucedió que al felino los ojos que eran color miel de abeja se le transformaron en azules bermejos, pero al mismo instante las palomas se convertían en cuervos pardos. Todo el mundo que allí estuvo conmigo en la pajarera, lo pudo afirmar. Sólo sucedía cuando Isaías tenía el encendedor en los bolsillos de la camisa negra. El grupo, que sujetaba a Isaías le quitó la camisa La piel de Isaías, tomaba el color de los ojos del gato Basilio. Hubo que amarrarlo y votar el encendedor, fue sorpresa para los allí presentes, que al tiempo que caía el endemoniado juguete de fuego, encima de un aparejo los cuervos gritaban como cuando desde las verdes palmeras croan el canto de la lluvia, muy parecido, esta vez, al de las ranas cantarinas. Las palomas volvieron a ser palomas, el gato Basilio se sentó en una silla en el comedor y daba en una ponchera de aluminio con UN molinillo, como el que en una barra pide un servicio del menú que fuere… los presentes tuvimos miedos, yo me recuperé y saqué del bolsillo los santos escapulario que según mi madre habían sido de la esposa del tatara abuelo Bertolio y se lo tiré a la mesa pero estos, los escapularios, no se despegaron de la palma de la mano derecha, entonces fui a la cocina, comprendiendo que en verdad, Basilio pedía comida, le llevé en una palangana de lo que habíamos comido al medio día, Basilio receloso, advirtiendo peligro, se echaba para atrás, cuando se decidió a coger un hueso de gallina, que tenía un poco de carne. Como si alguien desde el aparejó que ardía, lanzara el encendedor, éste cayó encima de la palangana, quemando todo, lo que con el pedazo de carne de gallina, había en la palangana. Se produjo una fuerte explosión y salimos todos huyendo menos Isaías que fue y agarró al gato hecho un pan quemado, lo bajó de la mesa y como si se hubiera todo acabado, fuimos a un viejo sanitario donde enterramos a Basilio llevándose el encendedor maldito en el bolsillo de su mortaja.
Todos creíamos que a don Isaías se le habían ido los espíritus demoníacos que tres años atrás lo acompañaban hasta la letrina. Estaba en la junta de vecinos tumbando una mata de anacahuita milenaria que había camino a los Sacarías, paraje cercano del llamado Capitán y Hoyo de la Gata. Éramos 14 hombres y tres mujeres. El árbol media 27 metros de diámetro, no era tan grande como otro que habíamos derribados, para construir barcazas, canoas, lo mismo que gigantes lebrillos, que para bañar usábamos en las casas. Cantábamos ¡Ay ombe... ¡Ay ombe, tan buen coplero Jojó, como era yoooh, ahora no puedo subir la voz. En las proximidades se escuchaba que otros cantaban al ritmo corte de Hachas, las voces parecían de cincuenta y más – me voy me voy papá, saliendo de la justicia, me voy me voy papá, me metí en un gallinero, me voy me voy papá, como andaba muy de mala… me cagó el gallo el sombreo… y de allí salí huyendo, me voy me voy papá me ti en un palomar, como andaba muy de mala me volvieron a cagar. El ruido de las hachas llenaba de ritmo el ambiente. Jojó decían otras voces en el entorno sur en las proximidades del río por donde vivía el señor Eduardo Pérez, abuelo de Eleocadio Pérez, tan buen piquero como era yo, pero ahora no puedo, subir la voz. Como quieres que me ponga, bocarriba o bocabajo, como quiera yo te quiero, aunque considere flaco… por tu amor yo pierdo el ritmo, llevo leña en mi espalda, saco y guayo yuca, pero por ti yo pierdo el habla. Jojó, nueva vez Jojó… mi amor era de un blanco hasta cuando llegaste tú, ya lo sabe que por ti yo le cambié, a su casa iba en mula… Jojó, pero a tu casa llego a pie.
Oímos que el árbol caía en el bosque y además tembló la capa de la tierra. La anacahuita nuestra en minutos cayó también haciendo cosquillitas en el ambiente, de inmediato voces mal entonadas, pero eran voces de personas sudorosas que decía- mi abuela era una negra panadera, con catibía de yuca y de maíz, rallada en guayo de hojalata muchas veces eran de batata. De coco y de tomate… no seguí oyéndole por considerarlo insulso y sin contenido. Me fui a ver que le ocurría al señor Isaías que me estaba esperando en la casa de mi abuelo Juanico.
Dejé la junta de vecinos y me encaminé a donde Francisco mi hermano, que era donde Isaías me esperaba. Llegué y antes de presentármeles estuve en el río, bañándome.
-Sabía que quería verte me dijo Angelita de la Cruz, mi mujer, que llegaba de los Sacarías, donde atendía a doña Marcela García, la mujer del señor Carpio Sandoval, quien era no se si pariente del abuelo, pero ella… la señora Marcela, si era familia de Isaías el enfermo.
