viernes, 15 de enero de 2010

mi abuelo es un Cimarron. Novela del rof. Victor Arias.




Bajabonico 29 de junio del año 1907.

Cuando entré a la enramada escuché que decía:
- las palomas están poniendo en los yayales, ¡ae, ay ombe son verdad!
- ¡cuando fuimos a buscar huevos, no había cuales… Más allá, en una pizarra, sostenida, sólo de un lado, se podía leer –“las mujeres de los jefes” la de los “curas y de los pastores.” Esperé sentado en la mitad de un tronco de palma que servía de banco. Seguían las voces “¡las palomas están poniendo en los jarquises, cuando fuimos a buscai huevos eran lombrices!”…. Pensaba en el letrero pero salí de repente empujado por los compases de la Tambora que un grupo de varios hombres y tres mujeres traían por la parte sur de la enramada. Eran 12 hombres y tres muchachas vestidas de azul y de colorado, recordé que era 29 de junio día de san Pedro. El que tocaba la Tambora era un negro espigado, con la piel alquitranada lisa y brillantes como cualquier lucero de las madrugadas puerto platenses, los brazos se movían con pasión y aparente un amor muy delicado. Lo hacía con gracias y con muchos ritmos graciosos. Dejé de hacer cuadritos en la mesa de madera de tablas de palmas y disfruté porque me sentí cautivo con las señaladas gracias, y grandeza de su dramatismo real, apasionado y cautivante.
La fiesta entraba al dos tercio de existencia, con una tarde lloviznosa y el anuncio de que habían matado a Lola. Pero con esos llegaba el señor Juan de la Paz, nieto de Juanico Silverio, nieto a su vez, del señor Bertolio Silverio. Juanico era sobre viviente de la batalla donde había muerto Diego Guzmán, en Bahoruco, en compañía de 18 seguidores. Quienes se habían sublevados contra los dueños del maltrato en los ingenios, de la trata de negros, del abuso de la mano de obra llamada esclava. La fuerza de esos hombres iba mermando y así la vida, la mala alimentación los acercaba al cementerio, lo obligaba a cavar su propio sepulcro, con la pesadez de las labores obligadas, requiriendo mayor fuerza y agilidad muscular. Para entonces el rey Carlos I autorizó en 1518, traer a nuestra tierra negros embozados y de esa manera lo diferenciaban de los ladinos, y lo usaban como mulos y bestias de rastras y de cargas en labores intensivas para obtener mayor producción. Los ladinos los consideraban occidentalizados, europeos entre comillas, y lo empleaban como mascotas o acompañantes del séquito familiar en los hogares de la nobleza, era individuo traídos a la América algo antes del 1501.
Para alejar la rebeldía de los esclavos, traían negros importados como hoy la burguesía trae un aparejo, una silla de montar, una pieza… para lo que sea, un tractor o un carro de lujo… de diferentes etnias lejanas. La mayoría eran Zape, Mandinga, mondongo, congo, carabalí y algunos de lengua gelfe. Juan de la Paz, recordaba que don Gregorio su padre, decía del abuelo que los gelfes Mandingas daban mucho tormento, que eran mujeriegos y las mujeres se enamoraban hasta de un animal gustoso… se reía cuando lo decía… preferían los perros. La negra aunque doña era puta carabayenta dice que comían cangrejo como cerdo aguacate, comía lagarto bermejo y pipían de caránganos.
Pero el promedio de reclutamiento era 13 a 22 años de edad. Muchos embarques era desde los 8 y 9 para las niñas, que consideraban podía ser buena paridera. No había límite, ni días en el cumplimiento de los horarios. Grandes fueron los entierros de los que morían de sueños y de cansancios. Algunos llegaron a huir y aunque pocos se ahorcaron, ahí es donde Diego Guzmán se levanta usando las armas. Llegan como un ventarrón de verano los alzamientos de estos dignos hijos del apuro y de la honradez, había pasado un casi un lustro de la traída de los embozados del 1521 cuando se produce el primer levantamiento de negros africanos en América, la mayoría de la tribu de los Gelfes. En los ingenios de Diego Colón y de Melchor de Castro… ahí murieron 13 españoles, y como fueron reprimidos surgieron como consecuencias las cuadrillas guerrilleras, de grupos de negros la mayoría Senegalés. De esa circunstancia surgen las calificaciones. Cimarrones eran los que se alzaban de manera individual escondiéndose en cuevas y montañas y desde donde pudieran atacar las unidades de producción del enemigo explotador también a colonos aislados. Pero mi abuelo- dijo Juan de la paz- era de las tres categorías, una ocasión fue un cimarrón y en muchas fue jefe de grupos en lugares escogidos con tácticas y con clara estrategias a esa le llamaban Apalencados. Pocas veces, ni para morir papá Juanico, fue de los manieles… con su propia organización social política y económica. Y reglas ancestrales, y con hábitos propios.