-¿Qué deseaba decirme Gelo?, que era como yo le decía a mi mujer, cuando la hallaba bien peinada. ¡Ju, Ju, Umm...! ese Isaías tiene hora y media esperando por usted Mister Paz, me respondió así, me decía cuando me hallaba contento y bañadito. Está bien voy para allá. Cuando entré a la habitación Llivo apodo de mi hermano Francisco hablaba de nuestro bisabuelo Bertolio, le contaba de la muerte de sus familiares en laguna de Oviedo, y en la Rancha de San Juan de la Maguana. Le decía que salieron seis cuadrillas para la costa de puerto plata, porque según bisabuelo un hermano suyo había venido con Diego del Campo, perseguido por las huestes esclavistas. Le explicaba a los que andaban con Isaías, que se cree que lo mataron en Cabo San Nicolás.
Abuelo quería irse para Higuey para donde Lemba pero nuestros animales eran pocos y cruzamos por ser más fácil a arroyo Blanco de Bonao. Logramos entrar a orilla Bajabonico el 13 de junio, y es por eso que nuestra comunidad celebra el día de San Antonio como su santo y Patrón de esta comunidad llamada Los Guanábanos. Peo a Llivo se le escapó decir que el 14 de diciembre de 1522, es cuando ocurre la primera rebelión de negros, según letras de Jaime Domínguez. Los paisanos nuestros de aquellos días, 40 miembros de la etnia gelfe, quemaron el ingenio de Diego Colón gobernador de la colonia, en las cercanía del río Nizao, además incendiaron la colonia o hato de Melchor de Castro, matando a su paso 14 españoles, galoparon para el sur. En Azua resistieron causando enorme bajas que los españoles no dicen en las páginas de las crónica pero si señalan que lo hicieron prisioneros y ahorcándoles luego. Tampoco contó mi hermano Llivo que a ese grupo era que nuestro bisabuelo pertenecía. La insurrección de Enriquillo surge algo mas tarde precisamente en 1540, produciendo grande hoyo a la economía de la Colonia. Es la etapa de nuestra historia de mayor agitación política, dirigida por líderes como Diego Guzmán, Diego del Campo o de Ocampo, de Juan Vaquero y de Sebastián Lemba quien permaneció 15 años sublevado dirigiendo las guerrillas. Mas tarde aparecen Juan Criollo y Ambá. En verdad la situación económica se puso color de hormiga, tambaleante, provocando una crisis que obliga al rey Carlos I a sustituir al gobernador Fuenmayor, por el experto militar, Alonso López Cerrato, quien sometió al control de la autoridad al líder negro rebelde comandante Juan Vaquero. Pero es muy bueno que sepan que los palenques de Lemba estuvieran en las lomas de Higuey, de Azua, en Bahoruco y de San Juan de la Maguana. Acompañado casi siempre de más de 400 esclavos resistiendo los hostigamiento del imperio mas grande del mundo en aquellos tiempos. Ese alzamiento será visto por siempre como el más grandes luego del gobierno de Alonso López Serrato en los años 1544, 1549, pero se conoce que Lemba fue comandante de cientos de hombres de su raza oculto durante 15 años, se cree que murió en 1547 en una de las murallas de San Gil y la puerta del conde. En San Juan Lemba tuvo una vivienda donde se escondía, cuentan que luego de su muerte todo el entraba al lugar y era enemigo del pensamiento antiesclavista se le quemaba algo, ahí vivió mi tatara abuelo Bertolio. Espero que algún día los hijos del devenir llamaran a esos lugares Puerta de los Negros o puerta de Lemba. Estoy seguro dijo Francisco a su hermano menor, ojala la historia la escriban algún día los descendientes de los negros. Venimos arrastrando la sangre de nuestro cuerpo días tras días, unas veces huyendo, otras escondido debajo de la pesada cadenas de la férrea esclavitud. Venimos haciendo la estancia de nuestra historia. Forjando la estructura de nuestra base de sustentación social de nuestra cultura producto de lucha a base de dolor y de martillazos y de sangre. Muchos se encargaran de esconder la realidad de la verdad. Algunos se comerán las mejores pollas, se beberán los mejores tragos, porque así son los malos narradores que venden la verdad por un bocado de pescado o por humito de cachimbo.
Algunos se comerán la verdad como los que se comen de un sancocho las mejores carnes, je, je, je pero somos hijos de cimarrones y de palenqueros y esa realidad nos enorgullece de que mostremos el camino hacia nuestra perspectiva, negaran la verdad de las causas y ocultaran las consecuencia. Lo harán sin objetividad, carente de consciencia de los fenómenos que se vinieron produciendo con los hechos.