“Sus lugares favoritos para poder vivir protegidos eran San Nicolás, en la Cordillera Septentrional; Ocoa y Rancho Arriba, en la cordillera Central; Punta de Samaná; el Cabo de Higüey, y Sierra de Bahoruco.”
Entre los más famosos líderes africanos que comandaron las revueltas y fugas de esclavos se pueden mencionar:
Juan Vaquero. Se alzó con un grupo en 1537. Andaban por las sierras del sur y atacaban a los colonos de las zonas aledañas.
Diego de Guzmán. ‘Cimarrón' de San Juan de la Maguana que atacó dicha comarca.
Diego del Campo. Se había mantenido alzado por los alrededores de La Vega por cerca de 10 años. Al final se entregó a los españoles y, a cambio de su vida, se prestó a la persecución de sus antiguos compañeros.
Lemba. Quince años había durado alzado en armas en Higüey, junto con otras 150 personas que le seguían. En el 1548 mataron a Sebastian Lemba.
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La muerte de Lola no estaba clara, se comentaba que la habían matado en la fiesta de san Pedro en un lugar llamado la atravesada, en territorio de lo que hoy es Altamira, cuentan que fue en el velorio de un angelito cuando cantaban el florón, que algunos circuncéfalos, creen que es de ahora, porque el difuntito era blanco… entraron en calor como una perra en celos. Y dicen que a doña Lola, le cayó el mal de las ánimas purgatoriales, cuentan que gritaba frases en contra de los progenitores de angelito muerto… y como tenia el mal, dijeron le introdujeron una aguja de coser zapatos por el oído izquierdo muriendo al instante. Entonces cuentan que escondieron el cuerpo de Lola hasta las tres de la tarde del otro día. Para ellos, los dueños de la festividad, más que de la devoción del hijito muerto, continuar fiesteando hasta el asomo de los plateados rayos de un soy mañanero. Esperando la entrada con cadena de oro y plata, del astro rey, encima de una mesa envuelto el cuerpito en sábanas extremadamente limpias y blancas. Dicen que la discusión que llevó al finalizar con la vida de Lola, fue porque ella decía que lo empolvaran como a una niña. La mañana halló el cuerpito del muertito cubierto de ramas u de flores sin perfume. Tenía una corona de flores blancas, desde los pies hasta la cabeza. Otros cuentan que la trifurca que arrojó con la vida de Lola fue porque se oponía que pusieran en la boca del muertito, el clavel rojo o blanco… ella lo prefería morado.
Juan de la Paz señaló que la muerte de Lola había sido porque ella tenía serios secretos de unos curas ligados al gobierno de Ulises Heureaux, aseguraba que los secretos de Lola giraban a la Papeleta de Lilis, que ella sabía donde el presidente guardaba el dinero de que sustraía del arca del Estado. De los préstamos secretos con compañía Santo Domingo Improvement, Co. Con productores azucareros, como con usureros locales. Cuentan decía Juan de la Paz que ella la perseguían a la fiesta donde acudía porque cuando bebía Clerén echaba por la boca las confidencia que Juana Ogando, su amiga le había hecho, en las habitaciones palaciegas, que las oyeron decir –“el año pasado 1897, había dicho, estuvimos al caernos… en la bancarrota, tuvimos que imprimir 12 millones de dólares, en papel moneda sin respaldo… Juan se rió las papeletas de Lilis. Provocando la quiebra de muchos comerciantes puerto platenses y del Cibao. “Al momento de su muerte, las deuda nacional era de $35 millones, suma quince veces mayor al presupuesto nacional.” Al término de su mandato la economía pasó al control del imperio dando inicio a los enamoramientos para la invasión del 1916. Lola era parlanchina cuando bebía Clerén, comenzaba a vomitar secretos… hablaba de La Cigua, querida del presidente como de una ramera, dijo que Evangelina era una mujer flojota que no ensalaba bien y que era una pobre diabla que practicaba incesto con su único hijo Roberto. Contó que se iba al río Nigua a revolcarse con el muchacho, sin importarle quedar embarazada y ser madre y abuela al mismo tiempo de una criatura, quizá desforme. Pero de quien más hablaba con respeto era de la hija de la señora Catalina Encarnación, Juaniquita Ogando con la que tenia dos hijos que Lola llamaba sobrinos uno era Ulises y la otra Rosa. Los hijos de matrimonio de Lilis no querían saber de Lola porque decían que era gurupié de su padre. La llamada Asunción la llamaba alcahueta… así decía la misma Dolores Heureaux prima del presidente. – que lo joden si el primo Level tuvo una docena de críos.
Cuando enterraron al angelito pasaron cantando el Florón… el “florón esta en mis manos, en mis manos esta el florón, por aquí pasó, Florimán” Juan de la Paz, sabia de qué seguirían diciendo míralo donde va, ¡Florimán” cuando a Juan de la Paz le que sabía del Baquiní dijo- ¡Muchacho eso es tan viejo como la necesidad, es un uso Yoruba emergido de Nigeria en el occidente africano, está ligado a los actos de dolor y funerario. En los entorno de los mares insulares como Jamaica y en nuestras costa se canta tipo rosario en circunstancias de mortandad de los pequeñitos. En caso de los angelitos blanco, je, je, je se le llama Florón. Es como si con alegría abriéramos la puerta de partida hacia su nueva morada. Librándole de las zozobras y maltrato del mando de los imperialistas blancos, allí se baila, canta y se bebe. El pequeño debe estar vestido de blanco. Con sabanas purificadas sin manchas. El cuerpito va adornado de flore de pies a cabeza. Ahí se inicia la despedida con canciones y ritmos Yorubas después juego y comida.
A pesar de que para los días de la juventud de Juan de la Paz, no existían los Club culturales en las zonas rurales a él lo invitaban para que hablara de individuos que entregaron su vida por la fe en la justicia y en la libertad. Estando en los Uveros Juan de la Paz, dijo – Sebastian Lemba fue un gran individuo, como Juan Vaquero y los señores Diego Guzmán y Diego del Campo. De el le diré, no se conoce el nacimiento, sabemos que nació en África, que fue uno de esos muchachos que enlazaron como a un toro salvaje, se sabe que lo trajeron amarrado en un barco junto a varios más, al llegar a América lo esclavizaron haciendo trabajos de caballos y de mulas… lo ponían a halar carretas, y no le pagaban, los dueños le robaron su vida y sus derechos. Se cree que dos de sus hermanos, uno fue llevado a Méjico y el otro a Perú, cuando llegó Lemba en 1525, quizá en el 21, talvez después, ni eso sabemos, ya era un joven con fuerzas y carácter. Lemba buscó oro y trabajó la tierra, para enriquecer a un miserable burgués de la corona española, pero lo que más molestaba a Lemba era tener que mover los trapiches enyugado como buey. ¡Si, así fue! Es como surgen los trapiches en la isla, ocurre por la necesidad de azúcar que tenía España, Aquí mismo ocurre en los Cruces ahí en los Rosa,
y el clima en la española era bueno para cultivo de la gramínea. Es ahí donde buscan esclavos negros a toda costa. Es allí la coincidencia con el sublevamiento de Enriquillo, a quien los Valenzuela, sus amos, ultrajaron. Como cuenta del mismo rosario surgen otros conflictos, una segunda circunstancias conflictivas y un grupo de esclavos negros de los centrales, se levantan en diciembre del 1522, rechazando la crueldad a que venían siendo sometidos. ¡Eso sí señores! La persecución fue despiadada, pero al tiempo, incendiaba más la broza de la libertad, y a los grupos en rebeldía se unían indígenas y negros de los llamados cimarrones, todos comandados por Lemba o por Diego Guzmán, grupo del que era mi tatara abuelo, el viejo Bertolio Silverio. También Juan Vaquero.
Para mover los trapiches necesitaban varios esclavos y Lemba cuando era castigado lo obligaban a hacerlo solo. Por el mal tratos en 1532 se alzó con un grupo a vivir solos en el monte. “A Sebastian Lemba se le fueron uniendo muchos otros esclavos. Pronto llegaron a ser corno cuatrocientos hombres. Lemba dirigía a esos hombres como si fuera un ejército: hacían ejercicios y se mantenían fuertes. Ellos iban a cualquier poblado, atacaban a Los españoles y libertaban a los esclavos. Se movían por toda la isla Aparecían en Bahoruco, en Azua, en Higuey, en cualquier parte”. Los amos españoles le tenían mucho miedo a Lemba y a sus hombres. Lemba era un negro grande, bien fuerte y valiente. Investigadores afirman que Lemba era hijo de un rey de una pequeña tribu del África. La mayoría de los alzados o cimarrones Vivian en pequeños poblados que ellos levantaban lejos de las ciudades A esos poblados los llamaban Palenque o Rochela. Ahí, cerca de los montes, Vivian los cirnarrones en casuchas hechas de materiales sencillos.