-pero las huellas de nuestro Bertolio por ejemplo está ahí en el corazón y las mente de nuestros hijos y de nuestros nietos, manifesté cansado de esperar que me diera algo para comer, vamos dejando resinas de nuestra madera histórica, como residuo de una babosa, son huellas sociales. N mi condición de nieto de un Cimarrón odio las encomiendas que estableció en 1503 Nicolás de Ovando, de triste recordación era un árbol de sombra funesta. Fue en esta tierra el comienzo para el nacimiento de la oligarquía atropellante, explotadora rompiendo brutalmente el sistema económico antillano, matando a los aborígenes abriendo las puertas al monopolio y a la discriminación acial, al latifundio. Nos usaron en todo lo que aumentaba los racimos de su arca económica, en todas las plantaciones, hasta en la cría humana cruzándonos como potros de otras galaxias, para controlar nuestras emociones y llamarnos compadres, comadres ahijados y padrinos. Nos usan como soldado. -Eso es verdad, me dijo Llivo- pero eso ocurre muy después. Imponían la fuerza hasta para permanecer en el sanitario, en los montes evacuando, letrinas limpias para los blancos y el monte para los hijos de los negros y negras, dejando muy claro la estrategia. Era como si tejieran un brazo machista, discriminatorio pienso que heredado por los ideólogos de una sociedad injusta. Anulando el contenido ideológico femenino, forjando un portón de complejidad social e histórica. Sembrando en nosotros el complejo de dependencia y de superioridad porque eran y son ellos los dueños de todos los medios de producción. Obligándonos a cosechar su cultura de blancos y de ojos verdes y azules enseñándonos a consumir esos colores porque eran valores estéticos superiores al negro y al blanco o al rojo propio de nuestras etnias. Derrumbando los altos campanarios de nuestra cultura y tradición. Introduciéndonos los instrumentos propios de jonios de las etnias colonizadoras.
Después marché para Jicomé a llevar al señor Isaías quien continuaba encabritado como un chivo de barba larga y de cuernos encorvado, en el camino cuando regresaba mi hermano Llivo me manifiesta lo siguiente. Hermano mío mi parecer sobre la toma que Desiderio Arias Álvarez ha hecho de la aduana de Montecristi, es que debemos unirnos para que tengamos un gobierno con zapata de justicia, con equilibrio, y con igualación. Consiguiendo que las dispersión de nuestros hermanos se termine. Debemos crear esa fuerza que nos de una ala política, donde podamos educar a nuestros muchachos y muchachas sin miedo. Volver a los conucos, no volver por eso sino donde abunde el alimento. Ahora que los blancos se han marchado para México, Colombia y para Perú detrás de la vendimia y hallazgo del oro y de otros metales en esas tierras continentales. Esa es mi intención reconstruir la sociedad antiesclavista, anti-minifundista, anti-latifundista, que nuestros viejos habían heredados de sus padres para nosotros.
Oiga hermano, porque no me dice la viejas estrofas que usted decía a mamá Dominga para que le diera un poco de leche negra como usted decía. Qué le parece si me complace… y Llivo me complació diciendo…
Yo invoco aquí ahora El poder guerrero de Ogún. Yo invoco
Aquí Changó de las Tempestades. Yo invoco aquí Ochún, la diosa del Amor. Yo invoco aquí Yansán, la guerrera. Es con estos dioses, Es con estos líderes que nosotros, los negros de este país, ¡Subimos arrodillados a tu tierra, Zumbí! Subimos arrodillados a esta tierra Encharcada con tu sangre. Y es aquí que te prometemos, Zumbí: la lucha no cesará. Los explotadores del negro no van a tener Descanso
Hasta que toda nuestra nación negro-africana
sea definitivamente libre.
Nunca supimos quien era el dueño de esa Invocación aunque a algunos le parezca imposible que podamos recordar texto como estos le devolveré como agradecimiento, el juramento de Bois Caimán, dicho por Boukman Dutty en Haití, en 1791, conocido como el más celebrado de la lucha contra la esclavitud, en Haití. Pero antes sacrificaron un perro para la gloria de Ogún Ferraille, conocida como la sacerdotisa del vudú, los presentes se untaron la cara con la sangre del animal, consagrada por el dios de la guerra. Je, je, je. Por la importancia histórica en nuestra cultura y tradición se lo diré porque recuerdo que usted no se lo aprendió. Los cimarrones nos mantenemos encadenados enlazados entre las diferentes comunidades descendientes de africanos esclavizados en el continente o Iberoamérica.
"Dios que ha hecho el sol y que de allá arriba nos trae la
luz, Que mueve el mar y controla las tempestades;
Buen Dios, oculto entre las nubes, de allá nos acompaña y ve todo lo que nos hace el hombre blanco. El Dios del blanco le inspira al crimen, pero nuestro Dios quiere que seamos buenos. Nuestro Dios, que es bueno para nosotros, ordena que nos venguemos. Él dirigirá nuestras armas y nos ayudará. Echen fuera la imagen del Dios del blanco, sedienta de nuestras lágrimas. ¡Escuchen la voz de la libertad, que habla en el corazón de todos nosotros.
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