La lucha de Lemba duró quince años. En todo ese tiempo se enfrentó a los explotadores llamados amos. El 17 de septiembre de 1547 fue capturado. Enseguida le dieron muerte.
La acción de Sebastian Lemba tiene una importancia histórica particular. El fue uno de los primeros en comenzar la lucha contra la esclavitud en todo el Continente Americano. Esa lucha tuvo su éxito muchos años después, cuando por fin se comprendió que eran seres humanos…
Cuando a Juan de la Paz en la enramada de la fiesta de San Pedro el 29 de junio se le dijo que Lola había sido asesinada en el Baquiní-- Son cosas de la Real Audiencia, y comenzó a referirse de esta manera. Era para mí, un maldito tribunal, integrado por gentes diabólicas dos licenciados y un Bachiller, como estaba bebiendo te de jengibre, hizo una parada para degustar varios tragos, se pasó la mano izquierda por la oreja derecha, como era costumbre suya cuando a su lado había alguna fémina de su agrado… pues como le decía… eran Marcelino Villalobos, Juanelo Ortiz y Lucas Ayllón, pero esos individuo autoridades decretadas desde el 1511, autorizó a 80 hombres perseguir al indio Enriquillo. ¡Je, je, je! pero volvían siempre con los jarretes curtidos en mierdas. Esa misma real audiencia pero en 1544, dirigió la construcción del amurallamiento de la ciudad de Santo Domingo, empleando el látigo y el fuete, contra los negros y los nativos indígenas… también la edificación de la fortaleza San Felipe, aquí en nuestra provincia Puerto Plata.


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Era 20 de diciembre, fiesta de santo Tomás, Bajabonico para esos días era muy fuerte y muy joven la corrientes llevaban la fuerza de las piernas una quinceañera, se deslizaban con la rapidez de una lisa que en su chorrera muchas abundaban. La gente pagaba dos centavos a los pasadores por no mojarse la cintura. Esa tarde de la fiesta donde el abuelo de Juan Eulalio Santos Peña, se preparaba para abrir las compuertas de las nubes que ya estaban vestidas de ceniza plomiza, era muy posible que los borriquitos cayeran aparejados y sin gurrupéelas. Las viviendas estaban dispersas pero el tamborero había llegado desde la tres, la gente decían que era posible que la fiesta de ese año no quedaría bien porque habían matado a Lola, sin embargo otras lenguas aseveraban que no iba hacer falta porque María la Condená había sido invitada… ésta dijo que estaría en la enramada de santo Tomás, porque la fiesta la iba tocar Nico Lora, acordeonista natural de Navarrete. Cuando eran las seis la fiesta estaba en su apogeo, el primer merengue que Ñico entregó fue el llamado San Francisco, por ser ese también su nombre y le daba buena suerte. Entre otro soltó el merengue Bajabonico. El tamborero cantaba mientras golpeaba los cueros de cabras –dice María la Condená en Bajabonico, los hombres con cuartos si bailan bonitos, dice ¡Ay Chicha! Ayúdame a Vale, a subir la loma de los Manantiales. Decía ahora el guirero. Cantando el merengue el Naranjal.
Juan de la paz no entró a la enramada por quedarse hablando de asuntos que más le interesaba. Catalogó primero a Ñico de un revolucionario seco y sacudido. No hombre no -señaló cuando terminó de tocar el señor Francisco Lora Cabrera,- en el siglo 17, el mejicano Carlos de Sigüenza y Góngora, asegura que el apóstol predicó en America, porque sus recuerdos se transformaron en aborígenes, prehispánicos, con figuras de Quetzalcohuatl. Pero para el abuelo de Lalo Santos Peña, nacido en estos aires y manantiales, de Bajabonico Arriba, territorio Altamirano, el apóstol habría recolectados aguas de la toma llamada el brinco y de 6 de las Damajaguas, con las que se lavó las manos… También aseguran que las caritas de las montañas allá en el lago Enriquillo fueron obras del apóstol Tomás cuando predicaba post la crucifixión de Cristo.
Se reían de las ideas consideradas como alocadas del joven Juan de la Paz, y se preguntaban, cuándo estuvo éste, en el lago Enriquillo, de dónde sacó esas caritas consideradas santas por él y su ingenio de negro fanfarrote. La fiesta seguía entrándose a los hijares de los bailadores llegaban hasta donde estaba Juan de la Paz, gritos de la Condená, cuando los bailadores le agarraban la cintura… en algunos casos Juan se sentía interrumpido. Imaginaba las carretas tiradas por hombres embozados y llegaba a ver a muchachos con los brazos encadenados

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